La policía turca dispersa en Soma una protesta de 10.000 personas por el desastre minero
- Los manifestantes exigen que el gobierno "rinda cuentas al pueblo"
- La empresa de la mina accidentada asegura que quedan 18 mineros atrapados
- Y defiende que las condiciones de seguridad eran buenas
La policía antidisturbios turca ha dispersado con gas lacrimógeno y cañones de agua a presión una protesta de unos 10.000 manifestantes en Soma, la ciudad donde el pasado martes se produjo el accidente más grave de la historia de la minería en el país.
Un amplio contingente de la policía ha cerrado el camino a una marcha de protesta que a media tarde recorría las calles de Soma para exigir que el gobierno "rinda cuentas al pueblo", según han informado los medios turcos en sus ediciones electrónicas.
Numerosos mineros han denunciado en los últimos días la preocupante ausencia de medidas de seguridad en las minas turcas, que achacan a una falta de supervisión por parte del Gobierno, más interesado en privatizarlas que en un control exhaustivo de las condiciones de trabajo.
La Policía ha pedido por megáfono que se separasen los residentes de Soma para intervenir únicamente contra los manifestantes, supuestamente llegados de otros lugares.
En los últimos días ha habido protestas similares, también reprimidas por la Policía, en las ciudades de Estambul, Esmirna y Ankara, entre otras, pero es la primera intervención de este tipo en la propia ciudad donde tuvo lugar el accidente minero.
La empresa dice que quedan 18 mineros atrapados
Por su parte, la empresa propietaria de la mina de carbón de Soma ha informado de que en el interior del pozo aún quedan 18 mineros atrapados.
Según las cifras ofrecidas por la compañía, la cifra actual de muertos es de 284. En el momento del siniestro, se encontraban en el interior 787 trabajadores, de los cuales 363 pudieron ser evacuados inmediatamente; otros 122 fueron rescatados y permanecen hospitalizados.
Con estos datos, el ministro de Energía, Taner Yildiz, que supervisa las labores de rescate en Soma, ha declarado que es "improbable" que el saldo final de víctimas mortales supere las 302.
Los sindicatos, sin embargo, han puesto en duda desde el principio los datos de la compañía, y han asegurado que en la mina quedaban entre 300 y 400 personas.
La compañía niega su responsabilidad
La empresa, Soma Holding, ha asegurado que el desastre es "increible" y que la mina tenía un sólido historial de seguridad.
Además, ha asegurado que el accidente no se debió a un incendio en una subestación eléctrica, hipótesis manejada en un principio, sino a una acumulación de calor que provocó un derrumbe parcial.
La mina fue privatizada y vendida a Soma Holding, que redujo los costes de explotación para obtener beneficios.