Amadeo de Saboya, el rey 'pop'
- Lluís Miñarro se estrena en la dirección de ficción con Estrella fugaz
- Àlex Brendemühl protagoniza un divertimento sobre el monarca
- RTVE.es entrevista a Miñarro, Brendemühl y Bárbara Lennie
Título original: Estel fugaç (Stella cadente)
Año: 2014
Duración: 111 min.
Director: Luis Miñarro
Guión. Sergi Belbel, Luis Miñarro
Fotografía: Jimmy Gimferrer
Reparto: Lola Dueñas, Bárbara Lennie, Àlex Brendemühl, Àlex Batllori, Gonzalo Cunill, Francesc Garrido, Francesc Orella, Lorenzo Balducci.
Lluís Miñarro es quizá el productor español con más prestigio internacional (Agustín Almodóvar aparte). Impulsor de autores españoles de culto (Agustí Vila o Javier Rebollo) y coproductor de cine internacional de algunos festivales, ha ganado ya una Palma de Oro (Tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas) y es habitual en Cannes, donde este año participaba con Still Water, de Naomi Kawase.
Tras dos cortos y un largo documental, Estrella fugaz es su primera película de ficción. Un divertimento (avisa en los créditos finales) sobre la figura de Amadeo de Saboya, rey de España entre 1870 y 1973. Una moneda que su abuela le regaló con el relieve de Amadeo activó su interés por el breve reinado del monarca de ideas reformistas que fue ninguneado e ignorado.
“Es un personaje que ha pasado al olvido. Llegó en un momento muy singular, el final del romanticismo y el comienzo de la época moderna. En el resto de Europa se apostaba por una nueva serie de tendencias, mientras que en España volvíamos al período de contrarreforma”. Con el dramaturgo Sergi Belbel, compuso un guión que, a partir de la documentación rigurosa, interpreta, descompone y juega con Amadeo para construir una libre alegoría de su reinado, como metáfora de la España que no puede ser moderna, y, en sentido amplio, de cualquier cuerpo extraño que no es aceptado.
Un divertimento intelectual
En Estrella fugaz ningún plano es gratuito, sino que carga con mucho significado. «Lo que me gusta de España es que es como sus pinturas», se dice en un momento y, en efecto, Miñarro despliega una enorme cantidad de referencias artísticas y pictóricas. “Que haya referencias estéticas solo se puede comprender desde la perspectiva de mi edad y mi experiencia vital: cuadros que he visto o las canciones que he escuchado".
Un palacio, un puñado de actores, y una impresionante dirección artística y fotografía son los elementos con los que Miñarro juega para sobrepasar la anécdota histórica y volcar sus obsesiones. “Todos los datos son históricos: pertenecía a la masonería, igual que Prim y posiblemente Serrano; era propenso a la numerología, le montaban números eróticos en palacio para su distracción, era voyeur, leía novela erótica, tuvo una amante”, cuenta Miñarro. “Pero luego, visualmente, lo he interpretado y recreado con absoluta libertad, he dejado salir fantasmas propios”.
Àlex 'Amadeo' Brendemühl
Àlex Brendemühl encarna el extrañamiento de Amadeo. “Ese espíritu de divertimento lo hace todo mucho más fácil porque le quita solemnidad al asunto, al hecho de tener que ser fiel con la historia”, dice el actor, que establece semejanzas entre el reinado de Amadeo y el período actual. “No pertenece a este país y le hacen rey, es una situación absurda per se, con lo cual nos da la óptica de alguien que observa este país desde el estupor y la sorpresa. España salía de Isabel II y después vino la República, estaba en ese lugar de impasse que recuerda al momento actual, en el que esos dos grandes partidos han perdido la hegemonía, están empezando a surgir nuevas voces, estamos en un momento de en el que lo que hay no sirve, y hay que buscar algo nuevo”.
En Estrella fugaz, Amadeo bailotea con Françoise Hardy, no come animales, se queja de los horarios españoles y ama la naturaleza. “La película cuenta una historia que puede verse con una perspectiva por un lado política, por orto histórica, la puedes ver como un melodrama amoroso, como una comedia pop, como una ensoñación de la realidad”, enumera Miñarro para definir su collage.
Bárbara Lennie, que aparece en el segundo acto como la reina María Victoria, señala las similitudes Amadeo-Miñarro. “No es aleatorio que Lluís haya cogido justo este personaje, de alguna manera habla de su propia realidad como productor dentro de una industria”. La actriz recuerda que Miñarro improvisaba sobre la marcha en el rodaje, introduciendo ideas de última hora inspiradas en sus propios sueños. "Es una película que se ha ido constituyendo en el momento".
Miñarro lamenta que los productores españoles no busquen coproducciones internacionales, más allá de las iberoamericanas, y expone los motivos. "Primero, y es una cosa básica, es que hay que hablar inglés: si quieres hacer coproducciones internacionales, hay que saber moverse en un ambiente internacional. Y, segundo, hay que tener la vocación: es más complicado porque tienes que consensuar, hay que llegar a acuerdos. Hay muchas aspectos a considerar, no solamente el financiero".