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La consigna del día es: revisa, reinterpreta, rescata, resucita.

  • Laguna presenta su colección número 100 y rescata prendas de su historia
  • Davidelfin declara su amor por Pelayo Díaz sobre la pasarela
  • Oliva se acerca a la realidad, Díez invita a bailar y Escoté viaja al far west
  • Todo sobre la MBFWMadrid en el especial de rtve.es

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Desfile completo de Davidelfin

“Me gusta todo y… me lo puedo permitir” dice una chica tras el desfile de Juanjo Oliva. Después de varias temporadas presentando colecciones de costura para atraer a una clienta de taller, una mujer especial que compra a medida, el diseñador va más allá y convierte su pasarela en el escaparate de unos grandes almacenes.

Oliva ha presentado la quinta colección que ha hecho para Elogy, una de las 18 marcas de moda de El Corte Inglés, y los aplausos, las críticas y las felicitaciones indican que ha gustado y ha convencido.

Convence por ser moda real, a precios asequibles. “Las prendas más baratas cuestan 39,90 euros y las más caras 200”, que es lo que cuestan los vestidos de noche aunque “estamos intentando que sea algo menos”, dice el diseñador.

Este romance con los grandes almacenes es para Oliva “un pulmón vital” con el que puede encarar la situación actual tras dos años complicados y mantener su estructura de negocio: equipo, taller-estudio…

Cremalleras para evitar aprietos

Cuenta que tiene libertad total para hacer la colección y que “no es una segunda línea de Juanjo Oliva”. El 99% se fabrica en España y algunas sudaderas en Portugal. “Me he enamorado de este trabajo y paro a la gente por la calle para darles las gracias por haber comprado una prenda mía”.

El neopreno es el tejido estrella y lo mezcla Oliva con lanas y sedas, logrando un look de costura urbana. Abrigos, faldas y camisas tienen una factura elegante y llevan cremalleras y elásticos. “He querido destacar el carácter deportivo y llevarlo incluso a la noche”.

Su noche es vertical, alargada, liviana. Vestidos largos y monos largos (el éxito de ventas) se tienen de colores intensos, con vida, trabajados de forma libre. Hay amarillo Bunei, cobre, caqui, sandía y azul pato. También negro, amigo de la casa, que se ve en diferentes tonos por la variedad de las texturas.

Los diseños de fiesta llevan cremalleras que permiten adoptar distintos roles: recatada, atrevida, coqueta, osada. Los bolsos (versátiles y cómodos en un elegante cuero mate) y los zapatos, tacón y plano, son de Jeff Bargues, su pareja. 

Los plumíferos dorados y los estampados inspirados en la obra de Esteban Vicente, llaman la atención de forma divertida sobre el resto de la colección.

Far Love, por María Escoté

De nuevo la cazadora de cuero, la biker, es la estrella del desfile de María Escoté y la vemos abriendo en un amarillo fuerte con flecos larguísimos que buscan el suelo.

A lo largo de la colección se muestra en diferentes acabados y con distintos motivos. Algunos de ellos se plasman también en sudaderas, leggings, minifaldas y minivestidos en punto de lycra.

Escoté utiliza sus patrones favoritos pero ahora las customiza con el espíritu de la colección que es el lejano Oeste, con ecos a la ruta 66, al country.

Vaqueras de ciudad

Vemos estampados de estrellas, de tatuajes, de flores del desierto, de piel de vaca y símbolos sacados del vestuario de los jinetes que cabalgan a dos ruedas. Todo para mujer , ya que esta vez no ha presentado, y se nota el vacío, looks de hombre.

“Siempre me ha gustado este estilo, dice, “lo utilicé en mi primer desfile en esta pasarela y no lo había vuelto a usar”, dice en backstage. Ahora los recupera y los descontextualiza, llevándolos a los looks de noche.

Faldas y vestidos en blanco, en patrón oversized, van decorados con dibujos de llamaradas, las que salen por los tubos de escape. Y es que toda la propuesta huele a gasolina, suena a motor y sabe a Bourbon.

La diseñadora está feliz. En breve llevará su colección a la importante feria Tranoi. Más pasos importantes para la empresa tras vestir a Katy Perry y a otras cellebrities asiáticas.

Carlos Díez, intercambio de armarios

Todos los diseñadores han echado mano a su pasado para reforzar su presente. Es también el caso de Carlos Díez. Leggings, capas, ponchos, monos, sudaderas y vestidos saltan del armario masculino al femenino (en este orden) con toda naturalidad.

