Solo puede quedar una
- Nueve cintas muy diversas se disputan el Oscar a mejor película
- La gran estafa americana, Gravity y El lobo de Wall Street, entre las favoritas
- Dallas Buyers Club y 12 años de esclavitud ya han cosechado premios
- Nebraska, Philomena, Her y Capitán Phillips, también compiten
86 ediciones ya desde aquella primera en que ganó la estupenda Alas pero no ganó la mucho mejor Amanecer. 86 ediciones desde aquella primera en que a Chaplin se le concedió un Oscar especial por su contribución al cine en El Circo y luego nunca más, hasta un Oscar honorífico en 1973, para lavar de alguna manera la mancha del macarthismo sobre quien había hecho más por el cine (en todos los sentidos) que probablemente ningún otro, algo que queda de manifiesto especialmente estos días cuando se han cumplido 100 años de la aparición por vez primera en la pantalla del personaje del pequeño vagabundo.
Todo este preámbulo es para poner de manifiesto, una vez más, lo difícil que es acertar en esto de los Oscar. Desde 1928 llevan contentando o defraudando a crítica y público, creando listas de agraviados, de nominados y de triunfadores. Hay quien los denosta, pero salvo Marlon Brando, o Woody Allen, he visto a muy pocos que se hayan resistido a no recoger "su" Oscary tener su minuto de gloria en los agradecimientos. Yo no dudaría ni un segundo.
El problema de valorar ser hizo más grande hace unos años, cuando se amplió la lista de nominados. Como no todo llega a España cuando debería llegar, según terminaba este texto, acabo de ver la única que me faltaba por ver: Philomena .
Para hacerlo más fácil, me voy a la página oficial de los Oscar y voy arriba a la izquierda y empiezo con:
La gran estafa americana
Candidato al Oscar como mejor director por esta película, David O'Russell es un tipo solvente, que retrata las unidades familiares con una naturalidad, familiaridad y cercanía que no es habitual en el cine norteamericano. Yo le conocí de primeras en esa estupenda película que es Tres reyes. Luego, en The Fighter y el pasado año en El lado bueno de las cosas volvía a hacer retratos ejemplares de la familia.
La gran estafa americana se basa en un hecho real. Christian Bale, nominado a mejor actor, que es una especie de camaleón portentoso disfrazado de actor, da vida a un estafador a quien el FBI, de la mano de un agente con ganas de arreglar el mundo, Bradley Cooper, nominado como mejor secundario, obliga a redireccionar sus artes para pillar a unos peces gordos. Le va a ayudar su chica, Amy Adams, también nominada como mejor actriz, otra que en cada papel que hace nos desmuestra lo portentosa actriz que es.
La película está ambientada a finales de los años 70, tiene una banda sonora que nos hace vibrar. Bale luce apósitos capilares a los que no damos crédito, y Cooper bigudíes para rizarse el cabello. Sí, era una mala época para el buen gusto.
La película tiene nervio y fuerza, un guion que urde una serie de subtramas con la trama principal y que, para mi gusto, hace que la película acabe siendo menos de lo que querríamos que hubiese sido; no sé exactamente si el motivo son las muchas historias que se entrecruzan o la densidad de la historia en algunos momentos. Jennifer Lawrence y Jeremy Renner completan un reparto de lujo. Ojo a ella, y su secuencia con "Live and let die".
Nebraska
Nebraska, de Alexander Payne -candidato a la mejor dirección- es una hermosa película en un soberbio blanco y negro, con un soberbio Bruce Dern -candidato al mejor actor- y una galería de personajes inolvidables. Si La gran estafa americana en ocasiones puede parecer excesiva, en Nebraska la sencillez es lo que prevalece.
Una sencilla historia, la de un hombre mayor con la cabeza ya no demasiado en su sitio, que cree que le ha tocado un millón de dólares. Su hijo le acompañará en un viaje por unos paisajes de la América profunda que nos muestran algo más que una tierra que una vez fue próspera. La galería de personajes que les acompañarán, la esposa del protagonista, la excelente June Squibb -candidata como mejor secundaria- y los familiares y amigos, harán un retrato tan divertido como certero de la condición humana.
