Daniel Quintero, víctima de torturas en Venezuela: "Me amenazaron con quemarme vivo"
- El joven de 21 años asegura que la policía le torturó durante nueve horas
- RTVE.es entrevista a víctimas y familiares de la violencia en Venezuela
- Amnistía Internacional denuncia abuso de poder y detenciones arbitrarias
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Daniel Quintero es uno de los pocos venezolanos que se atreve a hablar sobre la creciente polarización y sangría de violencia que sufre su país. Denuncia haber sido torturado a manos de la Guardia Nacional Bolivariana por protestar contra el Gobierno de Nicolás Maduro. El joven de 21 años tiene grabada a fuego la noche del 12 de febrero.
“Lo que viví fue 'psicoterror'. No es solo represión física, sino también psicológica de la que uno no sabe cómo defenderse”, explica Daniel a RTVE.es por teléfono desde Maracaibo, en el estado de Zulia.
Participaba en una manifestación cuando fue detenido de camino a casa. “Apenas me faltaba una cuadra para llegar cuando me apresaron. Lo primero que recibí fue patadas en la cara. Ni me leyeron mis derechos. Y me empezaron a insultar”, relata.
Daniel cuenta que se lo llevaron en una “tanqueta”. Dentro del vehículo continuaron los maltratos. “Me daban azotes y cachetazos con la escopeta. Me hicieron quemaduras. Uno de los guardias se subió encima de mí imitando movimientos sexuales obscenos mientras otro grababa con el celular”, añade.
Entonces lo llevaron a las instalaciones del Comando Regional 3 de la Guardina Nacional, en Maracaibo. “El teniente me amenazó con quemarme vivo. Me rodeó con todo el ejército y me golpeó con el rolo (porra)”, continúa. Pero aquí no terminó lo peor. Después, Daniel fue llevado a la sedel del Grupo Antiextorsión y Secuestro (GAES).
“Me metieron en un calabozo donde me obligaron a quedarme en ropa interior. Me esposaron y me hicieron agacharme con el cuerpo pegado a los tobillos. Así estuve durante nueve horas, amenazado con golpearme, si me movía. No me pararon de insultar”, recuerda.
Por una 'Venezuela sin balas'
Su testimonio ha servido para documentar el informe de Amnistía Internacional Venezuela: los derechos humanos en peligro en medio de las protestas, presentado este martes en Madrid. La organización asegura haber tenido problemas para señalar a los culpables de los maltratos y el abuso de poder y ninguna víctima progubernamental ha estado disponible para hablar con RTVE.es por temor a represalias.
Daniel ha denunciado ante los tribunales las torturas y está pendiente de que se celebre un juicio, pero como medida cautelar el juez le ha prohibido participar en manifestaciones y cada mes tiene obligación de presentarse ante el registro.
El joven, estudiante de Comunicación Social, pertenece a la organización no gubernamental ‘Venezuela sin balas’, creada tras el asesinato de la hija del cónsul de Chile en Maracaibo. Asegura que la no violencia es su credo.
“Protesto pacíficamente porque quiero un cambio en Venezuela. Un gobierno que incluya a todos y no discrimine por el color político”, asegura. Y cree que, por ahora, Venezuela está abocada a la violencia. “En mi entorno dicen que faltan muertos para que algo cambie y haya diálogo de verdad. Espero que no. Cada muerto, cada violación, cada tortura es un sufrimiento para una familia. Lo que hace falta es conciencia y educación”, añade.
"Mi hijo salió a defenderme y me lo mataron"
Al menos 37 personas han muerto en las protestas a favor y en contra de Maduro que se iniciaron el pasado 4 de febrero. Una de ellas es Bassil Dacosta Fría, de 23 años.
“Nadie me lo va a devolver pero al menos espero que haga justicia”, afirma su madre Janet, desde Caracas, a RTVE.es. “Mi hijo es el hijo de toda madre venezolana que a diario se lo arrebatan de su vientre”, asegura.
Janet no quería que Bassil saliera a manifestarse el 12 de febrero. Pero él estaba decidido. Un día antes lo anunció en Facebook: “Éste que está aquí sale a marchar sin miedo”, escribió.
“Salió a protestar por mí, porque llevaba tres meses esperando una operación y no me atendían. Porque no hay medicamentos en las farmacias. Era un joven luchador que quería denunciar la situación de escasez e inseguridad en la que vivimos”, señala Janet.
Según el testimonio de sus familiares, Bassil fue alcanzado en la cabeza por una bala cuando huía de la manifestación, que empezó de forma pacífica pero se tornó violenta. “No tenía armas en la mano, solo su voz y sus manos. Quien le disparó no tenía sensibilidad humana”, afirma su madre. Ocho oficiales de las fuerzas del orden y del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) han sido imputados por su muerte.
Janet echa de menos al “hombre de la casa”. Tiene otras dos hijas y sufre por el futuro que las espera en Venezuela. “Mientras no haya diálogo, no suelten a los presos políticos y no cese la represión, nada a va a cambiar”, asegura. “Tenemos que levantar la voz contra las injusticias y no por eso hacemos daño al país. ¿Por protestar somos asesinos? Entonces Maduro tendrá que meter a la mitad de Venezuela presa”, sentencia.