Xinjiang, la región de los uigures y motivo de preocupación creciente para Pekín
- Es un zona de tensión étnica entre la población musulmana autóctona y los chinos han
- Pekín acusa a estos grupos de terroristas, pero los uigures en el exilio lo niegan
- La región es una de las zonas más ricas en petróleo y gas natural de China
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Las autoridades chinas culpan de la reciente oleada de atentados en el país a grupos "extremistas" de la región autónoma de Xinjiang, donde la etnia uigur lleva décadas luchando contra la colonización de chinos de etnia han y las políticas de homogeneización promovidas desde Pekín.
Las organizaciones de uigures en el exilio niegan sus vínculos con el terrorismo y acusan a China de utilizar la excusa de la seguridad para reprimir a la población autóctona.
Una región rica en recursos naturales
Xinjiang, territorio que los independentistas denominan "Turquestán Oriental" o "Uiguristán", es la más grande de las subdivisiones administrativas chinas, con 1,6 millones de kilómetros cuadrados.
La región es una de las zonas más ricas en recursos energéticos de China, principalmente petróleo y gas natural, además de lugar de paso del crudo de Asia Central a través de los gigantescos oleoductos que unen Xinjiang con el este del país, más desarrollado y sediento de energía.
La región fue dominada durante la historia por diversos pueblos, sobre todo, nómadas de Asia del norte y central, aunque también tuvo periodos de influencia o domino chino, en dinastías como la Tang (siglo VII) o la Qing (siglos XVII-XX).
En medio del caos creado tras la caída del imperio chino en 1911, llegó incluso a proclamarse en la región, y en dos ocasiones, una República del Turkestán Oriental independiente, la primera en 1933-34 y la segunda en 1944-49, esta última de corte soviético e influida por la expansión de la URSS por Asia Central. La república fue abolida por la entrada del Ejército de Liberación Popular de Mao, y en 1955 se fundó la actual región autónoma dentro de la República Popular China.
Los uigures
En Xinjiang viven 21 millones de personas, de las que aproximadamente el 46% son uigures de religión musulmana, el 39% han (la etnia mayoritaria en China) y el resto pertenece a otras etnias hasta un número de 13, predominantemente musulmanas, como los kazajos, los kirguises o los hui. Los uigures pueblan las zonas rurales, mientras los han se concentran en las ciudades, donde controlan el comercio.
Los uigures está emparentados con otros pueblos de Asia Central y con los turcos, con los que comparten similitudes lingüísticas, culturales y religiosas.
Encabezados por activistas como Rebiya Kadeer (presidenta del Congreso Mundial Uigur, exiliada en EEUU y propuesta en varias ocasiones al Nobel de la Paz), los activistas uigures acusan a Pekín de querer asimilarles, reprimiendo su cultura y su religión.
El fomento de la emigración de los chinos han a Xinjiang, o la promoción de matrimonios entre estos y los uigures, son, según estos grupos, pruebas de que China, densamente poblada en el este pero con grandes áreas deshabitadas en el noroeste, busca llevar grandes masas de su población a la zona, con la consiguiente pérdida de la identidad cultural uigur.
Sin embargo, la ausencia de una figura de sólido renombre internacional que les represente, como ocurrre con el Dalai Lama en el conflicto del Tibet, entre otros factores, ha dado a los independentistas uigures un menor reconocimiento fuera de sus fronteras, pese a tener presencia en Turquía, EE.UU. o Alemania.
China vincula incluso a algunas de las organizaciones uigures con Al Qaeda, como ocurre con el Movimiento Islámico del Turquestán Oriental (ETIM). El líder del ETIM, Hasan Mashum, murió el 2 de octubre de 2003 en un tiroteo con la Policía en el este de Xinjiang.
Larga historia de enfrentamientos
La primera rebelión de los uigures contra la República Popular China se produjo en Jotan en 1954. Sin embargo, fue a raiz de la desintegración de la URSS y del acceso a la independencia de las repúblicas de Asia Central cuando el independentismo uigur adquiere nuevo brío.
Desde entonces, los enfrentamientos entre la población autóctona y las autoridades han sido recurrentes. En 1990 hubo 50 muertos en Barem en unos disturbios que fueron seguidos de enfrentamientos menores durante la década. En agosto de 2008, sin embargo, se produce una nueva escalada de violencia a solo cuatro días de los Juegos Olímpicos. Dos personas atacan con explosivos y otro armamento una instalación policial en la turística ciudad de Kashgar (extremo occidental de Xinjiang), causando la muerte de 17 personas.
En 2009 estallan nuevos disturbios callejeros en la capital, Urumqi, con el resultado de casi doscientos muertos.
La reciente ola de atentados, iniciada en octubre de 2013 con una acción "planificada" (según Pekín) en la plaza de Tiananmen, ha llevado al presidente chino, Xi Jinping, a amenazar con "medidas decisivas" a los independentistas.