Al menos 50 personas han muerto en una nueva cadena de atentados en Irak
- Las explosiones se han producido en Bagdad, Hilla y Mussayeb
- En enero murieron unas 1.000 personas en la violencia sectaria
Alrededor de 50 personas han muerto este martes en Irak tras una nueva oleada de atentados distritos chiíes del sur de Bagdad, y en la ciudad de Hilla. La mayoría de los ataques se han producido con coche bomba. En el último mes, más de 1.000 personas han muerto en distintos ataques, la mayoría de ellos cometidos contra la comunidad chií del país, según la cadena BBC.
En la capital, Bagdad, al menos 14 personas han muerto en distintos ataques con coche bomba en cuatro barrios de la ciudad, la mayoría de ellos en de mayoría chií. En el distrito de Bayaa, al su de la capital, un ataque ha causado la muerte de mas de 10 personas y herido a otras 30.
Por otra parte, cuatro miembros de la policía y el ejército han muerto, así como un número indeterminado de hombres armados, al tiempo que cinco personas han resultado heridas por distintos ataques contra puestos de control y por la explosión de dos bombas en la ciudad de Mosul, al norte de Bagdad, según Efe.
Violencia sectaria
Mientras, en la ciudad de Hilla, la capital de la provincia de Babel, de mayoría chií, la explosión de tres coches bomba. También se han producido atentados en las localidades Haswa, Mahaweel y Mussayab, ha matado a cerca de 35 personas y herido a más de 90, según informa Reuters. El jefe de policía de Al Hilla, el General Abbas Abid, ha acusado a grupos ligados a Al Qaeda, aunque por el momento ninguno ha reivindicado los ataques.
“Los grupos terroristas de Al Qaeda han atacado hoy Hilla para confundir a las fuerzas de seguridad y causa un número alto de víctimas entre la población”, ha señalado a la misma agencia. “Son criminales que nunca tendrán suficiente sangre inocente”.
Mientras en Faluya, 50 kilómetros al oeste de Bagdad, un portavoz del hospital local informó de la muerte de dos civiles y otros doce heridos por ataques de artillería. Faluya y Ramadi son las dos principales ciudades de la provincia de Al Anbar, en el oeste del país, escenario de combates entre las fuerzas iraquíes y los grupos extremistas, apoyados en ambos casos por tribus suníes.
La provincia de Al Anbar
El Consejo de Ministros de Irak ha aprobado este martes en una reunión un plan para restablecer la seguridad y reconstruir Al Anbar por los daños causados en los enfrentamientos. En un comunicado, Ali al Musaui, asesor del primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, informó de ese plan, así como de la creación de un comité, del entrenamiento de combatientes tribales para que trabajen con la policía contra los supuestos terroristas y de las ayudas para permitir el regreso de los desplazados a sus hogares en esa provincia.
Esta nueva oleada de ataques se producen un día después de que otra oleada causada la muerte a 22 personas murieron en varias localidades del país. Los atentados sectarios causaron el pasado año la muerte de más de 8.860 personas, de las que 7.818 eran civiles, según la ONU. De acuerdo con cifras del Gobierno, más de 1.000 han muerto en enero. El país celebrará elecciones legislativas en abril.