El FMI cree que los bancos centrales deberían tener más objetivos que la estabilidad de precios
- Los expertos matizan que no es suficiente para estabilizar la macroeconomía
- Alertan en contra de las medidas no convencionales, una vez superada la crisis
Un grupo de expertos del Fondo Monetario Internacional (FMI) considera que los bancos centrales mundiales deberían tener más objetivos a la hora de definir su política monetaria que la estabilidad de precios, aunque no creen que las medidas no convencionales aplicadas durante la crisis deban, en general, mantenerse en tiempos tranquilos.
"La estabilidad de precios a largo plazo debe seguir siendo un objetivo principal de la política monetaria. Pero la crisis mostró que no es una condición suficiente para la estabilidad macroeconómica", aseguran en un informe titulado La política monetaria en la nueva normalidad. El informe puede verse como un toque de atención del FMI al Banco Central Europeo que es el único de los grandes bancos centrales que no ha adoptado programas de estímulo.
En concreto, los autores creen que, en el futuro, objetivos adicionales intermedios como la estabilidad financiera o la estabilidad exterior deberían jugar "un mayor papel que en el pasado", tanto el Banco de Inglaterra como la Reserva Federal se fijan en el umbral de desempleo a la hora de fijar su política de tipos.
En su opinión, cuando sea posible, se debe perseguir estos objetivos con nuevos o renovados instrumentos, como herramientas macroprudenciales, gestión de los flujos de capital o intervenciones en los tipos de cambio. Añade que si estos demuestran ser insuficientes, las políticas de tipos de interés podrían ser utiles.
En este contexto, añaden que la crisis también ha subrayado que existen aspectos desconocidos sobre los mecanismos de transmisión de la política monetaria o sobre las relaciones entre variables importantes macroeconómicas (por ejemplo, entre desempleo e inflación).
"Más arte y menos ciencia" en la respuesta política
Por ello, los expertos de FMI reclaman una reconsideración de las reglas de respuesta política que incluya "más arte y menos ciencia" en comparación con el periodo previo a la crisis.
Asimismo, destacan que los bancos centrales mundiales emplearon durante la crisis financiera medidas no convencionales, como compras de bonos u orientaciones de la política monetaria, para ofrecer estímulos cuando los tipos de interés se aproximaban a cero o para garantizar una transmisión adecuada de la política monetaria a pesar de los problemas en los mercados financieros.
Sin embargo, considera que, a excepción de las orientaciones sobre la evolución futura de la política monetaria, no se deberían emplear estas herramientas no convencionales en tiempos "tranquilos", ya que los costes superarían a los beneficios.
Reunión de primavera
El informe se conoce mientras el FMI se prepara para celebrar la semana que viene su tradicional reunión de primavera, con los riesgos de baja inflación en la eurozona, la volatilidad financiera en algunos mercados emergentes y el rechazo a la reforma de cuotas por parte de Estados Unidos como puntos fuertes.
La política monetaria en EE.UU. también será una cuestión estrella, dada la creciente tensión experimentada en algunos mercados emergentes tras el inicio de la retirada del programa de compra de bonos por parte de la Reserva Federal (Fed) que puso en marcha para estimular la economía.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ya ha adelantado que pese a haber "doblado la esquina de la crisis", el crecimiento se prevé que siga "aún débil y frágil". Desde el Banco Mundial, coanfitrión del evento, se recalca la necesidad de hacer frente al cambio climático como desafío generacional y la importancia fundamental de promover un crecimiento sostenible e inclusivo en los países en desarrollo.