El reto de reinar con unas instituciones en crisis
- La monarquía suspendió por tercera vez con un 3,72, según el CIS de abril
- El principe Felipe tendrá que enfrentarse como rey a la caída de valoración
- Tendrá que afrontar la decisión del juez sobre si mantiene imputada a la infanta
- El futuro Felipe VI tendrá que enfrentarse también al desafío soberanista catalán
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El príncipe Felipe hereda una monarquía en horas bajas. Suspendida por los ciudadanos, el futuro rey, que será proclamado como Felipe VI, tendrá que hacer frente al desgaste que ha supuesto para la institución el caso Nóos, con la imputación de Iñaki Urdangarin y su hermana la infanta Cristina, y a retos como la propia modernización de la Corona y el desafío soberanista de Cataluña, con una Generalitat dispuesta a convocar la consulta para el 9 de noviembre de este mismo año.
La monarquía comenzó a dar signos de fatiga en octubre de 2011, cuando suspendió por primera vez con un 4,89 según el CIS de aquel mes. Lejos quedaban los notables que conseguía el rey don Juan Carlos a mediados de los años 90.
Tras el primer insuficiente, el Centro de Investigaciones Sociológicas dejó de preguntar por la Corona hasta el barómetro de abril de 2013, cuando la monarquía se coló por primera vez entre los principales problemas de los españoles y bajó de la tercera a la sexta posición entre las instituciones más valoradas con una nota de un 3,68 coincidiendo con la primera vez que el juez del caso Nóos imputó a la infanta.
En una encuesta de Sigma Dos para El Mundo publicada el pasado mes de enero el apoyo a la monarquía caía hasta el 49,9%, pero el 66% tenía buena o muy buena opinión del príncipe.
El CIS volvió a interrogar por la monarquía en barómetro de abril de este año, en el que suspendió por tercera vez con un 3,72 sobre 10. Se quedó por detrás de la Guardia Civil (5,78), la Policía (5,70), las Fuerzas Armadas (5,29), los medios de comunicación (4,51) y el Defensor del Pueblo (3,87) aunque por delante de los partidos políticos (1,89) y de otras instituciones del Estado como el Gobierno (2,45) y el Parlamento (2,63). El principe accederá así al trono en plena crisis de la instituciones de la Transición.
El futuro de la infanta Cristina
Uno de los primeros asuntos que tendrá que afrontar el príncipe Felipe como monarca será el caso Nóos. El juez José Castro está a punto de terminar la instrucción sobre el presunto desvío de seis millones de euros de dinero público a través del instituto que creó Iñaki Urdangarin con su exsocio Diego Torres.
Castro deberá decidir en las próximas semanas si mantiene la imputación de la infanta Cristina por presunto fraude fiscal y blanqueo de dinero después de declarar el pasado mes de febrero. El instructor dictará en breve el auto con el que dará por terminada la investigación y despejará el futuro de la infanta antes de redactar el auto de apertura de juicio oral.
El caso Nóos ha dado importantes quebraderos de cabeza a la Casa Real - el jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, lo calificó directamente de "martirio"-. Un calvario que puede prolongarse si finalmente se sienta en el banquillo de los acusados la hija del rey.
La modernización de la monarquía
Uno de los retos del futuro Felipe VI será la modernización de la institución haciéndola más abierta y transparente. El escándalo tras el viaje del rey a Botsuana para cazar elefantes en abril de 2012 marcó un punto de inflexión. Don Juan Carlos pidió perdón públicamente con aquel "lo siento mucho, me he equivocado y no volverá a ocurrir" y desde entonces tomó medidas encaminadas a restañar las heridas provocadas en la institución.
Entre estas, destaca la inclusión de la Casa Real en la nueva ley de transparencia o la publicación más detallada de los presupuestos anuales, aunque sin llegar al grado de otras monarquías como la británica, donde se informa de cada una de las partidas.
La Casa Real ha modernizado también su página web, ha hecho un portal para acercar la monarquía a los niños y se ha abierto cuenta en Twitter.
El desafío soberanista de Cataluña
El príncipe tendrá que afrontar también como jefe de Estado al desafío soberanista de Cataluña. El presidente catalán, Artur Mas, ha afirmado tras conocer la noticia de la abdicación de don Juan Carlos que "habrá cambio de rey, pero no en el proceso político que está siguiendo el pueblo de Cataluña para que el 9 de noviembre" se pueda decidir el "futuro colectivo".
El lehendakari, Íñigo Urkullu, ve en la abdicación del rey una "oportunidad" para tratar de resolver la "cuestión vasca" y de encontrar un nuevo encaje de Euskadi en el Estado, según informa Efe.
El futuro Felipe VI también tendrá que reinar en un momento en el que un sector de la sociedad pide abiertamente la república. El coordinador de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha reivindicado un referéndum para que "el pueblo decida" si quieren seguir con la monarquía. Este mismo martes, horas después del anuncio del rey, miles de ciudadanos salieron a la calle en numerosas ciudades del país para pedir la república.