Rusia dice que Ucrania no puede celebrar elecciones en medio de la ofensiva del este
- La ONU también considera "difícil" que se celebren los comicios del 25 de mayo
- La OSCE pide un alto el fuego a las dos partes
- Moscú solo aceptaría otra cumbre internacional si participan los prorrusos
El ministro de Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, ha dicho que sería "inusual" que las autoridades interinas de Ucrania siguieran adelante con la celebración de las elecciones presidenciales, previstas para el 25 de mayo, mientras el Ejército lleva a cabo una operación militar contra los prorrusos en el este del país.
El jefe de la diplomacia rusa ha indicado que Moscú está dispuesta a una nueva conferencia como la celebrada en Ginebra en abril, con la participación de Rusia, Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y Ucrania, pero solo si se incluye a la oposición de las regiones de mayoría prorrusa. En caso contrario sería "andar en círculos".
"Podríamos reunirnos de nuevo en el mismo formato de Ginebra, pero sin el este y sur (de Ucrania) no tiene sentido (...) Hay que sentar a todos los ucranianos a la mesa", ha pedido.
El Gobierno de Kiev ya ha descartado dar cabida a esos grupos en negociaciones internacionales y ha pedido ayuda a sus aliados extranjeros para la celebración de los comicios.
Lavrov ha comparecido ante la prensa en Viena tras una reunión del Consejo de Europa. Allí ha lamentado que algunos países occidentales del propio Consejo hayan realizado lo que ha calificado como "amenazas y acusaciones contra Rusia".
Por su parte, Washington ha puesto el foco en la convocatoria de referéndum que han anunciado los rebeldes prorrusos en las regiones del este para este próximo domingo, 11 de mayo. La portavoz de la diplomacia estadounidense, Marie Harf, ha expresado su "preocupación" de que se repita el "escenario" de Crimea, la región autonóma de mayoría étnica rusa que declaró su indepedencia y fue anexionada por Rusia en marzo.
Harf ha advertido de que impondrán "graves sanciones" a Rusia "si pasa a la próxima etapa" y se anexiona regiones del este de Ucrania.
"Retórica del odio"
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, también ha mostrado sus reservas sobre la convocatoria de elecciones presidenciales el 25 de mayo. "Si la situación continúa siendo la misma de los últimos días en ciertas ciudades, donde ha habido varios incidentes muy violentos, con edificios importantes incendiados y gente asesinada en las calles, obviamente es muy difícil que se celebren elecciones", ha dicho el portavoz de Pillay, Rupert Colville, citado por Efe.
Además, la alta comisionada ha pedido al Gobierno ucraniano que se asegure de que las operaciones militares y policiales se efectúan evitando un uso desproporcionado de la fuerza. A los grupos opositores armados también les ha pedido "parar sus acciones ilegales" y entregar las armas.
La organización ha enfatizado que únicamente el diálogo entre las partes en conflicto, bajo la dirección de sus respectivos líderes, puede detener la "retórica del odio" que se ha apoderado de Ucrania y la espiral de violencia "antes que se salga totalmente de control".
Misiones de observación
La instancia de derechos humanos de la ONU tiene una misión de 34 observadores en Ucrania, que presentarán un informe sobre el país el próximo día 15.
Por otro lado, el presidente de turno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), el suizo Didier Burkhalter, ha pedido que las elecciones del 25 de mayo se celebren "con menos armas y más diálogo", por lo que considera necesario que se declare un "alto el fuego", informa Efe.
"Uno no puede imaginarse cómo es votar en una situación así, como en parte del este y el sur de Ucrania", ha indicado tras reunirse brevemente en el aeropuerto de Viena con Lavrov y con el ministros de Exteriores de Alemania, Frank-Walter Steinmeier. Además, Burkhalter ha indicado que es preciso "un seguimiento de Ginebra", en relación al acuerdo cerrado en esa ciudad a mediados de abril por Estados Unidos, la Unión Europea, Rusia y Ucrania para acabar con la crisis, y que todos los implicados reconozcan que debe cumplirse lo pactado.
La OSCE tenía entre los objetivos de sus misiones verificar el cumplimiento de esos acuerdos.