El populista UKIP rompe el bipartidismo en Reino Unido por primera vez en un siglo
- El partido antiinmigración y antieuropeo obtiene el 27,5% de los votos
- Conservadores y laboristas achacan su derrota al "descontento" social
El populista y euroescéptico Partido de la Independencia del Reino Unido (UKIP) de Nigel Farage ha confirmado su inapelable victoria en los comicios europeos, que por primera vez en un siglo han roto el tradicional bipartidismo británico.
Con un 27,5% por ciento de los votos, es la primera vez desde 1906 que la formación que gana unas elecciones en todo el territorio nacional del Reino Unido no ha sido el Partido Conservador o el Partido Laborista.
Exultante, Farage, un extory cuya principal reclamación es que el Reino Unido abandone la Unión Europea (UE), ha destacado que su partido ha restado votos a todos los grandes partidos, lo que augura tendrá "profundas consecuencias para sus líderes", y que aspira a convertirse en "árbitro político" en las elecciones de mayo de 2015.
Referéndum sobre la UE
Ante un enorme cartel en el que se leía "El ejército del pueblo", Farage, hasta ahora sin representación en la Cámara de los Comunes, ha insistido en reclamar que se convoque de inmediato un referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE, algo que el primer ministro, David Cameron, ha prometido para 2017.
Completado el escrutinio, del total de 73 escaños británicos en la Eurocámara, UKIP suma 24 eurodiputados (11 más que en 2009), seguido por el Partido Laborista, con 20 (siete más) y algo más del 25% de los votos, y los conservadores, con 19 escaños (siete menos) y algo menos del 24% de apoyo.
A solo un año de las generales, el Partido Laborista de Ed Miliband no logra despegar pese a avanzar casi un 10% en votos respecto a las anteriores europeas y, sorprendentemente, los conservadores de Cameron le pisan los talones, pese a quedar relegados a la tercera plaza, con cuatro puntos menos de apoyo que en 2009.
Mazazo para los liberales
El mazazo ha sido absoluto para el Partido Liberal Demócrata del viceprimer ministro, Nick Clegg, que ha obtenido sólo un 7% de los votos --su peor registro en 25 años-- y una única eurodiputada, frente a los 11 que tenía en 2009.
Es más: se ve relegado a quinta formación más votada, detrás de los Verdes (8% y tres eurodiputados). Ante las peticiones de dimisión, Clegg ha dicho que no renunciará porque su intención es "acabar el trabajo" al que se comprometió en 2010 cuando empezó a gobernar con Cameron, si bien ha admitido que el resultado electoral es "doloroso".
"Me siento muy orgulloso de liderar al partido más unido, más resistente y más duro de la política británica", ha apuntado Clegg, a quien parecen haber restado apoyo los dos debates que mantuvo con Farage sobre las elecciones europeas.
Declaraciones de Blair
Tras minusvalorar al UKIP durante la campaña, los líderes de los principales partidos británicos han achacado a un voto de protesta los resultados y han coincidido en que, de cara a unos comicios generales, el partido de Farage no ofrece soluciones pues carece de políticas concretas más allá de su ideario antiinmigración y antieuropeo.
"Los ciudadanos están profundamente desilusionados con la Unión Europea", ha admitido el primer ministro Cameron, quien ha dicho que ha "recibido y comprendido" el mensaje de los británicos de que "quieren un cambio".
Miliband, que también ha hablado del "voto del descontento" a favor de UKIP, ha defendido no obstante los resultados obtenidos por su partido, pese a que su campaña ha sido cuestionada por ignorar el referéndum sobre la pertenencia del Reino Unido a la UE.
"Estamos en una posición en la que podemos ganar las elecciones generales" de 2015, se ha expresado tajante el líder laborista.
El ex primer ministro británico Tony Blair, sin llegar a criticar a la dirección laborista, ha dado un toque de atención sobre lo que significa la victoria en unos comicios europeos de una formación que centra "el debate en el sentimiento antiinmigración y el deseo de que el Reino Unido abandone Europa". "Claro que tenemos que estar preocupados de que un partido como UKIP gane unas elecciones europeas. Sería estúpido no estarlo", ha dicho el exdirigente laborista.