'Too much Johnson', el boceto histórico de Orson Welles
- La Cineteca de Madrid proyecta la primera película del director estadounidense
- Se daba por desaparecida hasta que fue hallada en 2013 en Italia
Orson Welles empezó su carrera en un pedestal y terminó penando para poder hacer cine. En su vida nómada por Europa, cargaba literalmente con sus anteriores trabajos y con los que intentaba sacar adelante. En el incendio en 1970 de la casa que tenía en el barrio de Aravaca (Madrid) se creía perdida para siempre Too much Johnson, la única película que realizó antes de Ciudadano Kane. Pero, años antes había dejado otra copia en Roma, que tras un azaroso periplo de almacenes apareció el año pasado y fue restaurada.
La Cineteca del Matadero de Madrid proyecta, el 22 de mayo a las 20:30, un pase único de la recuperada obra, para la que el músico Remate (cuyo abuelo fue Ayudante de dirección en Mr. Arkadin) ha compuesto una banda sonora que tocara en directo.
Lo que no es tradición, es plagio, decía Eugenio D’ors, o, dicho de otro modo, Orson Welles no salió de la nada para revolucionar el arte cinematográfico. El metraje certifica su conocimiento del cine mudo. Se inspira en el slapstick, con persecuciones al estilo Mack Sennett; Joseph Cotten imita (jugándose el tipo por las azoteas) a Harold Lloyd. Pero, además, aparecen los encuadres de expresionismo alemán, o los montajes picados de vanguardias francesas, especialmente en la primera secuencia de los amantes. Un compendio deslavazado de la historia del cine hasta entonces.
Deslavazado porque Too Much Johnson no es exactamente una película, sino las primeras imágenes realmante trabajadas de Welles (antes, con 18 años, había dirigido un cortometraje de 8 minutos). En 1938, cuando rodaba Too much Johnson, Welles solo contaba 23 años, aunque ya era una primera figura teatral. Precisamente para montaje teatral de Too much Johnson ideó proyectar parte de la narración en una pantalla aunque, como le ocurrió en Connecticut, algunas salas no estaban preparadas para albergar un proyector.
Como resultado, Too Much Johnson son 63 minutos de brutos mudos de una trama sencilla con los acotres de su compañía teatral, el Mercury Theatre, con Joseph Cotten a la cabeza. Un hombre es descubierto por el marido de su amante y escapa por los tejados y calles de una ciudad, perseguido por el colérico marido, para embarcar en un barco hacia Cuba. El montaje quedó a medias, y la película que proyectan incluye las distintas tomas del mismo plano. Es un boceto ,sí, pero ¿hay algo más 'Welles' que una obra inacabada?
Too Much Johnson desmonta la teoría que sostiene que la influencia del gran director de fotografía Gregg Toland fue total en Ciudadano Kane. En Too Much Johnson ya están los encuadres picados y contrapicados, y el uso de la profundidad de campo característico de Ciudadano Kane y El cuarto mandamiento (y de las películas de Toland con John Ford que tanto admiraba Welles).
Fuera del trabajo con la cámara, Too Much Johnson ilustra también la potencia de puesta en escena de Welles, la colocación de los personajes, la simplificación de elementos. ¿Es Too Much Johnson una película para historiadores? En parte, sí, pero, teniendo en cuenta la dimensión de Welles, también lo es para cinéfilos en un sentido amplio.
Orson Welles lo expresó de otro modo: “No puedo imaginar nada que el público no pueda entender. La única dificultad es interesarles; una vez están interesados, pueden entender cualquier cosa del mundo”.