'9 meses... de condena!', el "drama divertido" y negro de los juzgados
- Albert Dupontel estrena su exitosa comedia en España
- “Prefiero que me cuenten historias tristes con una sonrisa"
- Sandrine Kiberlain obtuvo el César 2014 a mejor actriz
FICHA TÉCNICA
Título original: 9 mois ferme
Año: 2013
Duración: 85 min.
País: Francia
Director: Albert Dupontel
Guión: Albert Dupontel
Reparto: Sandrine Kiberlain, Albert Dupontel, Philippe Uchan, Nicolas Marié
En 2013, el cine francés perdió 5 puntos de cuota de pantalla. La caída no fue mayor gracias a comedias como 9 meses… de condena!, la cuarta película francesa más vista del año pasado. Escrita, dirigida e interpretada por Albert Dupontel se estrena el 11 de abril en España, tras obtener el premio de mejor guion y mejor actriz (Sandrine Kiberlain) en los últimos premios César.
Dupontel, conocido sobre todo por su faceta de actor (Las confesiones del Dr. Sachs, Irreversible), continúa en su quinta película con su especialidad como autor: la comedia. Tras contemplar 10e chambre, instants d'audience, el crudo documental de Raymond Depardon sobre el mundo judicial, Dupontel ideó una farsa en la que una jueza introvertida, adicta al trabrajo, antisocial y asexual, queda embarazada sin explicación aparente de un supuesto criminal desalmado, papel que el cineasta se ha reservado a sí mismo.
“Era la ocasión de hacer un encuentro improbable: Una jueza y su juzgado. Pensaba que la sociedad va un poco a al revés: va creando jerarquías sociales desde el colegio y, sin embargo, las personas están mucho más cerca de lo que se imaginan”, explica Dupontel, que promociona su película en Madrid. “La jueza ha perdido su humanidad, aunque tenga que protegerla. Y el delincuente se ha quedado con la humanidad, aunque debería amenazarla por su condición. Es un punto de vista muy libertario”.
¿Existe el humor francés?
La película se estrena en España a rebufo de Guillaume y los chicos, ¡a la mesa!, la comedia de Guillaume Gallienne ganadora del César a mejor película. Dupontel, que no ha visto la película de Gallienne, no cree que el humor sea universal, y lanza guiños al espectador español con su conocimiento de comedias españolas. “No creo que el humor sea universal para nada, creo que hay épocas de humor. En los años 70, había un humor absurdo con los Monty Phython. En España, tenéis Crimen Ferpecto, que es muy divertida y muy negao. Hay muchas maneras de contar el humor: Desde Chaplin a Torrente. Es muy vasto. Por tanto, depende mucho del espectador, de lo que quiere reírse. Hay una frase de Nietzsche que dice que el instinto de defensa contra las amenazas exteriores es el gusto. Es decir, depende de tu gusto”.
La referencia a los Phython no es casual. Terry Gilliam, que hace un divertido cameo como recluso psicópata, es uno de los referentes visuales declarados de Dupontel. La película tiene también reminiscencias a las ideas visuales de Jean Pierre Jeunet, para el que trabajó como actor en Largo domingo de noviazgo. “Trato de ser yo mismo, sabiendo que me parezco a mucha gente”, resume Dupontel.
Segundo César para Sandrine Kiberlain
La idea de Dupontel era rodar en inglés con Emma Thompson. “Terry Gilliam me dijo un día: un fracaso en inglés viaja más que un éxito en francés. Y creo que pasa lo mismo en español. Es el drama de la cultura europea”. Pero comenzó a probar a importantes actrices francesas. “Llegó un momento en el que dejé colgado el proyecto. Hasta que Sandrine me dijo que quería reunirse conmigo, le hicimos pruebas y funciono muy bien”.
Sandrine Kiberlain, 46 años, compone con maestría el papel de rata de juzgado. En febrero obtuvo el César a la mejor actriz (el segundo de su carrera tras el de mejor actriz revelación en 1996), superando a Léa Seydoux, favorita por La vida de Adele.
Dupontel, que escribió una primera versión refugiado en un hotel sevillano (“era diciembre y buscaba el sol”), defiende el valor de la comedia para tocar temas trascendetales. “Creo que hago más dramas divertidos que comedias”, define. “El hecho de buscar que la gente se ría es una manera elegante de contar sus emociones. La escritura siempre es una cosa triste y con los actores, con la puesta en escena, y con la cámara, comienzas a tomar distancia y empezamos a divertirnos. Prefiero a alguien que me cuente historias tristes con una sonrisa que alguien que llora”.
Aunque sea una parodia gruesa, 9 meses… de condena! muestra la distancia entre los titulares sensacionalistas de los medios y las historias sencillas que se encuentran destrás. Dupontel ríe y sentencia: ”Los medios de comunicación no necesitan de mi ayuda para ser ridículos”.