El uso precoz de un fármaco de dos euros contra los infartos ahorraría millones
- Se trata del metoprolol, un medicamento usado para la hipertensión
- Según las estimaciones, su uso podría ahorrar 10.000 millones anuales
- Son las conclusiones de un trabajo del CNIC y varios hospitales españoles
Un estudio en el que ha participado el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) ha demostrado que la función cardiaca de quienes sobreviven a un infarto de miocardio puede mejorar de manera muy significativa y prolongarse durante al menos seis meses con un fármaco, el metoprolol, que cuesta apenas dos euros, lo que podría permitir grandes ahorros para el sistema sanitario, de modo que si la mitad de estos pacientes en Europa se tratasen con él, el ahorro superaría los 10.000 millones de euros anuales.
Los resultados del trabajo se publican en la Journal of the American College of Cardiology, la revista referencia en el campo de la medicina cardiovascular, que publica el Colegio Americano de Cardiología, y en él han participado, entre otros, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) liderados por Borja Ibáñez y Valentín Fuster.
Según los investigadores, una única administración precoz de metoprolol -hasta ahora se había usado sobre todo para tratar la hipertensión arterial- a pacientes con infarto de miocardio durante el traslado al hospital en ambulancia es capaz de mejorar de manera "muy significativa" la fuerza contráctil del corazón, "mejora que se mantiene al menos seis meses después de la intervención".
Los resultados se han obtenido en un ensayo clínico (METOCARD-CNIC) con 202 pacientes de Madrid, Galicia, León y Cantabria.
Además del CNIC, participan los hospitales Clínico San Carlos, La Princesa, 12 de Octubre, Puerta de Hierro, Quirón (Madrid), Meixoeiro (Galicia), Hospital de León (León) y Marqués de Valdecilla (Santander), y los servicios de emergencia Summa 112, 061 Galicia y Samur.
Recuperación de la función cardiaca
El CNIC explica que los primeros resultados de este ensayo se publicaron hace unos meses y apuntaban que los pacientes infartados que habían recibido este tratamiento por parte de los servicios de emergencias tenían una cantidad de músculo cardiaco necrosado mucho menor que los pacientes que no recibieron el fármaco.
Ahora, se demuestra que la proporción de pacientes con una función contráctil del corazón severamente deteriorada es "mucho menor en el grupo que recibió el metoprolol (un 60% menos)".
Según el CNIC, se ha observado, además, que la tasa de reingresos por insuficiencia cardiaca crónica se reduce de manera muy importante.
"De forma llamativa, este tratamiento agudo inicial con metoprolol fue capaz de reducir de forma masiva la necesidad de implantar un desfibrilador automático implantable", según el CNIC.
Gonzalo Pizarro, primer firmante del trabajo, ha indicado que se ha demostrado el efecto beneficioso de este tratamiento gracias a una resonancia magnética cardiaca avanzada.
Ahorro millonario en el tratamiento de insuficiencia cardiaca
Para Ibáñez, la posibilidad de reducir de forma tan importante los casos de insuficiencia cardiaca crónica (con todos los tratamientos y reingresos que conlleva) con una terapia muy barata (este tratamiento con metoprolol tiene un coste menor a dos euros) es algo que puede derivar en un ahorro tremendo para los sistemas sanitarios en toda Europa".
Una estimación inicial apunta a que si la mitad de pacientes con infarto en Europa se tratasen con este fármaco de manera precoz, podrían ahorrarse más de 10.000 millones de euros anuales sólo en tratamientos de insuficiencia cardiaca.
No obstante, según Fuster, "todavía ha de imperar la cautela, ya que la terapia debe testarse en una población mucho más numerosa en toda Europa para poder confirmar que las estimaciones son reales". Se está ya preparando un nuevo ensayo clínico -liderado por España- con más de 3.000 pacientes en toda Europa.
"Los resultados son muy prometedores y sin precedentes, pero la investigación clínica rigurosa requiere una corroboración en una población independiente", apuntan los autores, para lo que se está formando un consorcio europeo que contará con investigadores de prestigio en Bélgica, Holanda, Alemania, Francia, Dinamarca, Serbia, Polonia, Suecia y Reino Unido.
"Debe ser un proyecto bandera de nuestro país que refuerce el liderazgo internacional de España en las enfermedades cardiovasculares", ha añadido Borja Ibáñez.