De Guindos critica la falta de coherencia de la política fiscal europea durante la crisis
- Dice que se pasó de apostar por los estímulos a decretar un ajuste acelerado
- Defiende la devaluación salarial como vía "sostenible" de ganar competitividad
El ministro de Economía, Luis de Guindos, ha criticado la falta de coherencia y de previsibilidad de la política fiscal de la eurozona durante la actual crisis económica y financiera, ya que se pasó de apostar por los estímulos en 2007 y 2008 a decretar una consolidación fiscal acelerada en 2010. A su juicio, el enfoque adecuado es el actual, que consiste en rebajar el déficit pero a un "ritmo correcto".
"Normalmente, en materia de política económica se piden dos características: coherencia y previsibilidad. Y creo que, al menos en el caso de la política fiscal, no hemos sido muy coherentes ni predecibles", ha sostenido De Guindos durante un seminario sobre la eurozona organizado en Bruselas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
"La principal recomendación para España en 2007 y 2008 era expandir la política fiscal. Teníamos un superávit del 2% y se nos recomendó ser keynesianos", ha denunciado el ministro de Economía. El resultado fue -ha proseguido- que dos años más tarde España tenía un déficit superior al 11% y el paro subió del 8% al 21%.
Después de la crisis griega de 2010, la eurozona "dio marcha atrás y la consolidación fiscal se convirtió en el primer rasgo de nuestra política fiscal". "Teníamos que reducir dramáticamente y rápidamente" los déficit públicos, ha dicho Guindos. La tercera fase en esa evolución, que a su juicio es la "correcta" y la que ha permitido recuperar la confianza de los mercados, ha sido reducir el déficit pero a un ritmo más adecuado.
"Normalmente, en la eurozona exploramos todas las alternativas antes de adoptar la correcta", ha ironizado el ministro.
La "devaluación interna" es "más sostenible"
En cuanto a las reformas estructurales, De Guindos ha destacado que "los países periféricos han recuperado mucha competitividad y los países centrales han perdido algo" y ha defendido la "devaluación interna" en países como España, porque sus efectos son más permanentes que los que se lograban devaluando la peseta antes de la llegada del euro.
Según el ministro, la devaluación conseguida con bajadas salariales no tiene efectos secundarios negativos. "Ahora es totalmente diferente. Ahora hemos ganado competitividad a través de la devaluación interna, haciéndolo mejor que nuestros pares en términos de costes laborales y sin ningún tipo de efectos secundarios como en el pasado", ha defendido el ministro de Economía. "Esto va a ser mucho más sostenible", ha alegado.
De Guindos ha restado importancia al impacto que puede tener la crisis de los países emergentes en la recuperación de la economía española. A su juicio, la situación es "totalmente diferente" a la de la crisis anterior de estos países en los años 90, ya que se han aplicado "políticas más prudentes" y los desequilibrios son menores.
Además, el ministro de Economía ha reclamado "diferenciar" la situación de los diferentes países utilizando como indicador la posición en la balanza por cuenta corriente. En este sentido, ha mencionado el caso de México, país donde los bancos y las empresas españolas tienen una "enorme exposición", y que en su opinión se encuentra en una situación "muy buena".