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Preacuerdo entre Gobiernos y Eurocámara sobre el mecanismo de resolución bancaria

  • Logrado tras 17 horas de negociación, aún debe ser validado por los Estados
  • Si se confirma, la unión bancaria podría quedar cerrada antes de las elecciones
  • El fondo de resolución se completará en 8 años y se acelera su mutualización
  • No se precisa cómo podrá pedir prestado el fondo si le falta dinero en una crisis

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Preacuerdo entre Gobiernos y Eurocámara sobre el mecanismo de resolución bancaria

Los negociadores del Parlamento Europeo y de los Gobiernos de la UE han alcanzado en la madrugada del jueves -tras una maratoniana reunión de 17  horas, la más larga de la historia en las negociaciones entre Estados y Eurocámara-, un compromiso  provisional sobre el mecanismo común de reestructuración y liquidación de bancos con problemas y el nuevo fondo europeo para financiar  las quiebras-, aunque aún está siendo analizado por los países y los grupos políticos parlamentarios por lo que fuentes próximas a la negociación piden ser "prudentes".

De confirmarse el preacuerdo, se podría cumplir el objetivo de la UE de completar la unión bancaria antes de que termine la legislatura europea. Si no es así, los líderes europeos reunidos este jueves en Bruselas en el habitual Consejo de primavera, tendría que tratar de cerrar un pacto in extremis para evitar que todo el proyecto se retrasara hasta 2015.

La Eurocámara, satisfecha con el resultado conseguido

Aún se desconocen todos los detalles del preacuerdo, pero el presidente del Parlamento Europeo, Martin Schulz, se ha mostrado satisfecho en una rueda de prensa con el resultado conseguido en la negociación y ha destacado que se trata de un paso "muy importante" para concluir la unión bancaria.

Así, ha confirmado que el plazo para completar los 55.000 millones de euros del fondo de liquidación será de ocho años a contar partir de 2016, en lugar de los diez que querían los Gobiernos. Schulz ha reconocido que, aunque ese plazo sigue pareciendo largo para los eurodiputados, eso se compensa con el visto bueno a que la puesta en común del dinero sea más rápida y se consiga, en gran parte, en los primeros años.

Hay que recordar que, según la parte del mecanismo de resolución que ya cuenta con luz verde de la UEantes de usar el dinero del fondo europeo de liquidación, los bancos con  problemas deberán aplicar a accionistas y acreedores una quita  obligatoria equivalente al 8% de los pasivos del banco. Además, esta forma de actuar para reestructurar o liquidar entidades solo se aplicará en los 330 mayores bancos  de la eurozona, tal y como quería Alemania, que ha logrado excluir a  sus cajas de ahorro.

Según la eurodiputada portuguesa encargada de la negociación, Elisa   Ferreira, el compromiso logrado es "adecuado" porque consigue un fondo "común" desde el comienzo,  "financiado por los bancos, que protege el dinero de los contribuyentes, sin interferencias políticas y con unas normas y un enfoque comunes para gestionar bancos a punto de quebrar".

Una de las negociadoras del Parlamento, la  popular Corien Wortmann-Kool, ha especificado otros detalles del acuerdo, como que el 40% de ese fondo deberá estar disponible para cualquier país desde el primer año. Hay que recordar que esa cuantia sería baja, ya que se estima que la contribución anual conjunta de las entidades debería estar en torno a 7.500 millones de euros, por lo que sería el 40% de esa cantidad.

Antes del tercer año, según ha explicado Wortmann-Kool, deberá haberse comunitarizado el 60% de las aportaciones disponibles en ese momento (40% el primer  año y un 20% más en el segundo) y que podrán utilizar los países que lo necesiten. "Esto aumenta  la potencia de fuego del fondo y evitará enormes facturas a los  contribuyentes", ha dicho la eurodiputada.

El compromiso supone una cesión por parte de Alemania, que había  impuesto un período de transición de 10 años durante el cual el fondo  de liquidación estaría formado por compartimentos nacionales, lo que  significa que cada país pagaría por sus propios bancos. La Eurocámara  alegaba que así el fondo no tendría liquidez suficiente,  especialmente durante los primeros años, y pedía recortar los plazos  a 3 años.

Durante las negociaciones se ha acordado además, según los  eurodiputados, acortar el procedimiento de toma de decisiones sobre la liquidación de un banco. "Los bancos con problemas deben tratarse en un  fin de semana. Este es un gran avance de este acuerdo. Hace un año  vimos claramente que las extensas negociaciones sobre los bancos  chipriotas aumentaron los costes", ha dicho Wortmann-Kool.

Ese corto plazo era una de las exigencias de los eurodiputados y significa que "el esquema de resolución debería estar aprobado en un fin de semana, entre el cierre de mercados de EE.UU.y la apertura de los de Asia", especifica el comunicado de la Eurocámara.

