Las pieles invaden la pasarela
- Etxeberría firma un magnífico trabajo de sastrería y una osada mezcla de pieles
- Arzuaga y Devota&Lomba trabajan los volúmenes desde el patrón
- 15 mantones de manila dieron lugar a la colecciñon de Duyos
- Verino, Palacio y Aristocrazy completan el calendario de la primera jornada
Dice Etxeberría que las últimas colecciones le habían alejado de la sastrería clásica y que deseaba volver a ella. La necesitaba para realizar el vestuario completo de su colección de invierno, un gran trabajo de estructura compleja.
“Es que vuelvo a mis orígenes, aunque nunca los he dejado del todo”, dice antes del desfile, “he trabajado la sastrería desde la simplicidad y complejidad del patrón suprimiendo las costuras por pinzas”.
Así consigue prendas tridimensionales, con volúmenes muy interesantes. También los son las mezclas de texturas, con la que ha creado un atractivo juego visual y, por supuesto, una invitación a la caricia.
Las pieles, hilo conductor de la colección, comparten protagonismo en una misma prenda o en el calzado, como los romances de lana y astracán, de cuero y mongolia.
Destacan, por encima de todo, una bomber de pelo de Mongolia con los puños de canalé y piezas de cuero, un abrigo de avestruz y pitón con el bajo de napa, una capa de Mongolia y lana de cashmere y un abrigo en astracán negro con los vivos en napa.
Prendas que se elevan a otra dimensión, joyas para vestirse y abrigarse, objetos de deseo para admirar y lucir, maravillas realizadas por uno de los creadores con más personalidad y talento.
El Nacional de Moda
Casi lo mismo, o lo mismo ciertamente, podemos decir de Amaya Arzuaga
La colección habla de la belleza, la arquitectura, el movimiento y la cultura. Como nos contó, es la colección de su línea AA más potente de las presentadas en MBFWM y la más cercana a la colección principal que se presentará en Paría.
Si en temporadas anteriores capturó el movimiento de las alas de las mariposas y murciélagos en sus prendas, ahora Arzuaga refleja el aleteo de las aves a base de pliegues que aportan a las prendas un efecto tridimensional.
Así las prendas envuelven el cuerpo con patrones que llevan formas onduladas en el cuerpo, la espalda, la falda o el pantalón. Siempre con un estilo orgánico, tan pronto con diseño simétrico como asimétrico.
Los perfiles están muy marcados, los pantalones se ajustan a las piernas y algunos abrigos recubren el cuerpo como corazas de animales. El foco de atención está en los hombros, siempre definidos.
Pieles, ¿moda o inversión?
Las pieles son una parte importante de la colección. Las vemos, naturales, en pelo de pony, cabra, cordero. El cuero, elástico, se deja modelar para encajar en el estilo escultural de la colección.
Destacan las pieles estampadas con un motivo caleidoscópico de teselas multicolor y también las que van plastificadas. Estas, junto a los neoprenos, contrastan por su mutación genética con los tejidos como la lana y el cashmere.
La capa tradicional española es otra de sus fuentes. La burgalesa la reinterpreta consiguiendo distintas variaciones, para mujer y hombre, que van desde las largas hasta las cortas, como prenda de abrigo y como aplicación para un vestido o un top.
Camel, verde, azul “Gitanes” y, por supuesto, negro son su apuesta cromática, para ella y para él. Los chicos salta a la pasarela con pantalones de punto que se ciñen con fuerza y abrigos de corte severo.
15 mantones
Las mercerías son como la cueva de Alí Babá. Al menos para Duyos. Fue en una de ellas donde encontró 15 mantones de los años 20 y los 30, y ellos le inspiraron de inmediato para realizar los primeros looks de su colección.
“Son 15 mantones para el invierno de 2015 y justo cuando estoy a punto de cumplir 15 años en esta pasarela”, dice con optimismo. “Claro que soy optimista, hay que serlo, y más en estos momentos”.
Con esos bellos mantones bordados a mano hace vestidos, pantalones y quimonos, todo acompañado por piezas en piel. Es la primera vez que hace una incursión tan grande en la peletería y ha preparado cazadoras y abrigos en napa, avestruz, visón y zorro.