Capitán Phillips
Capitán Phillips es puro Tom Hanks y puro Paul Greengrass. Pongo adrede al protagonista delante porque creo que es de justicia, por más que sea para mí una injusticia que no esté nominado. Solamente por la secuencia final de la película ya debería ganar el Oscar Tom Hanks.
La historia, ya se sabe, la de aquel capitán de la marina mercante estadounidense secuestrado hace años por piratas somalíes. El no actor Barkhad Abdi -candidato como mejor secundario- es el sorprendente antagonista en una historia llena de tensión en la que Grengrass rehuye inteligentemente de los maniqueísmos baratos de buenos y malos de una pieza.
Philomena
Ahora le toca el turno en la lista de la página oficial de los Oscar a Philomena. Si a priori confiaba plenamente en su director, Stephen Frears, alguien que jamás ha hecho una mala película, su actriz, la portentosa Judi Dench, y en Steve Coogan, aquí co-guionista y productor, además de co-protagonista, después de verla tengo que confirmar que es toda una gran película. Con un tema que nos es, por desgracia, muy cercano.
No voy a hacer spoilers, aunque creo que el spoiler está muy sobrevalorado en el cine. Sí voy a decir que es una película que, en cada ocasión en la que la historia puede caer en la sensiblería o el trazo grueso, huye con enorme elegancia de esas situaciones, y que habiendo podido ser una película trágica, no lo es en absoluto. Por poner un ejemplo un tanto lejano, y sin tener nada que ver, en algún momento venía a mi memoria la estupenda Viajes con mi tía. En este caso, ya digo que sin tener nada que ver, los personajes de Judi Dench, la Philomena del título, una mujer que busca al hijo que le quitaron unas monjas casi medio siglo atrás, y el de Steve Coogan, se complementan uno al otro, siendo totalmente distintos.
Una escritura limpia, ya digo, en la que no hay subrayados innecesarios. Una película sin estridencias que dice en su discreción mucho más que otras pretendidamente elocuentes y una película que es de esas que van creciendo en nuestro recuerdo una vez que han terminado.
Dallas Buyers Club
Solventado el trago del desconocimiento de una película, sigo con Dallas Buyers Club, una película dirigida por el canadiense Jean-Marc Vallée, responsable para los despistados de C.R.A.Z.Y. y La Reina Victoria. La película, que empieza de forma soberbia y valiente para ir derivando según pasan los minutos en una película más convencional, cuenta la historia (también real) de Ron Woodroof, un tipo de Texas que andaba allá a mediados de los 80 metido en todos los fregaos en los que hubiera promiscuidad, alcohol, cocaína y rodeos.
Matthew McConaughey -candidato a mejor actor- es Ron, en el que es su (más o menos) enésimo papel en el que le vemos literalmente salirse de la pantalla. Y eso que ya había puesto el listón muy alto el año pasado con Mud, The paperboy, y en su pequeño pero decisivo papel en El Lobo de Wall Street. Al muy machote y malhablado Ron le dicen que tiene Sida y que le quedan 30 días apenas de vida. Serán unos cuantos (bastantes) más y en ese camino aprenderá muchas cosas de todo tipo. A respetarse a sí mismo y a los demás y a darse cuenta del negocio en el que se convirtió la búsqueda de una cura para el sida, y de la lentitud de la administración sanitaria norteamericana en buscar soluciones a la enfermedad.
La primera vez que vemos al bueno de Mathew en la pantalla no podemos evitar recordar Junior Bonner (bueno, yo por lo menos) y los rostros cadavéricos de Rock Hudson o Freddy Mercury. Por cierto, tan impresionante como Matthew McConaughey (o más) está Jared Leto, candidato a mejor secundario.
12 años de esclavitud
12 años de esclavitud es una película emocionante basada de nuevo en una historia real que escribió su propio protagonista, Salomon Northup, allá POR mediados el siglo XIX cuando consiguió dejar atrás la pesadilla de esos doce años de esclavitud que sirven de titulo a la película.
Steve McQueen -candidato a mejor director- la dirigió y no dijo más que cosas interesantes en la presentación que hizo personalmente al público que asistió al preestreno apadrinado por Días de Cine el pasado mes de diciembre y que aún puede verse integra en la web del programa.