Su moda funciona para todos, porque el patrón es universal, cómodo. Bueno, no todo.

Díez presenta la colección como si fuera un musical. Ruidos de rayos y centellas, literalmente hablando, acompañan un estruendoso primer acto, con prendas de algodón y lanas frías en distintos negros y grises, algunos perforados.  

El segundo acto se articula en torno a la idea del uniforme de trabajo. Monos, camisas amplias de corte recto y pantalones con elásticos se tiñen de marrón y naranja. Uno, porque aguanta bien las manchas; otro, porque sirve para llamar la atención.

Tras la tempestad viene la fiesta

El diseñador desprecia los estampados, “estamos saturando de dibujos de lechugas y tomates, a veces sin motivo”, dice. En su lugar vemos parches con el rostro de su mecenas y amigo, el smiley.

Es el paso al tercer acto, que habla de la fiesta, de la cultura de club. Vemos prendas de carácter deportivo con una textura líquida, brillante. Son diseños en charol verde, de estilo cortavientos y, de nuevo, se ven en tamaño XXL.

No todos. El desenlace de la obra son dos monos de lúrex naranja que llevan dos modelos con cascos metálicos en la cabeza, a lo Daft Punt. Dos prendas que se ajustan al cuerpo como si fueran la  piel. Estos diseños son solo aptos para cuerpos de escándalo.

Sueños cumplidos

Cien colecciones lleva ya presentadas Hannibal Laguna y por eso ha querido repasar ahora su trayectoria. De la inmersión en el mar de su historia rescata prendas, detalles y ornamentos que antes formaron parte de colecciones de calle, fiesta y novia.

El cuerpo de un vestido de noche, las mangas de un diseño nupcial y una chaqueta con forma de corola salen del baúl para pisar rejuvenecidas la pasarela.

El diseñador ha repasado archivos, fotos de clientas e imágenes de las famosas que han pisado alfombras rojas de todo el mundo con sus creaciones.

Y todo ese álbum de fotos se materializa en una colección festiva y barroca (barroca en cuanto a la riqueza de los tejidos) que lleva cuerpos-joya de redes en la que han caído paillettes y cristal en tonos mate, a veces velados por el tul.

Rosa atardecer, lila nube, azul porcelana y negro son utilizados para colorear el armario de la mujer Laguna, que ahora varía desde las faldas con volumen noche hasta los looksrectos con pantalón de fiesta.

Y hablando de pantalones, el diseñador cuenta orgulloso que ha cumplido uno de sus sueños. “Presento mi primera colección de jeans que se van a producir en una gran empresa española con una gran red de distribución en todo el país". Feliz, ¡no es para menos!

"Como yo te amo"

No One es la colección de Davidelfín y también el título de la canción con la que declara publicamente su amor hacia Pelayo, con el que ha compartido sofá, vida, compañero de fatigas, confidente y, a veces, “tirita pal corazón partío”.

A la historia vivida en común dedica la colección el diseñador y la articula mezclando diferentes elementos, algunos inseparables. Por un lado vemos el estampado bacteria,  presente en la base de la lámpara Tahiti de Ettore Sottsass, que se adueña de diversas prendas.

Lo añade a la camisa Narciso (la de dos cuellos en simetría, arriba y en el bajo) que recupera en versión chica y chico para esta colección; y también en una chaqueta y vestido que presentan en total look.

Otra de sus referencias es la silla First, una bella escultura de círculos y líneas rectas en la que Delfín se sienta, y acomoda, para repasar sus colecciones anteriores. Así vemos prendas que no son lo que parecen, y que simulan ser varias pero en realidad se trata solo de una, como los abrigos que llevan cosido el bajo de un vestido.

El lenguaje del exhibicionismo

De nuevo propone añadir detalles de los deportes de riesgo y prescinde de los botones (salvo en la cintura de los pantalones) para poner automáticos, clips y velcro, mucho velcro.

Un elemento que se acopla y separa fácilmente para que los vestidos de línea recta puedan abrazar el cuerpo formando pliegues sugerentes en la espalda.

Destacan dos versiones del esmoquin: un mono para chico y un minivestido para chica que lleva la espalda un escote ventana. Ventanas: tentaciones para voyeurs, escenarios para exhibicionistas.

Davidelfin muestra la película de su vida a corazón abierto, utilizando como pantalla sus prendas o su piel, en la que lleva tatuados amores pasados, fuentes de inspiración, recuerdos...