México recuerda en su centenario a Octavio Paz, su poeta más internacional y rebelde
- Su país natal le recuerda con homenajes literarios y reediciones de su obra
- Octavio Paz (1914-1998) fue un gran polemista e intelectual rebelde
Este lunes 31 de marzo, el poeta e intelectual mexicano Octavio Paz (1914-1998), habría cumplido 100 años. En tan señalada efeméride, México le rinde homenaje a su literato más internacional con diversos actos conmemorativos que arrancaron el pasado 20 de marzo en el Congreso mexicano con una sesión solemne en la que su viuda, Marie Jose Tremini, recibió una medalla conmemorativa.
Octavio Paz fue un actor apasionado del siglo XX, un gran polemista e intelectual rebelde que se apartó de la izquierda para denunciar los totalitarismos y puso fin a su carrera diplomática por coherencia. Pero nunca conservador ni reaccionario, decía el propio Paz, cuyo espíritu combativo estuvo marcado por un padre que participó en la Revolución Mexicana y un abuelo, autor de novelas históricas, que luchó contra la intervención francesa y la dictadura de Porfirio Díaz.
Uno de los actos centrales que se celebra este lunes para recordar su figura es el denominado "Retrato coral de Octavio Paz" en el que personajes de la cultura como Elena Poniatowska, última Premio Cervantes de Literatura, Alberto Ruy Sánchez, Charles Simic, Lasse Söderberg, Aurelio Asiai o Fabienne Bradu contarán anécdotas, recuerdos o momentos compartidos con el poeta.
El autor mexicano recogió en vida los máximos galardones literarios, como el Premio Nobel de Literatura en 1990 y el Premio Cervantes en 1981.
El joven que buscaba la "razón" de la historia
Desde muy joven, Paz, del que se cumple el próximo lunes el centenario de su nacimiento, muestra su vena política cuando participa, en 1929, en una huelga por la autonomía universitaria tras el allanamiento de la preparatoria de San Ildefonso. Esos años, para Paz, fueron el inicio de "una búsqueda circular y que ha sido un perpetuo recomienzo: encontrar la razón de esas continuas agitaciones que llamamos 'historia'".
En 1930 funda con José Bosh la Unión de Estudiantes Pro-Obreros y Campesinos y dos años después empieza a estudiar Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
En 1937 viaja a Mérida (Yucatán) para trabajar en una escuela para hijos de obreros, y participa en la formación del Comité Pro-Democracia de España, donde un año antes había estallado la Guerra Civil. Ese año es invitado a participar en un encuentro de escritores e intelectuales antifascistas en Valencia (España), una experiencia que lo marcó a sus 23 años.
Su estancia en Europa se prolonga con viajes a Madrid, Barcelona y París al lado de la escritora Elena Garro, con quien se había casado antes de salir de México.
El desencanto con esa corriente de pensamiento comienza con el pacto de no agresión entre Joseph Stalin y Adolf Hitler, que le llevó a separarse del periódico y de sus amigos comunistas en agosto de 1939.
Desencantado con la izquierda
El desencanto con esa corriente de pensamiento comienza con el pacto de no agresión entre Joseph Stalin y Adolf Hitler, que le llevó a separarse del periódico y de sus amigos comunistas en agosto de 1939.
Tras el asesinato de León Trostky en 1940, se sintió "cercado y acorralado", pero conoció al poeta francés Benjamin Péret y el escritor ruso Víctor Serge, con quienes descubrió el significado del pensamiento crítico.
Entre 1943 y 1945 regresó a EE.UU. y asistió a la conferencia que fundó Naciones Unidas, poco después de haber ingresado al servicio exterior mexicano. Trabajó en los consulados de Nueva York y San Francisco, y en 1946 fue enviado a la embajada de París, donde frecuenta a los exponentes del Surrealismo.
En 1949 descubrió la existencia de los campos de concentración soviéticos y las dudas en torno al comunismo se "convirtieron en críticas", lo que provocó que muchos intelectuales de izquierda de América Latina se sintieran agraviados.
Carrera diplomática y renuncia
Entre 1951 y 1952 trabajó en las embajadas de India y Japón, dos países que influyeron en su obra, y en 1953 vuelve a México tras ser nombrado director de organismos internacionales de la Cancillería. Hacia finales de esa década el escritor colombiano Álvaro Mutis fue encarcelado por una demanda en su contra por malversación de fondos, y Paz impulsó desde París una campaña para exigir su liberación, lo que repetiría con su amigo José Revueltas en 1968.
Desde París, adonde llegó solo tras su divorcio con Garro, es enviado en 1962 a India como embajador, un cargo al que renuncia en 1968 en rechazo a la matanza estudiantil del 2 de octubre en Tlatelolco. "Decidí que no podía representar a un gobierno que había obrado de una manera tan abiertamente opuesta a mi manera de pensar", dijo entonces el poeta, quien creyó que hasta ese momento que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) era capaz de renovarse.
Después de la masacre esa esperanza se diluyó y la única solución era "separarse del gobierno y criticarlo desde afuera". Su exesposa y la hija de ambos, Laura Helena, le reprocharon públicamente la renuncia.
Regresa a México en 1971 en compañía de Marie Jose Tramini, con quien se había casado en 1964, y participa junto a Carlos Fuentes en una iniciativa para formar un partido, pero ambos se separan pronto de ella.
Julio Scherer, director del diario Excélsior, invita a Paz a editar la revista semanal Plural, pero cinco años después renuncia con todo su equipo tras el golpe gestado desde el gobierno contra los directivos del rotativo y denunció lo sucedido en la prensa internacional, y luego fundó Vuelta.
Críticas contra el Gobierno mexicano y la dictadura de Castro
El ensayista arremetió contra el partido en el poder en México, criticó la dictadura de Fidel Castro, el régimen sandinista en Nicaragua y a muchos escritores latinoamericanos, entre ellos Gabriel García Márquez, por sus posturas políticas.
El propio Paz, quien consideraba vital la crítica, la rebeldía y el debate con argumentos, admitió que sus opiniones "exasperaron e indignaron a muchos". "Tengo el raro privilegio de ser el único escritor mexicano que ha visto quemar su efigie en una plaza pública", agregó.
En una entrevista con la revista "Letras Libres", el nobel peruano Mario Vargas Llosa destacó que el intelectual "mantuvo una línea de gran coherencia democrática" y un "espíritu juvenil prácticamente hasta el final". Las polémicas "no lo desmoralizaban, sino lo enardecían", dijo.
En Octavio Paz: las palabras del árbol (2009), Elena Poniatowska resaltó su espíritu rebelde, aunque a veces arbitrario, y su destreza para polemizar: "Nadie como tú ha introducido en la última mitad del siglo XX la controversia en nuestro país".
Publicaciones conmemorativas
En este centenario, son numerosas las publicaciones que se están sacando. Figura como ejemplo una antología de textos preparada por Danubio Torres Fierro que la Comisión Nacional de Textos Gratuitos (Conaliteg) editará y distribuirá entre 1,8 millones de estudiantes.
Además, el Fondo de Cultura Económica, la editorial más grande en América Latina, ha preparado para la ocasión varias ediciones especiales conmemorativas, entre ellas la reedición de las obras completas del mexicano que, en lugar de constar de 14 tomos como la edición anterior, serán 8 en un formato más manejable.
Destaca también una introducción a su obra hecha por el escritor Alberto Ruy Sánchez, un antología compilada por el editor Ricardo Cayuela y una "autobiografía falsa" en la que el poeta Julio Hubard utilizó textos escritos por Paz para dar cuenta de su vida.