Flecos sin aclarar

Sobre esta cuestión han surgido algunas discrepancias. Los eurodiputados han indicado que el Banco Central Europeo (BCE) decidirá cuándo se inicia la liquidación de un banco, aunque será la Comisión Europea quien diseñe los planes de resolución, y asegura que se han introducido salvaguardas  para reducir las "interferencias políticas".

Sin embargo, mientras el Parlamento Europeo en su comunicado asegura que se deja un papel muy limitado a los Estados miembros, que solo podrán pronunciarse a petición de la Comisión Europea, otras fuentes lo niegan.

Así, la agencia Europa Press señala que Alemania no ha cedido en el mecanismo de toma de  decisiones sobre la liquidación: aunque el BCE o la Comisión podrán decidir que un banco debe cerrarse, serán los Gobiernos los que tengan la última palabra través del nuevo consejo de resolución, donde participan los Estados.

Según esa agencia, en las negociaciones finales concluidas este jueves se ha limitado el número  de decisiones que deben tomarse en plenario de ese consejo (formado por un director, un directorio de cuatro técnicos y los representantes de los fondos de resolución de cada Estado, el FROB en el caso español) y se ha dado un mayor  papel al formato ejecutivo (en el que sólo estarán presentes el  directorio y los Estados miembros afectados por la decisión).

Además, Elisa Ferreira ha destacado algunos de los flecos pendientes de acuerdo. Así, ha reconocido que aún no se ha definido la red de seguridad que deberá cubrir al fondo hasta que cuente con suficiente dinero, es decir, el mecanismo para conseguir financiación adicional.

Los eurodiputados han señalado que los préstamos del fondo de liquidación no se podrá respaldar con avales públicos, pero han reconocido que no se sabe cómo se garantizarán, por lo que han pedido a los Estados que lo perfilen cuanto antes "porque es un mecanismo es necesario".

También avisa de que el Parlamento Europeo seguirá luchando para evitar que el fondo se concrete mediante un acuerdo intergubernamental, es decir, ajeno a las estructuras comunitarias.

Berlín asegura que ha conseguido sus dos principales demandas

Pese a los asuntos pendientes, los Estados miembros también han mostrado su satisfacción por el preacuerdo: desde la Presidencia de turno del Consejo de la UE que ocupa Grecia hasta el presidente del Ecofin, pasando por el ministro de Economía español, Luis de Guindos.

Desde Berlín, donde más se ha peleado por mantener el control estatal del proceso de resolución, el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, ha asegurado en un comunicado que el compromiso alcanzado en Bruselas recoge las dos principales demandas germanas: la "clara participación de los acreedores privados desde el principio" (el denominado rescate desde dentro o bail-in) y el descarte de la "mancomunización" de las deudas.

Además, según destaca Schäuble, el texto pactado sigue recogiendo la idea de una mutualización por etapas de los fondos de rescate nacionales, aunque con "pagos más rápidos a los futuros fondos bancarios".

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha celebrado los progresos, aunque ha recalcado que habrá que aclarar algunas cuestiones. "Es para una mejor Unión Bancaria, ha dicho antes de destacar: "La toma de decisiones en el mecanismo es más ágil y más operativo, lo que supone una mejora en ese frente, tal y como insistimos", destacó el presidente del BCE.

Draghi ha apuntado a la necesidad de aclarar ciertas cuestiones del acuerdo y en concreto se ha referido a la nueva posibilidad que permitirá al futuro fondo único de resolución recurrir a los mercados para financiarse si no tiene dinero suficiente para cubrir los costes de una quiebra. "Hay una referencia a fortalecer la capacidad de endeudamiento en el mercado del fondo, tenemos que ver claramente en detalle qué significa esto", ha recalcado.

Una negociación larga y muy difícil

La presión por el plazo para alcanzar este pacto se debe a que la última sesión plenaria de la Eurocámara tendrá lugar del 14 al 17 de abril, y será la última oportunidad para que los eurodiputados diesen su visto bueno a un hipotético acuerdo, necesario para que entre en vigor.

El mecanismo común de resolución es el segundo pilar de la unión  bancaria y su objetivo es que sean los bancos, y no los contribuyentes,  los que paguen la factura de futuras crisis bancarias. Las negociaciones sobre él se han prolongado durante meses y han sido muy complicadas, primero, en el seno del Ecofin -entre los ministros de Economía y Finanzas de la UE- y, luego, entre la Presidencia del Consejo y el Parlamento Europeo.

De momento ya se ha puesto en marcha el primer pilar, que consiste  en encomendar al Banco Central Europeo (BCE) la tarea de supervisor común de los bancos de la eurozona, un trabajo que comenzará a  ejercer en noviembre, después de concluir unos test de estrés que plasmen la situación actual de los bancos que controlará.

En  cuanto al tercer pilar de la unión bancaria, la creación de un  sistema común de garantía de depósitos bancarios, la oposición de  Alemania ha hecho que se aplaze indefinidamente. En su lugar, la Unión Europea ha acordado también en esta legislatura  reforzar y homogeneizar los sistemas nacionales de garantía de depósitos.