Papeles del gusto de la Academia de Hollywood
- Las apuestas del Oscar a mejor actor están a favor de Matthew McConaughey
- Leonardo DiCaprio, Eijofor, Bruce Dern y Bale, el resto de rivales
- Jared Leto compite con Fassbender, Jonah Hill, Cooper y el novato Abdi
La carrera por el Oscar de mejor actor vuelve a estar reñida este año.
Parece que las apuestas están a favor de nuestro premio Sant Jordi por Mud, Matthew McConaughey. No en vano, en Dallas Buyers Club, da vida a un personaje de los que piden el Oscar, un enfermo de sida con todo su drama a cuestas. Para estar más demacrado, no dudó en adelgazar más de 20 kilos que cambiaron su aspecto y en lo que fue todo un reto de los que se rentabilizan luego y un sacrificio de los que la Academia americana suele valorar con premio gordo. Este tejano todo terreno de 44 años, se ha ido trabajando como actor y sutilmente ha ido cambiando la comedia romántica en que se le solía encasillar por un cine mucho más interesante.
Puede ser el culpable de que Leonardo DiCaprio, Atrápame si puedes, termine la noche llorando por los rincones. Seguramente será el que note más la presión. Y es que ya van unas cuantas y Scorsese sigue apostando por él. Y sabemos que Leonardo Di Caprio es un gran actor desde que le vimos en ¿Quién ama a Gilbert Grape?y en Titanic, y en El lobo de Wall Street..., pero no puede con la cara de niño que no le abandona y que hace que cada vez que le vemos pensemos que el traje le cae grande. Si la balanza se inclina de un lado o otro ya lo veremos.
Mientras, un actor de nombre difícilmente pronunciable, Chiwtel Eijofor, el magnífico protagonista de 12 años de esclavitud espera su oportunidad. Como nuevo Denzel Washington, emerge en un momento en que afortunadamente los negros no están tan solos como en la época de Sidney Poitier. Impecable el recorrido que hace ese hombre al que intepreta que vive en carne propia el dolor de la esclavitud. Le da credibilidad al personaje que lucha por recuperar la libertad y a su familia. Tal vez no le den el Oscar pero lo merece.
El candidato más veterano, que siempre es un valor seguro, es, con su venerable pelo blanco, Bruce Dern. 77 años tiene el padre de Laura Dern, un corredor de fondo que en Nebraska de Alexander Payne da una lección magistral de interpretación. Genio y ternura, es una combinación que podría tocar el corazón de los académicos, como toca el del público, con ese papel de viejo que reclama dignidad, pero parece que no es su año y que se va a quedar sentado como ya le pasó en los Globos de Oro.
Y finalmente tenemos a Christian Bale, que siempre arriesga. Un actor en plena madurez que nos asombró en American Psycho. Spielberg detectó su calidad y así empezó, de niño en El imperio del sol. Este hombre que está llamado a ser sin duda uno de los grandes, si no lo es ya, como Robert de Niro con quien coincide en La gran estafa americana. Como en Figther o El maquinista, que nos dio oportunidad de conocerle aquí en España, vuelve a ponerse un reto por delante con este personaje tan hortera que parece el gemelo de "Torrente". Yo de Santiago Segura le pedía derechos de autor. Si este Oscar no cae en sus manos, será el siguiente porque es imparable.
Actores de reparto
En cuanto a los actores de reparto de este año, Jared Leto es el que parece que va más disparado hacia el Oscar; un posible éxito anticipado por el Globo de Oro que ya se llevó. Acostumbrado a sufrir en el cine, este actor al que no le ha faltado altura ni para ennoviarse en su momento con Cameron Diaz, se puso al servicio de Darren Aronofsky en Réquiem por un sueño y fue ahí cuando empezamos a reparar en el. Con unos ojazos solo comparables a los de Gael García Bernal, resulta impactante encontrárselo de repente, como me pasó a mi una noche por las calles de Venecia, cuando presentó en la Mostra Las vidas probables de Mister Nobody, una auténtica aparición. Todo parece indicar que con Dallas Buyers Club este camaleónico actor tiene la dorada estatuilla al alcance de la mano.
Metido en su papel de El lobo de Wall Street, compañero ideal para DiCaprio, podría ponerle una zancadilla Jonah Hill, el perfecto actor de reparto, el apoyo que todo protagonista necesita. Viéndole en Moneyball, rompiendo las reglas, me hizo exclamar "¿quién es ese monstruo?". Luego lo relacionamos con un hijo que no podía quitarse de encima en otra película la simpática Marisa Tomei y empezamos a ver a ese chico gordo como gran actor de característica al que había que tener en cuenta y que, con un poco de suerte, podría hacerse imprescindible en todos los repartos. Si no se estropea, las circunstancias se lo han puesto todo en bandeja para ser incluso el relevo natural del tristemente fallecido Philip Seymour Hoffman.
Tenemos nominado a Michael Fassbender, al que descubrimos un buen día en Fish Tank, de Andrea Arnold, aunque el gran público lo detectó en X men. Con Shame nos puso el corazón en un puño, pero antes ya había hecho con el mismo director, Steve McQueen un tour de force en Hunger. De nuevo han colaborado en 12 años de esclavitud, donde encarna al más necio esclavista. Aunque el malo siempre es la guinda del pastel, este actor de mirada turbadora no lo tiene fácil para subir a recoger el Oscar de reparto, pero tal vez le veamos en el escenario del Teatro Dolby, en el fin de fiesta, si la suya es proclamada mejor película.
Me temo que como Michael Fassbender -y si no aparece Clooney como productor de Gravity- otro que ha hecho un gran sprint en los últimos tres o cuatro años, Bradley Cooper, tendrá también que conformarse con seguir siendo uno de los más sexys de la fiesta. Este actor que aprendió a moverse por el mundo a base de resacones parece de buena pasta. Hay que ver cómo sonríe este hombre que en breve abandonará el club de los treintañeros. Juega con la ventaja de estar entrenado en lo de poner cara de circunstancias. El año pasado ya se quedó a las puertas del Oscar con El lado bueno de las cosas. Concurre de la mano del mismo director, David O'Rusell, que ha vuelto a confiar en él para La gran estafa americana, donde le podemos ver con un look setentero que no le favorece tanto. ¡Ay, esos rizos! Creo que tendrá que esperar que a la tercera vaya la vencida como se suele decir.
Para acabar, si no vamos totalmente equivocados, mucho nos parece que a pesar de su trabajo en Capitán Philips, junto a Tom Hanks, que le ha valido elogios y nominaciones, Barkhad Abdi va a ser un poco el convidado de piedra en esta gran fiesta de los Oscar. De hecho es el recién llegado, el menos conocido por no decir un desconocido, el más exótico, es somalí y, con 29 años, el candidato más joven. Seguro que pensará que lo importante es estar ahí.