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La naturaleza lapona entra en ARCO

  • La feria se puebla de la tradición de la escultura de madera finlandesa
  • Grafitis, topless y neumáticos, en las exposiciones más llamativas

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Arranca Arco con Finlandia como país invitado

Como si de un soplo de aire fresco se tratara, la naturaleza de Laponia, región del norte de Europa en la que reside la escultora finlandesa Mia Hamari, ha entrado en ARCO en forma de esculturas talladas en madera extraída de sus fríos bosques y un sinfín de materiales hallados allí por su creadora.

En la primera jornada de la 33 edición de la feria de Arte Contemporáneo (ARCO) de Madrid, Mia Hamari seguía esparciendo por el suelo del estand de Forum Box (Helsinki) virutas de madera alrededor de una escultura, Satu, con el cuerpo de mujer y las patas de animal sin cabeza y coronada por una larga melena de pelo natural.

Las obras de Hamari son parte de la reaparición de la tradición de la escultura de madera finlandesa, que durante cientos de años ha sido muy fuerte en este país repleto de bosques, según explica su autora. Hamari pretende crear con sus esculturas un mundo de fantasía, íntimamente ligado a personajes que bien podrían haber salido de Alicia en el país de las maravillas, talladas cuidadosamente y complementadas con materiales como huesos, piel de animal o corteza que encuentra en los mismos bosques que la madera que utiliza.

Pero no solo del bosque de la lejana Laponia se nutre ARCO, que ha abierto sus puertas hasta el próximo domingo y que mañana será inaugurada por los Príncipes de Asturias, sino que el material de obra resulta ser, en cada edición de la feria, y en esta especialmente, un excelente elemento inspirador para los artistas.

Grafitis y topless

Muchas son las galerías a las que el material de obra ha dado juego a sus representados, como por ejemplo la de Ponce+Robles, en la que unos cuadros, al estilo del grafiti, aparecen protegidos por unas vallas y unos neumáticos.

Ladrillos, círculos de cemento y distintos materiales se esparcen también por el suelo de la madrileña Max Estrella, mientras que Cristina Guerra (Lisboa) apuesta por una gran viga atravesada en el estand y la italiana Cardi (Milán) muestra en Lavoro un gran espejo sobre el que aparece una valla de obra con la conocida inscripción -en italiano- "Prohibido el paso a toda persona ajena a la obra".

No obstante, lo más llamativo este año y lo que sin lugar a dudas más comentarios suscitará es una instalación de un topless, situada en la Galería T20 de Murcia, con la que su autor, Yann Leto, cuestiona, bajo el título Congress. Topless, con un luminoso rosa, el papel que desempeña la clase política.

Para el galerista Nacho Ruiz, con esta instalación, en la que dos bailarinas se alternarán para realizar espectáculos de striptease durante todos los días de la feria, su creador pretende reflexionar sobre "en qué se ha convertido el Congreso" y si se trata de un lugar en el que todo es tan transparente como debiera.

En la galería Esther Schipper"de Berlín, una gran mesa cuadrada repleta de bolas imantadas que se mueven vertiginosamente en la misma dirección creando distintas formas llama poderosamente la atención del público que llenaba hoy los estands de ARCO en la primera jornada de la feria.

No menos llamativo resulta, en la catalana Estrany de la Moma, un panel repleto de palabras relacionadas con el sexo, entre las que no faltan "Un orgasmo", "2.000 prostitutas", "Un pederasta", "Un burdel", "Una puta", "116 abusos sexuales" o "Un pedófilo", aunque la lista es interminable.

No lejos de allí, una escultura en resina a tamaño real de un asiático, con una cartera en una mano y una cazadora y bolsa de plástico en la otra, hace dudar, por un momento, de si se trata de una obra o de alguien real que mira una de las obras de arte de la galería Juana de Aizpuru.

"Escribid a Papá Noel y pedid trabajo", reza un irónico cartel en la galería Korjaamo de Helsinki, en una feria en la que, según el tiempo de que se disponga, uno puede pasarse Medio día, como dice una de las obras de la brasileña Casa Triángulo o, si va bien acompañado, como señala otra de sus piezas: Contigo, 20 días.