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Elefantes vuelven y mantienen viva su memoria ocho años después de su separación

  • Presentan 'El Rinoceronte', su nuevo trabajo, con una gira por España
  • En Madrid han llenado en dos noches consecutivas la sala Joy Eslava
  • Con su elegancia y luminosidad habitual, Elefantes devuelven la sonrisa a su público

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Concierto de Elefantes en la sala Joy Eslava en Madrid
Concierto de Elefantes en la sala Joy Eslava en Madrid

Ocho años hace ya que la banda barcelonesa de pop-rock Elefantes anunció su separación. Pero ese tiempo, lejos de ser una losa, ha servido para que regresen con la fuerza de un Rinocerontetítulo de su nuevo disco.

La larga espera parece haber merecido la pena para su público, que en dos noches consecutivas ha llenado la sala Joy Eslava de Madrid y se ha entregado por completo a Shuarma, Hugo, Julio, Jordi y Pere, el quinto miembro que acompaña a la particular manada en los directos.

Elefantes han vuelto "para quedarse", aseguraba Shuarma, vocalista y líder del grupo, y lo hacen con elegancia, crítica social cargada de optimismo y luz, mucha luz.

'El Rinoceronte' pisa con fuerza

Desde el arrollador inicio, con "Escuchar al viento" o la luminosa "10.000 formas", que habla "de la capacidad individual de decidir", en palabras de Shuarma, las canciones del disco nuevo funcionaron a la perfección ante un público hambriento de nuevo material de los Elefantes.

"Teníamos muchas ganas de volver a Madrid, después de tantos años (...). Hemos vuelto porque queríamos volver a hacer canciones de las que nos sintieramos orgullosos", explicaba Shuarma a un público iluminado por petición expresa del cantante, que quería "ver las caras" de los asistentes.

Con "Equilibrios", single de su último trabajo, también hubo referencia al diálogo entre artista y público, con la música como elemento de disfrute y comunicación entre ambos.

Y fue precisamente a su público a quien dedicaron "Descargas Eléctricas", otra de las canciones nuevas, que expresa "esa sensación tonta de cuando empiezas a enamorarte, cuando cualquier tontería desata un tsunami de sentimientos", aseguraba Shuarma. Su mirada, desde luego, expresaba amor sincero por las más de 1.000 personas que tenía delante.

El recuerdo de los Elefantes

Si algo caracteriza a los elefantes, los animales, es su gran memoria. Y algo de ello han heredado los aficionados de la banda barcelonesa, que cantaron de principio a fin y a pleno pulmón los grandes clásicos del grupo.

"La niña morena", "Por verte pasar", "Me falta el aliento" o una "Piedad" que resonó en todo Madrid, fueron algunos de esos recuerdos muy bien recibidos por el público. También "Abre más ancho el camino", con la que Shuarma animó al público a "valorar y aportar pequeños detalles" para hacer la vida más feliz. "Un poder que nadie nos puede quitar", añadió.

"Es la canción más bonita que hemos cantado jamás. Lástima que no la hayamos escrito nosotros". Así definieron "Se me va", de su primer disco, Azul (2000), compuesta por Alejandro Santiago y otra de las más coreadas por la audiencia.

Hubo también momento para que Shuarma sacase de dentro una confesión, que a la vez fue un homenaje a Raphael, para el que compuso la canción "Cuéntame". Finalmente no fue para él, pero el público la recuerda con un cariño especial y entró gustoso al juego de cantarla bajando el volúmen hasta el susurro, para terminar gritando el estribillo lo más alto posible.

Pero, sin lugar a dudas, sus dos mayores éxitos fueron "Azul" y "Que yo no lo sabía". Especialmente esta última, con un áura de luminosidad especial, quedó claro que sigue siendo una de las favoritas del público, que la cantó por momentos en solitario mientras los músicos sonreían y se miraban entre la emoción y el asombro por el cariño recibido a pesar del tiempo pasado.

Tras dos horas de concierto y un bis que supieron a poco, limitado por las leyes que afectan a los conciertos en salas, el cierre lo puso una estremecedora versión de "Me gustaría poder hacerte feliz", con los cuatro Elefantes originales al borde del escenario y con un público que les despidió entre la emoción, la alegría y el deseo de que este regreso sea definitivo.