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Francia vota en las municipales, un gran desafío para un impopular Hollande

  • La primera ronda obtuvo récord de abstención y fue un revés para el PS
  • Anne Hidalgo se vio superada por su rival Nathalie Kosciusko-Morizet

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Segunda vuelta de las elecciones municipales en Francia

Los colegios electorales en Francia han abierto sus puertas a las 08.00 hora para la segunda y última vuelta de las elecciones municipales, a las que están convocados unos 45 millones de personas.

En la gran mayoría de los colegios electorales de la Francia metropolitana se podrá votar hasta las 18.00 horas, aunque en las grandes ciudades ese horario se prolonga dos horas más.

Se trata de la primera cita electoral del presidente François Hollande y del Ejecutivo de Jean-Marc Ayrault desde su llegada al poder en mayo de 2012, y se produce en un momento en que su aceptación ciudadana alcanza mínimos históricos.

La abstención en la primera ronda, celebrada el pasado domingo,  alcanzó el 36,45%, frente al 33,46% registrado en la primera vuelta de las municipales de 2008.

Histórico avance del Frente Nacional

Esa primera ronda de la semana pasada estuvo marcada por un importante revés al gubernamental Partido Socialista (PS) y por un histórico avance del ultraderechista Frente Nacional (FN).

La izquierda logró el 38,8% de los votos, seis puntos menos que en 2008, mientras que el centro-derecha sumó el 46,4% y el FN, formación que no controlaba ninguna alcaldía, multiplicó por cinco sus anteriores resultados y logró el 4,7%, pese a haberse presentado solo en 597 de 36.600 municipios.

En estos comicios se elige en realidad a los miembros del consejo municipal, pero los resultados determinan el nombre del alcalde, puesto que corresponde al que encabeza la lista vencedora.

Revés para el Hollande

A falta de conocer la dimensión de la derrota final, el Ejecutivo se prepara para una inminente remodelación del Gobierno que puede terminar con el mandato de Jean-Marc Ayrault como primer ministro, cuya aceptación es casi tan baja como la del propio presidente, el menos popular desde la fundación de la V República francesa en 1958.

El grueso de los analistas coincide en que el baile de ministros tendrá lugar el mismo lunes y para el puesto de jefe del Gobierno suenan los nombres de los ministros de Interior (Manuel Valls), Exteriores (Lauren Fabius) o Defensa (Jean-Yves Le Drian), el hasta ahora alcalde de París (Bertrand Delanoë), la alcaldesa de Lille (Martine Aubry) o el presidente de la Asamblea Nacional (Claude Bartolone), entre otros.

Tampoco está descartado que el presidente mantenga a Ayrault como primer ministro para la segunda parte de la legislatura, en la que deberá defender el llamado "pacto de responsabilidad", un golpe de timón en la política de Hollande que le acerca a los postulados de Bruselas y le aleja del electorado de izquierdas.

Una española opta a la alcaldía de Paris

La franco-española Anne Hidalgo, que partía como gran favorita para convertirse en la primera alcaldesa de París, se vio superada en la primera vuelta por su rival, la conservadora Nathalie Kosciusko-Morizet.

Aunque la encuestas apuntan a que logrará el control de la alcaldía parisina, Hidalgo ha fustigado al Gobierno en privado, en unas declaraciones que reveló el semanario Le Carnard Enchaîné.

"¿Alguien puede agradecérselo a este gobierno de imbéciles a los que deberíamos poner en la calle?", declaró la candidata socialista al ayuntamiento de la capital al conocer su derrota parcial, según esa cabecera.

Y es que renovar el poder en París es una de las pocas victorias a las que puede aspirar el PS, que había puesto grandes esperanzas en desbancar a la derecha de Marsella, segunda ciudad del país, que se esfumaron al ver como su candidato, Patrick Mennucci, fue superado en primera vuelta por los conservadores de la Unión por un Movimiento Popular (UMP) y por la ultraderecha del Frente Nacional.

No obstante, incluso la peor de las derrotas puede tener un aspecto positivo para Hollande.

El presidente se ha comprometido a recortar el gasto púbico en 50.000 millones para 2017 y parte de ese ajuste vendría de las administraciones locales. Si la derecha se hace con gran parte del poder municipal, sería menos complicado para el Gobierno obligar a los alcaldes a apretarse el cinturón.