El BCE cree que la inflación será más baja en la zona euro, pero mantiene los tipos en el 0,25%
- Mario Draghi señala que hay expectativas de baja inflación hasta 2016
- Pese a ello no mueve ficha y aguanta los tipos en el mínimo del 0,25%
- Los tipos de interés seguirán así o más bajos durante un largo periodo
- El BCE eleva la previsión de crecimiento para la zona euro para este año
- La eurozona crecerá un 1,2% en 2014; un 1,5% en 2015 y un 1,8% en 2016
El Banco Central Europeo (BCE) ha revisado una décima al alza su previsión de crecimiento para la zona euro en 2014, cuando espera que el PIB de la región crecerá un 1,2%, mientras que ha revisado levemente a la baja su pronóstico de inflación para el presente ejercicio, hasta el 1% desde el 1,1% anticipado en diciembre.
A pesar de la previsión de baja inflación, el BCE ha decidido mantener de nuevo los tipos de interés del euro en el mínimo histórico del 0,25%, nivel en el que los situó en su reunión del pasado noviembre. En la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno, el presidente de la entidad, Mario Draghi, ha vuelto a señalar que los tipos de interés seguirán así o más bajos durante un largo periodo de tiempo y ha incidido en las expectativas de baja inflación hasta 2016.
“Draghi no ve suficientes cambios que justifiquen adoptar medida alguna“
A preguntas de los medios de comunicación, Draghi ha asegurado que el Banco Central Europeo ha decidido no tomar ninguna medida porque las condiciones económicas y monetarias no habían cambiado lo suficiente como para justificar una actuación por parte del organismo.
De hecho, el presidente del BCE ha afirmado que los últimos datos económicos confirman ampliamente su escenario base, lo que le ha llevado a no tocar las principales tasas rectoras y a no tomar nuevas medidas no convencionales para ampliar la liquidez.
Tampoco le ha afectado la presión de los mercados. "Los mercados siempre se decepcionan porque no hacemos nada o porque hacemos demasiado", ha afirmado Draghi tras señalar una vez más que la situación de la zona euro no es la de Japón.
Menos inflación y más crecimiento en 2014
Las proyecciones de la institución apuntan a un aumento de los precios del 1% este año, una décima menos que lo anunciado en diciembre; en 2015 subirán un 1,3%, en línea con el anterior pronóstico; y para 2016 se espera que la inflación sea del 1,5%. Estas proyecciones, según ha insistido el banquero italiano, están condicionadas a una serie de supuestos técnicos, que incluyen tipos de cambio sin variación y una caída de los precios del petróleo.
El presidente de la entidad, Mario Draghi, ha señalado que los riesgos para los pronósticos de inflación de la entidad son limitados y en gran medida equilibrados y ha reiterado que el BCE espera un periodo prolongado de baja inflación y una gradual subida de precios hasta situarse en línea con el objetivo de estabilidad de la institución, que es del 2%.
Se trata de la primera ocasión en la que el BCE ha publicado sus proyecciones a dos años vista, puesto que hasta ahora solo informaba de sus expectativas para el ejercicio en curso y el siguiente. Por eso Mario Draghi también ha dado a conocer las previsiones la economía de la eurozona crecerá este año un 1,2% y un 1,5% en 2015, mientras que para 2016 se prevé una expansión del 1,8%.
El "riesgo geopolítico" de Ucrania
Cuestionado por la crisis en Ucrania, Draghi ha advertido de que un agravamiento de la situación puede llegar a tener consecuencias "imprevisibles" y ha afirmado que "el riesgo geopolítico en la zona puede llegar a ser sustancial con rapidez y sus consecuencias imprevisibles".
No obstante, el banquero italiano ha señalado que desde un punto de vista "tecnocrático" las interconexiones existentes no son lo suficientemente importantes como para sugerir un fuerte contagio a la economía de la eurozona. Así, Draghi ha confirmado que los consejeros del BCE no habían discutido durante su reunión los potenciales escenarios de riesgo derivados de la crisis ucraniana.
En este sentido, ha indicado que el impacto de la misma actualmente se limitaría a las economías de Ucrania y Rusia, donde tendrá un impacto "severo", así como en algunos países limítrofes.
No obstante, Draghi ha advertido de que si la situación se prolongara en el tiempo habría que ver sus efectos y puso de ejemplo su potencial impacto en el mercado energético, aunque ha apuntado que sobre estas cuestiones los "pobres banqueros centrales" carecen de información.