La infanta: "Nunca hubiera aceptado que se me hubiera utilizado como escudo fiscal, nunca"
- Ante el juez: "No he controlado los gastos de Aizoon ni sus cuentas"
- Fue socia de Aizoon porque Urdangarin se lo pidió, ella aceptó "y no hay más"
- Así se recoge en la transcripción de su declaración del 8 de febrero ante el juez
- Respondió con "no sé" y "no me acuerdo" a gran parte de las preguntas
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La infanta Cristina señaló durante su declaración como imputada por presunto fraude fiscal y blanqueo ante el juez del caso Nóos, José Castro, el pasado 8 de febrero, que "nunca" hubiera aceptado ser un "escudo fiscal" para evitar la inspecciones de Hacienda y añadió, en este sentido, que "precisamente por ser hija del rey" quizá se le haya sometido "a un escrutinio mayor", según la transcripción de la declaración (.pdf) a la que ha tenido acceso TVE.
La infanta basó su defensa, como trascendió el mismo día de la declaración, en su desconocimiento del funcionamiento de los negocios de su marido, Iñaki Urdangarin, y en la confianza que tenía depositada en él. En este sentido, negó haber desarrollado cualquier actividad de gestión en Aizoon, la sociedad que compartía al 50% con el duque de Palma.
"Yo no he controlado los gastos de Aizoon, ni he controlado sus cuentas", aseguró la hija del rey. La imputada respondió así ante las preguntas del propio Castro, que lepreguntó por la aprobación de las cuentas anuales de 2006 y 2007, que la infanta firmó como secretaria de la Junta".
Si entró en Aizoon fue porque así se lo pidió su marido y confiaba en él, adujo: "Confiaba en él, él me lo sugirió y así lo acepté". Así se recoge en la transcripción de la declaración de más de seis horas en la que en numerosas ocasiones respondió al juez con "no sé" o "no lo recuerdo".
No hubiera aceptado ser un escudo fiscal
El juez Castro preguntó a la infanta Cristina por la declaración del notario Carlos Maciá, que aseguró como testigo que el asesor fiscal de los duques de Palma, Miguel Tejeiro Losada, había insinuado que la presencia de la infanta Cristina en Aizoon respondía a que sirviera como "escudo fiscal" ante Hacienda.
La infanta Cristina respondió que le sorprendía que Maciá hubiera utilizado esa expresión porque ella no lo hubiera aceptado: "Nunca hubiera aceptado que se me hubiera utilizado como escudo fiscal, nunca".
“"Ni lo hubiese aceptado ni me consta, casi me ofende, señoría"“
Y ante la insinuación del juez de que pudiera haber sido utilizada sin saberlo, negó de nuevo esa posibilidad: "Ni lo hubiese aceptado ni me consta, casi me ofende, señoría", dijo la infanta en su declaración, de casi siete horas.
La mujer de Urdangarin insistió durante su declaración que "precisamente por ser hija del rey" no solo había gozado de un trato privilegiado de la Hacienda Pública, sino que se le había sometido "a un escrutinio mayor".
"Se me ha mirado con más detalle todos los temas relacionados con la administración y con temas delicados y referentes a Hacienda, siempre he ido con mucho cuidado y he cumplido con mis obligaciones".
Aizoon: "Lo ha llevado él, yo no he intervenido en nada"
Respecto a la sociedad Aizoon, coparticipada al 50% por la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, se desmarca de su participación. "A mí mi marido me pregunta si quiero ser socia al 50% y yo lo acepto y no hay nada más".
"Mi marido me lo propone y con la confianza que le tengo, yo lo acepto, crea Aizoon para canalizar sus ingresos profesionales y a partir de ahí yo no he tenido nada más que ver, ya lo ha llevado él, yo no he intervenido en nada", añadió en su declaración, en la que también dijo no haber coincidido nunca con Diego Torres, el socio de Iñaki Urdangarin en Nóos.
De la misma manera, negó también haber hecho gestiones de apoyo a Nóos para organizar los eventos Valencia Summit y dijo desconocer si su marido se había reunido en el palacio de la Zarzuela con la alcaldesa Rita Barberá y el entonces presidente valenciano Francisco Camps.
