¿Existen las lágrimas de cocodrilo?
- La leyenda dice que lloran por la muerte de las víctimas que cazan
- Su forma de llorar es muy similar a la de los humanos
- Son difíciles de ver porque permanece la mayor parte del tiempo en el agua
Cuando alguien finge dolor ante una desgracia decimos que “está llorando lágrimas de cocodrilo”. La expresión tiene su fundamento ya que los cocodrilos lloran mientras matan o devoran a sus víctimas y no lo hacen por un motivo emocional sino por razones estrictamente biológicas.
En realidad, los cocodrilos generan lágrimas constantemente. Lo hacen para lubricar el ojo. Su forma de llorar es muy similar a la de los humanos. La humedad se va acumulando en sus ojos hasta que en un momento dado se desborda y se desliza por la cara formando lágrimas. Sin embargo, cuando comen lloran a moco tendido. Los científicos creen que la razón es simple: el hecho de apretar la boca al comer favorece la secreción de lágrimas ya que sus pequeños ojos están muy expuestos al músculo de la mandíbula.
Las lágrimas de cocodrilo son difíciles de ver porque el reptil permanece la mayor parte del tiempo en el agua. Por eso, hasta hace unos años eran una incógnita. En 2007 zoólogos de la Universidad de Florida consiguieron observar con claridad la formación de las lágrimas de los cocodrilos mediante un experimento. Los dieron de comer pienso seco, parecido al de los perros, en un lugar alejado del agua. Entonces, vieron que segregaban lágrimas y lo hacían de forma mucho más copiosa que cuando tomaban comida húmeda. Llegaban incluso a formar espuma.
Los cocodrilos también hacen sonidos mientras comen, parecidos a siseos y jadeos. La leyenda atribuye a quejidos lastimeros que acompañan a su llanto arrepentido por haber matado a su víctima. La ciencia apunta que sirven para empujar aire en las cavidades de los huesos del cráneo para estimular la secreción de lágrimas.
Las lágrimas de cocodrilo además son ricas en sales minerales, un nutriente escaso y codiciado en el trópico. Hace unos días científicos de la Estación Biológica La Selva de la Organización para Estudios Tropicales en San Pedro han publicado imágenes insólitas de una mariposa y una abeja alimentándose de lágrimas de un caimán que descansaba tomando el sol sobre un tronco caído en el río Puerto Viejo (Costa Rica). Los invertebrados revolotean sobre la cabeza del reptil y liban el líquido elemento.