Can Vies, un centro social 'okupa' en derribo
- Abierto hace 17 años, ha dinamizado el tejido asociativo del barrio de Sants
- Fue desalojado el lunes en Barcelona por una sentencia del Tribunal Supremo
- El Ayuntamiento asegura que ofreció al colectivo trasladar su actividad
- Representantes del centro insisten en que no hay motivos para que les echen
El pasado lunes 26 de mayo se produjo el desalojo y parte del derribo del inmueble de Can Vies, propiedad desde 1925 de la compañía Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB) y 'okupado' desde hace 17 años por diferentes colectivos sociales.
Esto ha derivado en protestas que han terminado con violentos enfrentamientos entre algunos manifestantes y los Mossos d'Esquadra y decenas de personas han sido detenidas.
El Ayuntamiento y los diferentes colectivos que forman el centro, a través de asociaciones intermediarias, negociaron durante 15 meses en busca de una solución. Pero no alcanzaron ningún acuerdo y el diálogo se rompió en mayo.
Paralelamente, hace siete años, la TMB, propietaria del edificio, denunció la presencia de los 'okupas', un proceso judicial que terminó a primeros de año con la sentencia del Tribunal Supremo ordenando el desalojo. Este viernes 30 de mayo concluía el plazo para ejecutarlo.
Can Vies, un centro social autogestionado
El centro de Can Vies, ubicado en el 40-42 de Jocs Florals, en el barcelonés barrio de Sants, es un espacio abierto hace 17 años que ha construido un proyecto colectivo sin subvenciones ni tutelas, a través de la autoorganización.
Según ha explicado uno de sus miembros a RTVE.es, lo forman colectivos que ofrecen actividades políticas, sociales y culturales muy diferentes y que, al mismo tiempo, gestionan, coordinan y mantienen la convivencia en las instalaciones.
Este lugar, según sus miembros, ha dinamizando el tejido asociativo del barrio, a través de sus talleres, salas y organizaciones políticas y culturales. Incluso albergaba la sede de La Burxa un periódico mensual. También contaba con un local de ensayo para los jóvenes músicos del barrio, y los miércoles se organizaban cenas. Antes del desalojo, residían en la planta superior unas 35 personas.
El Ayuntamiento, dispuesto a dialogar
El consistorio de la ciudad condal ha paralizado este viernes el derrumbe tras cuatro días de altercados y más de 60 detenidos, y ha asegurado en un comunicado que se muestra favorable al diálogo.
Fuentes municipales han explicado a RTVE.es que durante más de dos años, "se intentó por parte del Ayuntamiento sentarse a negociar" y se le ofreció al colectivo "trasladar su actividad", ya que el área donde está el inmueble está calificada como zona verde.
Añaden que incluso "se les propuso quedarse" hasta que se desarrollase el proyecto urbanístico, pero con la condición de que se hiciese a través de un convenio regulador. Pero los miembros del colectivo, según estas fuentes, "se negaron a hablar".
Los vecinos piden el regreso de los colectivos
El Centro Social de Sants y la Federación de Asociaciones de Vecinos se reunieron este jueves para presentar a la Plataforma Can Vies y al Ayuntamiento una propuesta de diálogo.
La propuesta, según recoge Efe, tiene cuatro puntos: detener inmediatamente la demolición del inmueble, permitir el regreso al mismo de los colectivos de usuarios, estudiar conjuntamente con técnicos de ambas partes la rehabilitación del edificio y detener los disturbios y la presencia masiva de la Policía en el barrio.
Representantes de Can Vies insisten en quedarse
Por su parte, y a pesar de la paralización del derrumbe -que era una de sus peticiones-, el colectivo de Can Vies asegura que las negociaciones están rotas y continuarán con las movilizaciones.
Han llamado a los vecinos a reconstruir el inmueble con sus propios medios y exigen que el proyecto de Can Vies continúe en el mismo emplazamiento. También exigen la retirada del despliegue policial que ha vivido el barrio en los últimos días.
Un miembro de la Asamblea Can Vies ha explicado a RTVE.es que quieren asimismo la dimisión del concejal del distrito, Jordi Martí, porque entienden que sus actuaciones han sido "negligentes y bastante incompetentes a la hora de realizar el desalojo".
"No podemos aceptar el tema de irnos a otro sitio porque entendemos que no había ningún motivo para echarnos", ha añadido el portavoz.
Mientras, las protestas se mantienen y el diálogo está roto. Al mismo tiempo que la Plataforma ha convocado a los vecinos para levantar con sus manos la parte destruida, el Ayuntamiento ha asegurado que protegerá el perímetro de la casa "para evitar riesgos a las personas".