EE.UU. rechaza al candidato de Irán para embajador en la ONU
- Le acusa de participar en el secuestro de su embajada en Teherán en 1979
- Ban ki moon se mantiene al margen de la polémica
Estados Unidos ha informado a las autoridades de Irán de que la designación en la que insiste Teherán de Hamid Abutalebí como nuevo embajador ante la ONU "no era viable". El ejecutivo de EE.UU. ha manifestado su posición después de que Irán haya confirmado la candidatura de Abutalebi pese a las preocupaciones de Washington por su presunta participación en la toma de rehenes de la embajada de EE.UU. en Teherán en 1979.
“El gobierno de EE.UU. ha informado al gobierno de Irán que esa posibilidad no es viable". Irán insiste en mantener la designación de Hamid Abutalebí como nuevo embajador ante la ONU, pese a la indignación que ha provocado entre diversos sectores de EEUU, que tratan de impedir que se le de un visado por considerar que participó en la toma de la embajada en Teherán de 1979.
Durante la noche de este lunes, el Senado de EE.UU. ha aprobado una ley -dirigida contra el embajador iraní- que prohíbe dar visados diplomáticos para la ONU a "conocidos terroristas" y la reacción de Teherán no se hizo esperar: esta mañana la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Marzie Afjam, se mantuvo en sus trece y dijo que Teherán "espera la aprobación del visado para el nuevo embajador ante la ONU".
Abutalebí, actualmente secretario político en la oficina del presidente Hasán Rohaní, es "una persona con experiencia diplomática en países europeos y en Australia", señaló la portavoz, que insistió en que esta es la elección de su gobierno. Tras conocerse en marzo pasado su designación, medios de información internacionales le vincularon con la toma de la embajada de EE.UU. en Teherán el 4 de septiembre de 1979, meses después del triunfo de la Revolución Islámica, y que las autoridades iraníes no impidieron.
Un grupo de estudiantes secuestró a más de un centenar de estadounidenses que estaban en la legación, aunque poco después dejaron en libertad a las mujeres y a los afroamericanos, y retuvieron al resto, 52 hombres, durante 444 días, lo que llevó al fin de las relaciones diplomáticas entre Washington y Teherán, aun no restauradas.
Abulatebí y el secuestro de la embajada de EE.UU.
Antes de su nombramiento, Abulatebí concedió una entrevista al diario digital iraní Jabar, en la que aseguró que él no estaba en Teherán el día en que fue ocupada la embajada, sino en Ahvaz (suroeste del país), aunque admitió que posteriormente hizo de traductor para los captores "por motivos humanitarios".
"Acompañé al representante del papa que viajó a Teherán (para mediar) y esa fue la primera vez que fui a la embajada. Traduje a inglés y francés en otras dos ocasiones, como en la conferencia de prensa en la que se puso en libertad a los empleados mujeres y negros. Se trató de una tarea completamente humanitaria", declaró.
Uno de los líderes del secuestro, Ebrahim Asgharzadeh, también ha confirmado que no jugó "ningún papel directo" ni tuvo responsabilidad alguna y únicamente colaboró como traductor. Educado en París y licenciado por la Sorbona, Abutalebí ha ostentado cargos diplomáticos ante la Unión Europea, Bélgica, Italia y Australia, y ha visitado la ONU en Nueva York como parte de una delegación iraní.
A pesar de sus negativas y de que no se han presentado pruebas de que estuviese involucrado en mayor medida en el secuestro, su mera relación con el mismo hace que su nombramiento sea visto como una afrenta por algunos sectores estadounidenses. Entre los más indignados se encuentra el republicano Ted Cruz -cercano al Tea Party y abiertamente opuesto a Irán- que ha advertido que el Senado "no va a ignorar" lo que considera "el último insulto" de la República Islámica.
Suya fue la propuesta de legislación para evitar la concesión del visado aprobada anoche, que de ser ratifica por el Congreso y firmada por el presidente, Barack Obama, impediría a Abutalebí ejercer su función como representante iraní ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York. Varios de los exrehenes, que aún hoy reclaman a Irán indemnizaciones por su traumática experiencia, también han mostrado su rechazo y pedido que no se le permita entrar en el país.
Como anfitrión de la organización internacional, Washington está obligado a conceder visados a sus empleados, aunque se reserva el derecho de negarlas en casos extraordinarios, por ejemplo, cuando suponga un riesgo para su seguridad.
Presiones en Teherán
En Irán, los sectores conservadores también presionan al gobierno de Rohaní para que no de marcha atrás en el nombramiento. Mehdi Davatgari, miembro de la comisión parlamentaria de Política Exterior, dijo recientemente que cancelar el nombramiento "perjudicaría la posición iraní en la arena internacional".
Mohamad Hasan Asafari, miembro de la misma comisión, declaró la semana pasada a la agencia Tasmin que la elección del representante de la República Islámica ante la ONU "no es asunto de las autoridades de EEUU ni de los miembros del Congreso. La ONU simplemente tiene su sede en EEUU y ese país no tiene nada que decir en sus asuntos".
Diarios y webs conservadores, como Kayhan, han criticado lo que consideran un "injustificado" silencio de Exteriores ante el retraso en la concesión del visado.
Ban se mantiene al margen
Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, se mantiene por ahora al margen de la polémica y considera que es un asunto que debe tratarse bilateralmente, según ha informado este martes un portavoz.
"En este momento se está tratando como algo bilateral. Si hay necesidad de que en algún punto tengamos que intervenir, lo consideraremos en ese momento", ha indicado el portavoz, Farhan Haq, en la conferencia de prensa diaria de la ONU.