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Intermón Oxfam denuncia que las familias pagan 50 veces más impuestos que las grandes empresas

  • La presión fiscal es mayor para las rentas bajas, según los datos de 2011
  • La ONG destaca que el grueso de la recaudación proviene de la clase media

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Una pensionista hace la comida y sostiene económicamente a sus hijos
Una jubilada hace la comida. Con su pensión y la de su marido sostienen económicamente a sus hijos.

Intermón Oxfam denuncia que las familias pagan un volumen de impuestos que casi multiplica por 50 el que aportan las grandes empresas y pide al Gobierno que acometa una reforma fiscal que permita financiar adecuadamente las políticas sociales tras los recortes.

Esta es una de las conclusiones de su informe sobre el sistema tributario Tanto tienes, ¿tanto ganas?. Fiscalidad justa para una sociedad más equitativa, que han presentado el director general de esta ONG, José María Vera, y la responsable de investigación, Teresa Cavero.

Cavero ha incidido en que el sistema tributario en España es ineficaz y recauda poco, siete puntos por debajo de la media europea, y que el grueso de la recaudación proviene del trabajo y el consumo de los ciudadanos y no de las rentas del capital ni de los beneficios de las empresas.

Las familias aportan alrededor del 90% de la recaudación y las empresas el 10% restante, y de ese porcentaje, menos del 2% corresponde a las grandes compañías, una distribución que no incorpora las últimas subidas del IRPF, el IVA y los cambios en el Impuesto de Sociedades.

Las personas físicas aportaron el 91,58% de la recaudación total del Estado mediante el pago del IVA, los impuestos especiales y el IRPF en 2011, mientras que las empresas solo contribuyeron con el 8,42% de lo recaudado (antes de la crisis sumaban el 20% de la recaudación total).

La distribución entre el tejido empresarial tampoco es equitativa, las grandes compañías aportaron el 1,98% de la recaudación y el 6,44% provino de pequeñas y medianas empresas. Es decir, las familias aportaron 46 veces más que las grandes empresas en 2011, según datos de la Agencia Tributaria.

Esfuerzo fiscal mal repartido

El documento de la ONG denuncia que el esfuerzo fiscal está mal repartido porque el porcentaje de los ingresos que una persona o un hogar destina a pagar impuestos es mucho mayor para las familias de clase media, que para los más acaudalados.

Las familias españolas destinaban el 22% de sus ingresos a pagar impuestos en 2011, muy por encima de los que destinan las empresas. Gestha calculó que una persona soltera y sin hijos con unos ingresos anuales de 41.300 euros hizo un esfuerzo fiscal del 28% en 2012, cuando en la práctica ninguna empresa soporta una carga superior al 17% en el Impuesto de Sociedades.

Además "una familia con dos hijos e ingresos medios en torno a 16.500 euros paga en impuesos el 15,6% de su renta, carga cercana a la de las multinacionales que facturan más de 1.000 millones de euros".

Los grandes patrimonios apenas pagan

Intermón Oxfam denuncia que el sistema tributario español "permite que personas con patrimonio individual y rentas elevadas apenas paguen impuestos, encauzando su consumo a través de sociedades y acumulando un capital que raramente tributa al tipo nominal que le correspondería".

El informe recuerda que los grandes patrimonios colocan su dinero en SICAV (sociedades de inversión de capital variable), de manera que en lugar de tributar al 27% como renta de capital o al 30% como beneficio empresarial, lo hacen al 1% por sus beneficios, con lo que "difieren indefinidamente la tributación en el IRPF, hasta que se reparten dividendos, lo que por regla general no se produce".

Otra opción aún más ventajas fiscales para los millonarios españoles es invertir en Fondos de Inversión Especializados de Luxemburgo. Los accionistas de estos productos solo pagan un 0,01% del impuesto de sociedades del Gran Ducado.

La ONG critica que la legislación favorece de tal manera a las empresas que sus beneficios fiscales sumaron 28.210 millones de euros en 2011. Una cantidad que duplica con creces lo que pagaron esas mismas compañías por el Impuesto sobre Sociedades. Las más beneficiadas son las grandes empresas que se embolsaron el 80% del dinero (22.687 millones) contribuyendo solo con 3.012 millones a las arcas públicas por este tributo.

La sangría del fraude fiscal

Otra sangría para la recaudación es el elevado fraude fiscal que ronda los 59.500 millones de euros, según el sindicato de Técnicos de Hacienda, una cifra mayor que el presupuesto que destinan a sanidad las comunidades autónomas y el Estado. Se estima que el 72% de los impuestos no pagados corresponde a grandes fortunas y empresas (casi 43.000 millones) y el 28% restante (cerca de 16.500 millones) se achaca al fraude de pymes, autónomos y particulares.

El informe sostiene que por el agujero del fraude fiscal de grandes contribuyentes se escapa "una cantidad superior a la prevista para el pago de deuda pública en los Presupuestos Generales del Estado de 2014". La ONG apunta que "España es el país de Europa que menos recursos destina a combatir el fraude" y que si se realizase "un esfuerzo para equipararnos a los países de nuestro entorno se podrían recaudar 25.000 millones de euros adicionales".

Intermón Oxfam insiste en la necesidad de "contribuir a disminuir la desigualdad" con un sistema fiscal que "garantice la financiación pública, suficiente y estable de los servicios sociales básicos de calidad y de la protección social de los grupos más vulnerables". Concluye que "una fiscalidad justa es un pilar imprescindible para lograr una sociedad más justa y cohesionada".

Intermón propone 10 cambios necesarios para una reforma fiscal justa

1. La política fiscal debe combatir la desigualdad al margen de intereses partidistas, contribuyendo a una sociedad más justa y equitativa.
2. Hay que recaudar lo suficiente para financiar un modelo social que garantice servicios públicos de calidad e igualdad de oportunidades.
3. Se debe aplicar "tolerancia cero" al fraude fiscal, incluyendo medidas que pongan freno a la impunidad de los evasores.
4. Los privilegios y la opacidad de los paraísos fiscales deben desaparecer.
5. Recaudar más no puede suponer aumentar el esfuerzo fiscal de las clases medias y los más pobres. Quien más tiene, ha de contribuir más.
6. Todos, empresas e individuos, deben tributar en función de su capacidad y de su actividad económica real, sin privilegios, ni excepciones.
7. Las grandes fortunas y las rentas del capital tienen que contribuir en mayor medida, para reducir la presión sobre los salarios y el consumo.
8. El sistema tributario tiene que ser progresivo y equitativo en su conjunto sin medidas que favorezcan los intereses de unos pocos.
9. Los beneficios fiscales deben ser excepcionales y solo deben aplicarse, si permiten crear valor real y duradero (como la creación de nuevos empleos de calidad).
10. Una buena política tributaria requiere un debate público abierto, transparente y con participación ciudadana.