La UE no quiere pelear pero puede acabar ganando a Rusia
- Los líderes europeos hablarán este jueves sobre la situación en Ucrania
- Podrían acordar una nueva estrategia para reducir la dependencia del gas ruso
- El viernes Ucrania y los 28 firmarán el Acuerdo de Asociación
Rusia parece hacer y deshacer a su antojo en Crimea, pero el Consejo Europeo no parece dispuesto a responderle con sanciones duras. La UE tiende a sufrir parálisis en estos conflictos. Pero ojo: a largo plazo, sus cartas quizá sean mejores que las de Putin.
Los líderes europeos hablarán este jueves, durante la cena de la cumbre, sobre la situación en Ucrania. En su última cita, el 6 de marzo, acordaron una estrategia gradual para intentar contener a Moscú. Primero, suspendieron las negociaciones con el gobierno ruso sobre visados y cooperación política. A Putin no le ha impresionado mucho. Segundo: impusieron sanciones contra 21 jerarcas de Crimea y Rusia. La Duma se lo ha tomado a pitorreo.
La cuestión ahora es si conviene o no entrar en la tercera fase, definida en estos términos en la última cumbre: “cualquier paso de Rusia para desestabilizar la situación en Ucrania acarreará consecuencias económicas de largo alcance”. Formalmente, la cuestión es pues si Rusia ha “desestabilizado” Ucrania. En la práctica, cada cual responde según sus circunstancias.
Posturas divergentes
Polonia y las repúblicas bálticas –países con memoria histórica del imperialismo ruso- creen que sí. Suecia y, en menor medida, el Reino Unido, también. Sus líderes defienden imponer cuanto antes un embargo comercial, financiero o militar a Moscú.
Pero la canciller alemana, Angela Merkel, como los líderes de Francia o España, prefiere esperar. “Aún no se ha producido una desestabilización masiva en Ucrania. Eso sólo pasará si las tropas rusas actúan más allá de Crimea”, dice una fuente alemana. “Tenemos que reaccionar. Pero de forma mesurada y sin cortar los puentes de diálogo con Moscú”, corrobora un diplomático mediterráneo.
Es pues improbable que la Unión pase este jueves a la tercera fase. “Como mucho, entraremos en la fase 2 y medio: más sanciones personales y el compromiso de desarrollar en el futuro medidas económicas“, dice ese diplomático.
La crisis ucraniana vuelve a poner de manifiesto las dificultades de la maquinaria europea para reaccionar ante situaciones de alto voltaje y evolución vertiginosa. El contraste con la determinación de Putin es brutal.
Ucrania firma el viernes el Acuerdo de Asociación
Pero atención: la UE tiene otras armas, menos espectaculares que un despliegue del Ejército ruso, pero a la larga, quizá más efectivas. De esta cumbre puede salir una nueva estrategia para reducir la dependencia europea del gas ruso. “Quizá no haya sanciones a corto plazo. Pero puede que los efectos a la larga para Rusia sean peores que esas sanciones”, explica a RNE Arno Behrens, del Centro de Estudios Políticos Europeos (CEPS).
Además, el viernes, los 28 y el primer ministro de Ucrania, Arseniis Yatseniuk, firmarán el controvertido Acuerdo de Asociación, origen de esta crisis. De entrada, sólo entrarán en vigor los capítulos políticos, no los económicos. Pero el mensaje es claro: el futuro de Ucrania queda ligado a la Unión Europea.
En otros términos: Putin ha ganado Crimea, pero quizá esté perdiendo el resto de Ucrania. Mal negocio para Moscú. La tortuga europea quizá acabe llegando más lejos que el Aquiles del Kremlin.