Aunque la infanta constaba como vocal de la junta directiva del instituto Nóos, aseguró que solo recibía información bancaria de sus cuentas personales y no de la tarjeta de crédito con la que Aizoon pagaba sus gastos. De hecho, reconoce no saber "con detalle" qué actividades se llevaban a cabo en ninguna de las dos entidades.
“La infanta dijo que se enteró de que Aizoon estaba domiciliada en su casa al preparar su declaración“
Asimismo, aunque el juez le recordó que constaba que presidió dos reuniones de Aizoon, una de ellas para cambiar el domicilio social de la empresa a la vivienda de los duques, donde residía la familia, la infanta negó haber presidido ni asistido a ninguna junta.
"¿Entonces esto cómo se hacía, llegaba su marido y le decía 'oye, hemos acordado esto, firma aquí' y usted firmaba?", le preguntó Castro llegados a este punto. "Posiblemente fuera así", contestó ella.
Y del arrendamiento que la Agencia Tributaria considera ficticio de alquiler de una parte de su vivienda de Pedralbes a Aizoon y que firmó la infanta aunque no era necesario, contestó: "Yo firmé donde me dijeron los asesores que tenía que firmar, no, debió ser un error, no lo sé, porque yo no tengo poderes en Aizoon ni tengo ningún control sobre Aizoon, entonces no entiendo por qué firmé ahí", y reconoció al juez que se había enterado con sus abogados al preparar su declaración que la sociedad estaba domiciliada en la primera planta de su vivienda.
"Yo no me he ocupado de los gastos y facturas, todo esto lo ha llevado siempre mi marido; realmente, en casa teníamos repartidas las funciones y él se ha ocupado siempre de toda la parte financiera de la economía familiar", respondió.
A preguntas de la abogada del Estado María Dolores Ripoll, dijo que no conocía al detalle las fuentes de ingresos de Urdangarin ni cómo tributaba por ellos. "Sé que trabajaba para empresas y que trabajó para el Instituto Nóos, pero no sé los detalles".
"Yo creo en la honradez de mi marido"
Sin embargo, también defiende a Urdangarin: "Mi marido ha hecho las cosas de la mejor manera posible y confío en que lo ha hecho bien, si está asesorado de una manera o estuvo asesorado de una manera o de otra, lo desconozco", afirmó al respecto.
De este modo, la infanta dice que cuando cesó su participación y la de Urdangarin en el Instituto Nóos por recomendación del conde de Fontao de que "deje de trabajar con las administraciones públicas", siguieron esa recomendación "y nada más", sin comprobar la situación fiscal de la sociedad Aizoon.
Más adelante, cuando el juez pregunta a la infanta si cree que los gastos personales y familiares que se incluyen en Aizoon buscaban una deducción del impuesto de sociedades, la infanta respondió: "No creo, yo creo en la honradez de mi marido". "Nos hemos fiado de los asesores", añadió.
Gastos de viajes
En ese sentido, la infanta Cristina defendió también en su declaración que no conocía qué parte de sus gastos por viajes personales y familiares eran cargados en realidad a las cuentas de Aizoon, a la que presuntamente se desviaron parte de los fondos públicos captados por el Instituto Nóos.
"No llevo el control de los gastos de viajes", le dijo la hija del rey al instructor del caso Nóos, que le había preguntado sobre el viaje que realizó junto a su marido y sus cuatro hijos a Río de Janeiro (Brasil) en el año 2009.
"¿Recuerda usted haber hecho un viaje a Río de Janeiro con su marido y sus cuatro hijos?", le preguntó Castro, a lo que contestó con un escueto "sí, señoría". Pero, al ser preguntada sobre quién abonó los gastos, la infanta señaló que ella no los pagó, porque no lleva "la gestión de los viajes".
"¿Pero sí sabrá quién no lo pagó?, ¿lo pagó usted?", repreguntó el juez Castro, ante lo que la infanta señaló a su marido. "No, se encargó mi marido de pagarlo, me imagino, yo no lo pagué, no llevo el control de los gastos de viajes", insistió, antes de reconocer que fue "un viaje familiar privado" que nada tenía que ver con la actividad de Aizoon.
Clases de salsa y merengue y libros de Harry Potter
En un momento de la declaración, el juez también preguntó por los gastos en clases de salsa y merengue por un total de 707 euros cargados a Aizoon, entre otros desembolsos personales que se investiga si sirvieron para defraudar a la Agencia Tributaria.