La película pone la piel de gallina en más de una ocasión y es de alguna manera esa historia sobre la esclavitud que estaba esperando a ser contada. Un estupendo Chiwetel Ejiofor -candidato al Oscar a mejor actor- da vida a ese hombre libre que acabó esclavo y Michael Fassbender -candidato como mejor secundario- al cruel dueño de una plantación.
Gravity
Toca ahora Gravity, película con la que disfruté enormemente cuando la vi. Espectacular visualmente y tremendamente sencilla, la película dirigida por Alfonso Cuarón -candidato al Oscar al mejor director- podría en realidad haber tenido lugar en una barca en medio del océano, en una selva, en el desierto o en una montaña. Pero sucede en el espacio exterior, en la órbita de la tierra, cuando dos astronautas quedan desamparados tras un accidente. Él es George Clooney, y ella, Sandra Bullock -candidata a Oscar a mejor actriz- omnipresente en toda la película, ya sea con traje espacial o sin él.
Trepidante y apasionante, y aunque es un 3D espectacular, en realidad nos gusta más el sentido de la aventura que los efectos especiales, como por otro lado debería ser siempre.
El lobo de Wall Street
Ya queda menos. Llegamos a El lobo de Wall Street, el último Scorsese -nominado de nuevo como mejor director- ya definitivamente rehabilitado tras sus debilidades en peliculas que definitivamente no merecíamos que llevaran su firma. ¿Fue Hugo? ¿o fue Boardwalk Empire? El caso es que Scorsese vuelve a estar sobrado de brío.
Le ayuda, eso sí, su partenaire habitual, Thelma Schoonmaker, quien, ¡oh cielos!, no está nominada al mejor montaje; y por quien se ha convertido ya desde hace unos años en su representante en la pantalla, el Gran Leonardo DiCaprio -nominado como mejor actor, quien interpreta a ese sinvergüenza que fue Jordan Belfort.
Scorsese nos muestra en las casi tres horas de duración de la película el ascenso de este sinvergüenza, sin dejar de enseñarnos cuan admirado fue, y es, por el común de los mortales esa especie de depredador social que son los ladrones de guante blanco a gran escala. También podemos decir eso de "de aquellos polvos vinieron estos lodos". El amigo del alma del protagonista, lo interpreta ese actor increíble que es Jonah Hill, candidato al mejor actor secundario.
Her
Termino el repaso a las nominadas como mejor película con Her, un cuento de Spike Jonze con un portentoso (la palabra se queda realmente pequeña) Joaquin Phoenix, que, ¡oh cielos, de nuevo!, no está nominado, cuando está absolutamente en cada plano de esta película y de forma impresionante. Tampoco está nominada "her" o sea, ella, Scarlett Johansson. Y es que "él", un tipo solitario y algo tristón en un mundo que tiene la pinta de ser este dentro de muy poco, se enamora de "ella". ¿Normal no? Bueno, salvo que "ella" es un OS. ¿Cómo que que es un OS? Pues un OS es un Operating System, o sea, el alma de un ordenador. Mal va el mundo si la cosa va por ahí, pero claro, empezamos con aquella cosa diabólica que se llamó "tamagotchi".
Her es una muy bonita película que nos previene de lo estúpidos en lo que nos estamos convirtiendo. Ya en Wall-e veíamos a los estúpidos humanos hablándose entre sí a través de pantallas. Lo que plantea Spike Jonze es inquietante y romántico y poético a la vez, pero todas las preguntas sobre lo inquietante de ese mundo ya las planteaba mucho mejor la serie The Black Mirror en varios de sus capítulos.
Quedan por ahí, de calado, la siempre estupendas Cate Blanchett por Blue Jasmine y Meryl Streep por Agosto, candidatas como mejores actrices. O Jennifer Lawrence y Julia Roberts como mejores secundarias por sus papeles en La gran estafa americana y Agosto, respectivamente.
¿Quién ganará? Francamente no lo sé. Habrá como todos los años motivos de discusión. Mi nula intuición me dice que podría ser 12 años de esclavitud por ser una estupenda película y por saldar una cuenta pendiente con la historia. Bueno, y porque quiero que gana, porque así podré decir "yo estuve con Steve McQueen" en el Cine Ideal el día 9 de diciembre de 2013 entrevistándole en directo para todos los asistentes". O sea, vanitas, pecata mundi.