La patronal bancaria elige de forma unánime como presidente a José María Roldán
- Roldán será presidente de la AEB durante cuatro años
- Sustituye a Miguel Martín que renunció en 2012 a un tercer mandato
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La Asamblea General de la Asociación Española de Banca (AEB) ha acordado por unanimidad elegir a José María Roldán presidente de la patronal bancaria por un periodo de cuatro años, en sustitución de Miguel Martín, que a finales de 2012 renunció a optar a un tercer mandato al frente de la institución.
La candidatura de Roldán, ex director general de regulación y estabilidad financiera del Banco de España, ha sido presentada a la Asamblea por el Consejo General de la AEB, que a su vez recibió el consenso previo de los cinco mayores bancos: Santander, BBVA, Popular, Sabadell y Bankinter.
Según ha informado la AEB en un comunicado, el nuevo presidente agradeció a la Asamblea de la patronal su elección como presidente y destacó el "honor" que significa para él suceder a una persona de "tan relevante trayectoria profesional" como Martín.
Asimismo, Roldán expresó su "compromiso de colaborar con las entidades asociadas en su necesidad constante de adaptación a los cambios en marcha en el sistema financiero nacional e internacional".
Por su parte, el presidente saliente, Martín, agradeció a los bancos socios la confianza depositada en su persona a lo largo de los últimos ocho años y manifestó su satisfacción por haber podido representar al sector "en una de las etapas más complejas e intensas de su historia reciente".
Roldán agradece su nombramiento
Antes de la presentación de los resultados de 2013, Roldán y Martín ha comparecido juntos ante la prensa, y en declaraciones a los medios, el nuevo presidente de la AEB ha dado las gracias a las entidades por proponerle al cargo.
"Estoy encantado de poder trabajar durante los próximos cuatro años con ellos", ha añadido Roldán, que ha recordado que hoy, en su primer día al frente de la patronal bancaria, todavía no se había "sentado en la mesa de la AEB".
Así, ha querido dejar el protagonismo de presentar los resultados de 2013 al presidente saliente Miguel Martín, que ha mostrado su agradecimiento a Roldán por aceptar el cargo.
Los grupos bancarios españoles han obtenido un beneficio atribuido de 7.274 millones de euros durante 2013, lo que significa que han dejado atrás la situación de pérdidas de 2012 y han pasado así a un resultado positivo un año después. Estos beneficios se explican por los saneamientos extraordinarios realizados eante los decretos aprobados por el Gobierno para sanear los balances de activos inmobiliarios.
Desaparición de las cajas
Durante los dos mandatos consecutivos de Martín, se produjo la práctica desaparición de las cajas de ahorros, más de la mitad del sector, unas 45 entidades, ahora fusionadas en poco más de una docena de grupos y convertidas en bancos.
Como máximo representante de los bancos, Martín siempre insistió en distanciarse de las cajas, a las que consideraba responsables de buena parte de los problemas que han afectado al sector, y de ahí su empeño en pedir la desaparición de las entidades "zombies", ya que, "si no pueden subsistir por ellas mismas, deben desaparecer".
Tampoco se privó Martín sobre todo, al inicio de la crisis, de pedir a las cajas que buscaran soluciones para resolver sus problemas. Y también exigió responsabilidades a los gestores de las entidades que vendieron participaciones preferentes a partir de 2009, llegando a pedir a la CNMV que analizara la comercialización irregular de estos títulos, identificara a las entidades emisoras y las sancionara.
“Las entidades nos equivocamos en la evaluación del riesgo“
En el verano de 2012, en unos momentos muy delicados para España, cuando llegó a temerse por la intervención del país y el fracaso del euro, Martín pedía que la solución no viniera sólo de "la ayuda externa, los favores y el dinero de otros países" y clamaba por que cada Estado asumiera sus responsabilidades.
También supo reconocer parte de culpa del sector financiero en los excesos crediticios que imperaron en España en la época de bonanza y que desempeñaron un importante papel en la abrupta crisis que comenzó en 2008, al admitir que las entidades "nos equivocamos en la evaluación del riesgo".