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The Stranglers aprietan fuerte en Madrid en la gira de su 40 aniversario

  • La banda británica presenta un espectáculo retrospectivo
  • Pioneros del punk británico, se han mantenido en activo desde 1974

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Los británicos The Stranglers en su concierto en Madrid.
Los británicos The Stranglers en su concierto en Madrid.

Esos jóvenes punkies que en el año 84 cantaban que se habían "enamorado de España a primera vista" y mandaban besos a los niños españoles y a todos los niños del mundo, volvían anoche a reencontrarse con sus fans españoles. The Stranglers, ya no tan jóvenes, pero con la misma vitalidad, demostraban anoche en Madrid que aún aprietan fuerte en la gira con la que celebran su 40 aniversario sobre los escenarios.

Después de tocar el martes en el Guitar Festival BCN de Barcelona, la banda británica llenó este jueves por la noche la madrileña sala Shoko y este viernes tocarán en Gijón y el sábado en San Sebastián con un espectáculo retrospectivo que recorre la ecléctica evolución de la banda, que empezó su carrera en 1974 en la primera oleada del punk rock británico y exploró luego un amplio repertorio de estilos, desde la new wave, al art rock y al post punk.

"Me gustaría creer que The Stranglers no solo éramos los más punk, sino también algo más", afirma el bajista y vocalista Jean-Jacques Burnel, miembro fundador de esta banda inglesa que teloneó a los Ramones, los padres del punk, y a Patti Smith, su dama, en sus primeros conciertos británicos en 1976.

En un momento de reencuetros de bandas por intereses comerciales, The Stanglers es una de las pocas que puede presumir de haberse mantenido en activo desde sus orígenes con mínimos cambios en su formación.

En plena forma, The Stranglers tomaron el viernes el escenario Fiberfib.com para presentar un repertorio clásico plagado de buen guitarreo rock (15/07/11).

Una trayectoria completa sobre el escenario

Con puntualidad británica, 'JJ' Burnel y sus compañeros Dave Greenfield -teclista fundador- y Baz Warner -guitarrista y vocalista de la banda desde el año 2000, tras Hugh Cornwell, John Ellis y Paul Roberts- y con Jim MacAulay en la batería -Jet Black, el batería original del grupo no está en esta gira, aunque sigue en el grupo-, se subieron al escenario de una abarrotada sala cuyo público peinaba canas mayoritariamente.

Durante una hora y 50 minutos y dos bises, The Stranglers repasaron prácticamente toda su discografía, 17 álbumes de estudio desde Rattus Novergicus (1977) a Giants (2012) con un repertorio de 26 temas en los que no faltaron sus grandes clásicos.

Tras arrancar con "Toiler on the sea", de su tercer álbum Black and white (1978) -del que más temas sonaron en el concierto-, la banda que tomó el nombre de la película El estrangulador de Boston, siguió rápidamente con su himno "No more heroes" (No more heroes, 1977, su segundo disco) para entonar al público madrileño, al que Baz Warner se dirigió por primera vez tras el cuarto tema con un "buenas noches... ¿cómo está?... de puta madre".

El característico teclado de Dave Greenfield -muchas veces comparado con el mítico teclista de The Doors Ray Manzarek, fallecido el año pasado-se apoderó de la sala en temas como "Golden Brown" (La Folie, 1981), "Nice' N' Sleazy" (Black and white, 1978) o "Hanging around" (de su primer disco, Rattus Novergicus, 1977), que sirvió para poner el punto y seguido a la primera parte del concierto tras hora y media tocando.

Además de repasar ampliamente sus tres primeros discos que los elevaron a los altares del punk, The Stranglers también interpretaron canciones como "Duchess", "Nuclear device", "Thrown" o "Skin deep" de discos posteriores más complejos y conceptuales o éxitos como su versión del clásico de The Kinks "All day and all the night".

De su última etapa musical, alejada de la nostalgia punk, sonaron "Norkfolk coast" (del disco del mismo nombre de 2004), "Summat outanowt" (Suite XVI, 2006) y "Lowlands" y "Freedom is insane", de su último trabajo, Giants (2012), para cerrar el concierto con "Thank", del mismo disco Black and white con el que arrancaron el concierto para recordar que siguen igual de en forma que en su época más punk.