El instructor del caso Nóos preguntó a la infanta Ante las evasivas de la infanta, si sabía "a quién se le ocurrió la feliz idea de camuflar la salsa y merengue como curso de formación" para pasarlo como gastos de la actividad de Aizoon.
"No lo sé, señoría", se limitó a contestar la duquesa, aseverando en cualquier caso que ella no recibió este tipo de clases y que no recordaba quién podía haber participado en ellas. "Igual bailamos salsa y merengue, pero no recibí ninguna clase".
“El juez, a la infanta por sus evasivas: "Yo recibí clases de baile hace treinta años y todavía me acuerdo"“
Ante esas respuestas evasivas para el juez Castro, esgrimió en un momento dado: "Yo recibí clases de baile hace treinta años y todavía me acuerdo. ¿Entonces usted nunca ha recibido un curso de baile, sea salsa sea merengue?".
"De flamenco hace muchos años", repuso doña Cristina, asegurando no recordar si, por su parte, Iñaki Urdangarin recibió recibió el curso de salsa y merengue que en varias facturas figura como pagado de forma directa desde Aizoon. "Lo desconozco", se limitó a responder.
Según varios informes de la Policía Nacional, Cristina de Borbón y su esposo cargaron a Aizoon, entre otros gastos, la adquisición y montaje de hasta 72 muebles y elementos del hogar como estanterías, butacas, sofás, mesas y cortinas de lujo para su uso personal. Asimismo, se desprende que la infanta pagó a través de Aizoon servicios de 'coaching' por un total de 6.672 euros de 2005 a 2007, además del curso de salsa y merengue.
Uno a uno fue el juez Castro fue enumerando diferentes gastos en facturas imputadas a Aizoon, que la infanta sistemáticamente negaba conocer. El magistrado, de hecho, preguntó incluso por el recibo que refleja la compra en mayo de 2008 de cuatro libros de Harry Potter, que fueron cargados a la sociedad investigada. "Me imagino que para nuestros hijos", explicó la duquesa de Palma en este apartado.
Castro preguntó a la infanta si tenía "sentido" que la compra de esos libros "se carguen a Aizoon". "No, pero puede ser también una equivocación, no sé, yo no hice la compra, la puede haber hecho un tercero y haber sido una equivocación", concedió la imputada, que repetía que ella nunca ha "controlado" Aizoon y negaba haber sido ella quien decidiera cargar todos esos gastos a la sociedad.
"Yo me ocupaba de los niños y mi marido de los gastos"
La infanta Cristina afirmó en los juzgados sobre sus actividades y las de su esposo, Iñaki Urdangarin: "Yo me ocupaba de los niños, sus actividades, de la escuela y de todo lo que tenía que ver con ellos, con médicos y demás, y mi marido se ocupaba de toda la parte de los gastos".
A preguntas del juez instructor, contestó que aunque participaba en la selección del personal de servicio doméstico no conocía cómo se le pagaba, por lo que desconocía que un matrimonio que formaba parte de su servicio doméstico estuviera contratado por Aizoon y que estaban dados de alta como auxiliares administrativos, a los que negó haber pagado en negro. "¿Usted no ha preguntado nunca a su marido 'esta familia por quién está contratada, quién le paga el sueldo'?", le inquirió el juez Castro, a lo que respondió: "No, señoría".
“La infanta admitió que no tiene conocimientos jurídicos ni tributarios“
En el turno de preguntas de su abogado Jesús María Silva, doña Cristina aludió al reparto de tareas en su matrimonio y aseguró que su marido era quien gestionaba los gastos ordinarios del hogar.
También a cuestiones formuladas por su letrado, la infanta dijo que no tiene conocimientos jurídicos ni tributarios, y "muy básicos" en el ámbito económico.
En referencia a su trabajo en la Caixa, doña Cristina señaló que "algunas veces" e incluso "generalmente" ha firmado documentos sin haberlos leído previamente.
Argumentó que la lectura de estos documentos dependía de si la persona que se lo presentaba para rubricarlos era de "confianza" de su departamento. "Si tengo confianza en la persona que me los presenta, pues los firmo", aseguró.
La infanta manifestó además que en algunas de la actas de juntas de Aizoon y otros documentos que le mostraron algunas de las firmas no le parecía que fueran la de su marido.