La Policía francesa desaloja a 650 inmigrantes de sus campamentos en Calais
- Las autoridades lo justifican por una epidemia de sarna
- Médicos del Mundo denuncia la falta de plan alternativo
La Policía francesa ha iniciado este martes el desmantelamiento de tres campamentos de inmigrantes indocumentados en los alrededores del puerto de Calais (noroeste), que acogían desde hace varias semanas a cerca de 650 personas.
Los antidisturbios llegaron al lugar poco antes de las 08.00 hora local, donde les esperaban numerosos inmigrantes, periodistas y trabajadores humanitarios de organizaciones no gubernamentales (ONG) como Médicos del Mundo, que denuncian la falta de un plan alternativo tras el desalojo.
En 2002, el Gobierno francés cerró el principal centro de la Cruz Roja en Sangatte, cerca de Calais, según la BBC, y desde entonces los campamentos improvisados se han multiplicado.
En 2009 las autoridades ya tomaron medidas para desalojar algunos de ellos.
Epidemia de sarna
La operación está justificada a nivel oficial para erradicar una epidemia de sarna que ha afectado a unas 150 personas y cuyo tratamiento, según los medios, se inició en la noche del lunes.
Entre los inmigrantes había sirios, iraníes y afganos, que habían llegado al lugar en un intento por cruzar clandestinamente al Reino Unido.
Diez asociaciones humanitarias enviaron el lunes una carta al primer ministro, Manuel Valls, y a los titulares de Interior, Bernard Cazeneuve, y Asuntos Sociales, Marisol Touraine, para denunciar e intentar prevenir esta expulsión.
"He solicitado que se tomen todas las precauciones sanitarias", ha indicado Cazeneuve este martes, en unas declaraciones que no han convencido a las ONG, para quienes la necesidad de un seguimiento en el tratamiento contra la sarna no es compatible con la falta de control sobre ese colectivo tras el desmantelamiento.
En 2013, y según datos del Ministerio de Interior francés, Francia expulsó a 15.469 inmigrantes irregulares.
Según Frontex, organización europea para el control de fronteras exteriores, el número de personas que cruzó de manera irregular las fronteras de la UE en 2013 aumentó de manera acusada, hasta los 107.000. La mayoría son nacionales de Siria, Eritrea y Afganistán, todos ellos países en conflicto o donde se violan los derechos humanos. E