Una OEA "dividida" evita oír las denuncias de la opositora Machado sobre Venezuela
- Pretendía instar al organismo a que pidiese liberar a los "presos políticos"
- La división dentro de la OEA ha eliminado el asunto de la agenda del día
La diputada opositora venezolana María Corina Machado no ha conseguido hacer oír sus denuncias ante la OEA, que evidenció una vez más una "división" respecto a la situación en Venezuela que hace "muy difícil" cualquier acción, en palabras del secretario general del organismo, José Miguel Insulza.
Durante más de ocho horas de debate cerrado a la prensa en el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), los países afines a Venezuela hicieron uso de una serie de recursos de procedimiento para impedir el uso de la palabra a Machado, que apenas pudo hablar durante unos segundos al final.
"Transmití mi agradecimiento al Gobierno de Panamá y la garantía y el compromiso de que lucharemos hasta vencer", ha dicho a los periodistas Machado, que acudió a la sesión acreditada como representante alterna de Panamá y se sentó en la silla del embajador, Arturo Vallarino.
"El mensaje quedó aún más claro transmitido con los hechos que con mis propias palabras", ha añadido en referencia a los muchos intentos para evitar que interviniera. "He hablado sobre Venezuela con mis palabras y con mi silencio", subrayó.
Peticiones de Machado
Machado buscaba en su discurso de este viernes proyectar un vídeo sobre la "represión" en las protestas que vive Venezuela desde 12 de febrero, además de pedir a la OEA que active la Carta Democrática Interamericana, según ha explicado en una conferencia de prensa previa.
En concreto, la opositora venezolana buscaba solicitar a la OEA que convocara una reunión de cancilleres, emitiera una resolución de condena para pedir la liberación de los "presos políticos" y el "cese de la represión" y enviara a Venezuela una misión encabezada por el expresidente de Costa Rica Óscar Arias.
No obstante, desde el inicio de la sesión se topó con trabas de procedimiento, que comenzaron con una votación para cerrar a la prensa la sesión y repetir así el esquema empleado durante las dos sesiones sobre Venezuela de principios de marzo, algo que se logró por 22 votos a favor, 11 en contra y una abstención, la de Barbados.
Los obstáculos prosiguieron con la eliminación de la agenda del punto dedicado a tratar la crisis venezolana, lo cual se consiguió con 22 votos a favor, 3 en contra y 9 abstenciones, y continuaron con un intento frustrado de levantar la sesión y largos debates sobre cuál era el tema que pretendía abordar Machado en su discurso.
"Ésta fue una sesión rara, porque en realidad se estuvo todo el día más bien en discusiones de procedimiento", indicó a periodistas Insulza.
Divisiones en la OEA
El secretario general de la OEA reconoció que "estos días han pasado cosas que nunca habían pasado antes", en referencia a la insistencia en cerrar a la prensa la sesión, pero al mismo tiempo subrayó que "las divisiones persisten al interior del hemisferio respecto a este tema, y eso hace muy difícil cualquier acción".
"La OEA puede ser eficiente si todos los países miembros o la gran mayoría están de acuerdo en una determinada línea de conducta. Pero si existen las discusiones que existen hoy día, ni la OEA ni la CELAC, ni la Unasur, ni ningún organismo pueden ser eficaces porque son organizaciones de Estados, no son supranacionales", ha subrayado.
"Los ánimos están muy caldeados (...) pero la OEA no está ni para poner ni para sacar gobiernos", destacó, por lo que insistió en que el organismo avance en su punto de consenso: hacer "un llamado efectivo al diálogo".
Venezuela valora la reunión
Por su parte, el embajador venezolano ante la OEA, Roy Chaderton, consideró la sesión como "una ratificación de que la mayoría de países (de la OEA) apoyan la democracia y Estados Unidos y Canadá, a los golpistas", aseguró en declaraciones a periodistas.
Pese a que tras el golpe de Estado en Honduras en 2009, él cedió su asiento a Patricia Rodas, canciller del derrocado Ejecutivo de Manuel Zelaya, Chaderton subrayó que existe una diferencia porque la exministra "era una funcionaria de un Gobierno al que Venezuela reconocía" mientras que Machado es una parlamentaria.
"Tiene mil espacios para hablar, tiene nada menos que el apoyo del imperio y del subimperio, que es Canadá", opinó Chaderton, quien dijo que pidió que la sesión fuera privada "para evitar el circo".
Mientras, la representante estadounidense ante el organismo, Carmen Lomellín, consideró "muy triste que en esta organización ocurra esto porque esta es una organización que fue establecida con los principios de la democracia y los derechos humanos, y es una violación de los derechos humanos no permitir a una persona, sea quien sea, que se exprese ante los Estados miembros".
Lomellín propuso hoy que el Consejo Permanente invite a Unasur a enviar un informe a la OEA "inmediatamente" después de que la misión de cancilleres de ese organismo visite próximamente Venezuela para facilitar el diálogo en ese país, donde se han registrado hechos de violencia con un saldo de 31 muertos y más de 450 heridos.