Enlaces accesibilidad

El triunfo del gran arte de Rubens en El Prado

  • El museo inaugura la muestra “Rubens. El triunfo de la Eucaristía”
  • Expone los óleos restaurados que servían de bocetos a grandes tapices

Por
'El Triunfo de la Iglesia', Rubens (Óleo sobre tabla, 63,5 x 105 cm h. 1625)  Madrid, Museo Nacional del Prado.
'El Triunfo de la Iglesia', Rubens (Óleo sobre tabla, 63,5 x 105 cm h. 1625) Madrid, Museo Nacional del Prado.

En el siglo XVII, un encargo de tapices era mucho más importante para un artista que el encargo de una serie de cuadros. Hacia 1625, la infanta Isabel Clara Eugenia, gobernadora de los Países Bajos, encomendó a Rubens el diseño de una serie de veinte tapices destinados al Monasterio de las Descalzas Reales de Madrid. Como bocetos o modelos, el artista flamenco pintó unos óleos sobre madera de roble que, ahora mismo, valen cien veces más que los tapices finales.

El Museo del Prado ha restaurado durante más de dos años los cuadros de Rubens que ahora muestra en la exposición “Rubens. El triunfo de la eucaristía” (del 25 de marzo al 29 de junio). Los óleos reparados aparecen junto a los tapices traídos de las Descalzas Reales para contemplar así el resultado final del proceso.

“Son uno de los grandes encargos del XVII en Europa. Y, además, se encuentran entre las obras importantes de Rubens”, explica Alejandro Vergara, comisario de la muestra y jefe de conservación de pintura flamenca y escuelas del norte del Museo del Prado. “Primero se hacía un boceto, luego un boceto más grande al que se llama modelo o modelli (se usa el término italiano para distinguirlo del boceto primero). El modelo es un boceto más detallado y grande en el que las ideas ya están mucho más detalladas”.

Entre los seis modelos destacan sobre todo las tablas El triunfo de la Iglesia y La victoria de la Verdad sobre la Herejía.  La muestra, que cuenta con la de la Getty Foundation, se expondrá a partir de octubre en la sede de esta fundación en Los Ángeles.

La quintaesencia de Rubens

Los modelos, dibujados a la inversa del tapiz porque los tejedores trabajaban por detrás, poseen todas las cualidades que hacen de Rubens uno de los grandes maestros de la pintura. “Lo raro es la calidad de estos modelos”, dice Vergara. “Tienen calidad, libertad, espontaneidad, fuerza de presentación, imaginación para inventar la historia. Todos lo que identificamos con Rubens. Quizá porque el encargo vienen de una mujer que para él es muy importante, que gobierna los Países Bajos, hija de Felipe II. Y que, además, le utiliza a él como consejero político y diplomático, no solo como pintor de corte. Y parece que hay una relación estrecha entre ambos”.

Los modelos ya estaban enmarcados y presentados en la colección permanente del Museo del Prado. El motivo de la restauración es que a mediados del siglo XVIII los cuadros se ampliaron con añadidos de 10 cm por todo su perímetro. La madera de pino utilizada (habitual en España) dañaba la madera de roble (típica del norte de Europa) de los originales de Rubens.

La restauración, paso a paso

“La textura de estos añadidos son muy diferentes a la textura de porcelana de Rubens. Es una textura muy burda”, define José de la Fuente, restaurador del Museo del Prado. Los cuadros entraron en taller en febrero de 2012 para iniciar una reparación que no ofrece un espectacular antes y después, pero es fundamental para la futura conservación de las obras.

“Cuando los añadidos se retiran, entramos a liberar las grietas y fisuras”, añade la restauradora María Antonia López de Asiain, “Son limpiezas muy especiales, muy sutiles.  Son obras que estaban en salas, lo que tenían era un falta de sintonía entre ellas”. Los dos restauradores coinciden en que lo más importante no es el tiempo de ejecución de la restauración, sino el tiempo de reflexión antes de comenzar.

El Museo del Prado contiene ya la mayor colección de Rubens en el mundo. “Es normal que mostremos cosas de las que somos puna potencia: Tiziano, El Bosco, Velázquez, Goya y Rubens”, dice Vergara.

El comisario destaca el lugar preeminente del artista flamenco. “Al final, es un grande y pocos pintores lo son. Los grandes son aquellos que tiene esa capacidad de seducir y de plantearte cuestiones importantes. El gran arte de devuelve una versión engrandecida o exaltada de la vida. Te da algo que responde a tu anhelo de ser más persona. Y Rubens lo hace”.