“Estoy un poco nervioso, porque es algo nuevo y la gente no está acostumbrada a ver tantas pieles en el desfile pero creo que hay que proponer cosas nuevas o de lo contrario es un aburrimiento”.
Destacan los vestidos de lentejuelas abrasadas, paillettes de plástico ligeramente quemadas que dan un efecto de profundidad a la prenda. También los zapatos, en plano, proyectando un look de calle porque “no todo en la vida es tacón”, señala.
De Juan llevamos temporadas resaltando su madurez con la aguja y la elegante elección de la carta de colores. En esta ocasión se centra en los tonos tocador que maquillan vestidos de coctel y fiesta que, a veces, se balancean con flecos de diferentes tamaños.
Polvo de estrellas
El cine de los 50 y 60 inspira a Roberto Verino. Tanto que ha querido representar en su pasarela el estilo de estrellas como Audrey o Jackie y, como no, también a sus galanes.
La línea diurna se detiene en los sastres, tanto con falda como con pantalón, el trench y los vestidos cuajados de piedras que brillan. Para ellos, elegantes conjuntos de traje, jersey de cuello cisne y abrigo, y todo en distintas versiones de camel y beige.
Los tonos grisáceos marcan la pauta y resultan perfectos en prendas con estampados tan tradicionalmente masculinos como el príncipe de gales o el pata de gallo, a veces con detalles en piel o paillettes que han sido aplicados de forma artesanal.
De nuevo su noche se tiñe de negro. Los armarios femeninos se llenan con diseños de fantasía de patrón asimétrico o con looks rompedores de mini-vestido y maxi-abrigo. También vestidos de fiesta, capas, y monos de pantalón.
Pero además permiten, de la forma más chic, que entre un plumífero. ¿Y por qué no?
Espíritu geométrico
La colección de Devota&Lomba es el resultado de la evolución de su trabajo, de su historia. Modesto arrastra 65 colecciones y llega a esta con un trabajo conciso, certero. Menos de treinta salidas y tan solo 14 modelos le sirven, y le bastan, para expresar su concepto de colección, algo que se agradece.
Las geometrías y los mosaicos son el punto de partida. Vemos estampados, detalles, pliegues de papiroflexia, bordados y detalles que recuerdan a los azulejos. La capa, imprescindible en cualquier desfile, se presenta en diferentes largos, como los vestidos.
Destaca, y asombra, la labor hecha con los volúmenes sobre el patrón. Lomba investiga a conciencia, y como ha hecho Arzuaga, crea patrones que van más allá de lo plano, adentrándose en otras dimensiones.
Capitas de zorro y abrigos de conejo abrigan a una mujer que adora llevar prendas de silueta definida que van coloreadas en marrones, azules tinta, beige y un etéreo verde agua.
Miguel Palacio también trabaja con los dibujos geométricos y, de nuevo, propone rombos en prendas de aires setenteros. Su colección para Hoss se trabaja desde la línea recta hasta la evasé, siempre en sedas de diferente calado.
No faltan sus lazos en hombros y cuello, ni los bordados fantasía en lentejuelas y piedrecillas. Tampoco los cinturones, esos que alegran cualquier vestido.
Joyas que vuelan
Ha cerrado la jornada la firma Aristocrazy, con una colección que definen como minimalista, sobria y naturalista.
Las joyas, único elemento de la colección- salvo los vestidos negros de Nihil Obstat- se dividen en dos partes. Una de barroco sencillo, con cadenas planas y piedras de cuarzó fumé que van en el mismo tono.
La otra se centra en el águila. Un animal muy vinculado a la firma y cercano al concepto que ellos entienden como natural o ECO. Así vemos impresionantes corpiños de plumas metálicas hechas a mano, una a una.
Además, brazaletes y anillos que son las piezas que saldrán a la venta. El resto, casi el 90%, es solo parte del espectáculo, pasarela. Un show que en esta ocasión se ha inspirado en Blade Runner y la estética urbana e industrial.
Es el tercer desfile en MBFWM de la firma, hermana de Suárez, y el balance, según cuenta Juan Suárez, "es muy positivo, tanto en repercusión como en posicionamiento; tanto aquí como en el exterior donde también tenemos tiendas".