Un pacto entre Gobierno libio y rebeldes federalistas reabre los puertos petroleros del país
- Dos puertos se entregarán inmediatamente, el resto de dos a cuatro semanas
- Los milicianos han impuesto seis condiciones
- Una comisión estudiará la venta de hidrocarburos desde la caída de Gadafi
El Gobierno de Libia y los rebeldes que controlan desde el verano varios puertos petroleros del este del país han acordado este domingo la reapertura inmediata de dos instalaciones petroleras, así como la entrega del resto de muelles a las autoridades de Trípoli en las próximas semanas.
De esta manera los rebeldes pondrán fin gradualmente al bloqueo que han realizado durante los últimos ocho meses y que ha costado miles de millones por pérdida de ingresos al estado del norte de África, ya que la producción de petróleo era la principal y casi única fuente de riqueza del país. Para ello los rebeldes han impuesto seis condiciones.
Los primeros puertos en entregarse serán el de Al Zauitina, el más pequeño de los cuatro que los milicianos federalistas controlan en el golfo de Sirte, y el de Al Hariqa, cerca de la frontera con Egipto, y lo harán inmediatamente a responsables del Gobierno central.
El ministro de Justicia, Salah al Marguni, ha informado en una rueda de prensa que el resto de los puertos situados en el golfo de Sirte -Sidra, Ras Lanuf y Brega- serán entregados a las autoridades de Trípoli dentro de dos a cuatro semanas.
En contrapartida, se creará una comisión del Ministerio de Justicia formada por seis personas que investigará las operaciones de venta de hidrocarburos realizadas desde la caída del régimen de Muamar el Gadafi hasta ahora, una de las exigencias de los rebeldes.
Supresión fuerza especial de seguridad
Al Marguni ha añadido que el Ejecutivo también tiene intención de suprimir el decreto 42, según el cual se formó una fuerza especial de seguridad para levantar el cerco impuesto por los rebeldes a los pozos de petróleo.
Según un comunicado del Ministerio de Justicia, el acuerdo ha sido redactado, entre otros, por el presidente de la autodenominada Oficina Política de Barka (este del país), Jaled Said al Yidran, y por el presidente de la Oficina Ejecutiva, Abderrabo Abdelhamid al Barasi.
Los milicianos impusieron seis condiciones para la reapertura de las instalaciones que controlan desde el pasado verano las milicias dirigidas por Al Yidrán y formadas por los antiguos vigilantes de los puertos.
Entre ellas se encuentran la formación de una comisión para investigar las ventas de petróleo, la supresión del decreto 42, el traslado de la oficina de seguridad de las instalaciones petroleras a Brega (en el golfo de Sirte) y el pago de los sueldos atrasados a los vigilantes de los puertos que se unieron a las milicias federalistas.
Levantamiento de órdenes de detención
El acuerdo también recoge que inmediatamente después de su firma serán entregados a las autoridades los embarcaderos de Al Zauitina y Al Hariqa para su reactivación inmediata, mientras que el resto será devuelto a las autoridades entre dos y cuatro semanas después de la impresión de las rúbricas.
Asimismo, la certificación del acuerdo supone el levantamiento de cualquier orden de detención dictada contra los dirigentes o miembros de las milicias, que en verano de 2013 se hicieron con el control de los muelles petroleros.
La suspensión de la exportación desde estos puertos provocó una drástica caída de la producción petrolera en el país, desde los alrededor de 1.400.000 barriles diarios a menos de 200.000.