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La Fiscalía no ve delito contra la intimidad en la difusión de correos de Iñaki Urdangarin

  • Por enviarlos desde un ordenador profesional al que accedía más gente
  • Urdangarin demandó a Torres y varios medios por la difusión de mails
  • El juicio por vulneración al derecho a la intimidad queda visto para sentencia

Por
Iñaki Urdangarin
El duque de Palma, Iñaki Urdangarin, en una foto de archivo.

La fiscal ha pedido que se desestime la demanda interpuesta por el duque de Palma, Iñaki Urdangarin, contra su exsocio Diego Torres y varios medios por la divulgación de sus correos privados, al estimar que no se vulneró su derecho a la intimidad, ya que envió estos mensajes privados desde un ordenador profesional al que tenían acceso varias personas.

En el juzgado de primera instancia número 46 de Barcelona ha quedado este miércoles visto para sentencia el juicio por la demanda por vulneración al derecho a la intimidad planteada por Urdangarin en contra de su exsocio Diego Torres -también imputado en el caso Nóos- y siete grupos editoriales por hacerse eco de informaciones relacionadas con el contenido de sus correos privados.

Sin la presencia en el juicio ni de Urdangarin ni de Torres -que ya comparecieron en una vista previa por este caso en julio pasado-, la fiscal ha pedido que se desestime la demanda, mientras que el abogado del duque, Mario Pascual Vives, ha señalado que ha quedado acreditado que hubo una intromisión en la intimidad del marido de la infanta Cristina al divulgarse información de "carácter privadísimo".

Urdangarin presentó en mayo pasado una demanda por vulneración a su derecho a la intimidad en la que solicitó una simbólica indemnización de un euro -más las costas judiciales- a cada una de las partes contra las que dirigió el litigio, al tiempo que reclamó -y la juez lo acordó de forma cautelar- que se prohibiera la difusión de los correos electrónicos que afectasen a su intimidad.

La fiscal ha recordado este miércoles en el juicio que en la comparecencia que se llevó a cabo el pasado 16 de julio, el marido de la infanta Cristina admitió que envió estos correos, pero que no sabía concretamente a qué personas, desde su ordenador profesional en las oficinas del Instituto Nóos, al que tuvieron acceso varios empleados primero y numerosos funcionarios después.

Según la representante del ministerio público, esta versión difiere del contenido de la demanda, que apunta que eran correos dirigidos a su exsocio Diego Torres.

Una cantidad "ingente" de personas accedía al ordenador

La fiscal ha destacado además que al ordenador profesional del duque tenían acceso una cantidad "ingente" de personas, desde el medio centenar de empleados del Instituto Nóos hasta el CNI y posteriormente, a raíz del caso Nóos, la Policía Nacional, el juzgado y un informático que contrataron para vaciar el dispositivo.

"Era un ordenador de la empresa, por lo que no cumplía con las expectativas de privacidad", ha sostenido la fiscal, que ha rechazado así el argumento esgrimido por el duque de que no consintió que se divulgaran los correos.

Además, la fiscal ha apuntado que el Urdangarin es un personaje con un interés público "innegable" y ha recordado que las informaciones que se hicieron eco del contenido de estos correos íntimos se divulgaron en plena instrucción del caso Nóos, que siempre ha comportado un gran revuelo mediático.

También ha sostenido que no se ha podido acreditar que los medios demandados publicaran los correos, sino que se hicieron eco de su contenido.

Sin pruebas de que fuera Diego Torres

La fiscal también ha subrayado que no existe ninguna prueba de que fuera Diego Torres quien recibió los correos y los facilitó a terceros.

Para el ministerio público, no ha quedado acreditado qué beneficio podría haber tenido Torres filtrando los correos, y posteriormente los medios publicándolos, y tampoco se ha podido demostrar que el duque sufriera daño moral, psíquico o profesional por la divulgación.

Por contra, el abogado de Urdangarin, Mario Pascual Vives, ha insistido en que los correos tenían un carácter "indudablemente privado e íntimo" y que se divulgó su contenido sin su consentimiento: "El entretenimiento no puede ser a costa del ataque gratuito a los derechos del demandante".

Además, ha indicado que el duque no ejerce ninguna función de carácter público; que esta divulgación no ayuda a informar a la opinión pública sobre aspectos de interés general y que se dio un "matiz morboso" a correos de "carácter privadísimo".

Los abogados de los medios demandados y el letrado de Diego Torres, además de alinearse con la fiscalía, han pedido que se imponga el pago de las costas judiciales al duque de Palma.

Los representantes legales de los medios han alegado que si los correos llegaron a la opinión pública fue por la "conducta negligente" del duque, que escribió mensajes íntimos en un ordenador profesional al que tenían acceso numerosas personas.