Salím Idris: "Los grupos yihadistas están haciendo un gran daño a la revolución siria"
- RTVE.es entrevista al que fue la máxima autoridad del ELS
- Asegura que su grupo no tiene "ningún trato con esos grupos terroristas"
- "Cuando Asad abandone el poder, podremos iniciar negociaciones verdaderas"
“Da la falsa sensación desde fuera de que la revolución siria son esos grupos radicales terroristas… Y no es así” apunta el General Salim Idrís en una entrevista. “Esos grupos están haciendo un gran daño a la revolución”. Salím Idrís fue hasta febrero de 2014, el Comandante General del Ejército Libre Sirio (ELS), la máxima autoridad militar de la principal fuerza armada de los grupos rebeldes que luchan contra el régimen de Bachar Al Asad. Durante su mandato también ha tenido que enfrentarse al que ahora es uno de los grandes problemas de su formación: la creciente presencia de los grupos yihadistas como el Frente Al Nusra o el Estado Islámico para Irak y Levante (ISIS).
“La verdad es que ellos, especialmente el Estado Islámico, han ejercido un terrorismo sobre los propios ciudadanos, y en algunas ocasiones su crueldad ha superado la del régimen” apunta. “Nos hemos visto obligados a combatirlos y les hemos conseguido echar de muchas zonas”.
De hecho, a principios de año el ELS emprendió una ofensiva contra estos grupos, cuya presencia es cada vez mayor, especialmente en el norte. El el pasado, algunas brigadas del ELS compartieron frente de combate, pero ahora amenazan su autoridad en los territorios conquistados. Los combates entre ellos han dejado ya centenares de muertos.
“Nosotros no tenemos ningún trato con esos grupos terroristas, ni con el ISIS ni con el Frente Al Nusra. (…) En realidad luchamos contra el régimen, pero también contra ellos. Nuestro principal objetivo es derrocar al régimen y proteger a los sirios, pero tanto del régimen como de estos grupos extremistas”, asegura.
Con esta situación, al ELS, apunta el general Idrís, se le acumulan los frentes y destaca que el extremismo religioso es un fenómeno nuevo en Siria. "El ELS combate por unos objetivos muy claros, que son conseguir la libertad, la democracia y un estado civil para todos los sirios, sin importar las religiones o las etnias. Queremos la libertad para todos: chiíes, suníes, alawies, drusos o cristianos", afirma.
Desconfianza de Occidente
La presencia de estos grupos ha incrementado la desconfianza de Occidente hacia los rebeldes, temerosos de que una eventual caída de Asad pudiera entregar el poder a los yihadistas. Y por eso, recuerda Idrís, Las ayudas han disminuido en los últimos meses.
“Después de nuestros combates contra estos grupos terroristas, pensamos que el volumen de las ayudas iba a mejorar... ¡Hemos demostrado a la comunidad internacional nuestra postura contraria a estos grupos terroristas!", apunta el líder rebelde.
“Pero hemos visto que el poco apoyo que habíamos tenido en estos años, en lugar de aumentar, se ha reducido. Y eso nos preocupa, porque el apoyo que teníamos antes no nos era entonces suficiente para cubrir las necesidades de nuestros cinco frentes”, añade.
Grandes carencias logísticas
Según el ELS, necesitarían unas 700 toneladas de armamento y munición al mes para poder responder en los frentes. Actualmente cuentan con unas 40 toneladas. De los 100.000 combatientes del grupo, aseguran, solo la mitad cuenta con armas.
“Tenemos una grandes carencias logísticas, especialmente en municiones, además de en otras cuestiones humanitarias”, apunta el general Idrís. Además, o quizá por eso, en los últimos meses las fuerzas del régimen, apoyadas por las milicias del grupo integrista libanés Hizbulá, han conseguido recuperar terreno. Especialmente, en el centro del país y la periferia de la capital, Damasco.
“Tenemos fuertes presiones militares por parte del régimen y sus fuerzas, especialmente en la zona de Qalamun, en la zona del Riff y Damasco, y también en el sur. El régimen controla muchos pasos estratégicos, y eso nos dificulta mucho las operaciones”, apunta.
“Es cierto que estamos en un momento muy difícil, pero hay veces que avanzamos nosotros, otras en las que avanza el régimen... Así es la guerra. Nosotros continuaremos en nuestro empeño hasta conseguir la victoria”.
Después de tres años de conflicto, las consecuencias humanitarias son devastadoras. Alrededor de 150.000 personas han muerto, según el opositor Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los refugiados en otros países (sobre todo, Turquia, Líbano y Jordania) ya superan los 2,5 millones y los desplazados internos, los 6 millones. Y los intentos de la comunidad internacional por buscar una paz negociada han fracasado.
Las casi imposibles negociaciones
El último, el llamado Ginebra II tampoco consiguió ningún avance. Sin embargo, Idrís asegura que están dispuestos a negociar, siempre y cuando se cumpla una condición: que Bachar Al Asad y las primeras filas del régimen abandonen el poder.
“Somos conscientes de que esta crisis necesita una solución política. Y esa solución, por supuesto, será con negociaciones con el régimen... Solo pedimos que se marche Asad, porque tiene las manos manchadas de sangre”, asegura el líder rebelde sirio “Cuando abandone el poder, podemos iniciar negociaciones verdaderas con la segunda fila del régimen que no se hayan manchado con la sangre del pueblo”.
“No tenemos problema en ir a las negociaciones, aunque sean por etapas... Pero seguimos diciendo que no queremos negociaciones infinitas, sin fechas concretas, o un calendario. Porque sabemos que el régimen es tramposo e intenta ganar tiempo”.
Mientras tanto, Salím Idrís trata de rescatar la imagen rebelde empañada por la presencia yihadista. Insiste en que los grupos extremistas no tendrán futuro en el país. Y seguirá reclamando ayuda porque, asegura, el sufrimiento del pueblo sirio “no se puede describir con palabras”.