Un centenar de inmigrantes subsaharianos entra en Melilla tras un nuevo salto a la valla
- En el nuevo intento han participado un grupo de 500 inmigrantes
- La Guardia Civil asegura que el salto ha sido "violento"
Un centenar de inmigrantes subsaharianos ha conseguido entrar en Melilla a primera hora de la mañana de este lunes en un nuevo salto a la valla fronteriza en el que han participado medio millar de personas, según informa la Guardia Civil. El Instituto Armado asegura que la entrada se ha producido con "violencia".
La Delegación del Gobierno de Melilla ha informado de que treinta inmigrantes de los que han conseguido entrar han tenido que ser atendidos por heridas y contusiones. Quince han requerido puntos de sutura por heridas en distintas partes del cuerpo, fundamentalmente manos y pies, aunque solo cuatro de ellos presentaban heridas más profundas. Los otros 15 han sido atentidos por contusiones.
En el lado de Marruecos, se han registrado otros 27 heridos (14 de ellos inmigrantes y el resto agentes de las fuerzas del orden), según un comunicado del Ministerio del Interior marroquí.
La de este lunes es la cuarta entrada masiva de inmigrantes a Melilla en lo que va de año a través de la valla, la segunda en una semana después de que el pasado lunes unos 150 subsaharianos accedieran a la ciudad autónoma. La Guardia Civil ha difundido tres vídeos del nuevo salto.
Los inmigrantes portaban piedras y palos
Los inmigrantes, según asegura el Instituto Armado en un comunicado, han llegado hasta el vallado arrojando piedras y portando palos, con los que amenazaban a las fuerzas de seguridad de Marruecos.
Los agentes marroquíes dividieron el grupo principal en dos más pequeños, que han conseguido saltar por dos puntos muy concretos de la frontera: Vaguada de Linares y Río Nano.
Las autoridades marroquíes han pedido a la Guardia Civil que se abriesen las puertas del vallado para poder refugiarse en el espacio comprendido entre las dos vallas, "dada la violencia del acometimiento y como medida de protección para evitar ser arrollados y lesionados", según la nota del Instituto Armado.
Cerca de un centenar de detenidos en Marruecos
Según la nota de Marruecos, los inmigrantes, que hicieron su salto desde la zona llamada Tigorfatín, "no obedecieron a los requerimientos habituales (de los policías) y pasaron a lanzar pedradas, que causaron trece heridos entre las fuerzas del orden", quienes por su parte procedieron al arresto de 96 personas.
Además, trece inmigrantes -añade el comunicado- tuvieron que ser evacuados al Hospital Hassani de Nador para recibir atención médica "por las heridas causadas por las alambradas de la valla" que rodea el perímetro de Melilla, principalmente cortes en manos y pies.
El grupo había sido divisado desde primeras horas de la madrugada, "cobijado" en la masa forestal de pinares de Mariguari, aunque ha esperado al amanecer para protagonizar el asalto con las primeras luces del día, sobre las 7.50 horas de este lunes.
La presión migratoria que vive la ciudad en los últimos meses mantiene en alerta constante a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, al tiempo que tiene colapsado el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que se encuentra por encima del doble de su capacidad.
La Defensora del Pueblo pide métodos "respetuosos"
La Defensora del Pueblo, Soledad Becerril, se ha referido precisamente este lunes a la muerte, el pasado 6 de febrero de 15 inmigrantes en la frontera de Ceuta, para recordar que "los métodos de contención de control de fronteras" deben ser "respetuosos con los derechos humanos".
La institución reconoce la "difícil situación" en las fronteras y las "dificultades" a las que se enfrenta las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, pero a continuación, en un comunicado, señala que "la única actuación prevista" por la Ley de Extrenjería es la "inmediata puesta a disposición del Cuerpo Nacional de Policía para abrir un expediente de expulsión.
Un día después de producirse la tragedia en Ceuta, la institución anunció la apertura de una investigación de oficio para esclarecer las circunstancias en que se habían producido los fallecimientos.