Los brasileños se juegan el derecho a protestar en el Mundial de Fútbol
- Amnistía Internacional teme abusos policiales contra los manifestantes
- La ONG cree que el cóctel de impunidad y represión es muy peligroso
- Anoche 4.000 manifestantes protestaron en Sao Paolo contra el Mundial
- El 61% de los brasileños está descontento con los gastos del campeonato
“Los manifestantes que se echen a la calle en Brasil durante la celebración del Mundial de Fútbol están expuestos a sufrir violencia indiscriminada a manos de la policía y el ejército”. Así lo ha denunciado Amnistía Internacional en un comunicado emitido a una semana del comienzo del campeonato.
Este jueves la Embajada de Brasil en Madrid ha rechazado a un grupo de activistas de la organización cuando intentaban hacer entrega de 90.000 firmas contra la represión policial de las protestas ciudadanas en Brasil. Las rúbricas han sido recogidas a través de una campaña mundial puesta en marcha por la ONG llamada "Juega Limpio". El fin de esta iniciativa es "unir a los aficionados al fútbol y a quienes están preocupados por los derechos humanos en todo el mundo para hacer que salgan a la luz los abusos policiales y la libertad de expresión en Brasil”, ha declarado Atila Roque, director ejecutivo de AI en el país sudamericano.
Desde junio de 2013, millares de brasileños se han echado a la calle en constantes manifestaciones multitudinarias. Protestan por el aumento del precio del transporte público, el alto coste que la organización del mundial está suponiendo y la falta de inversión suficiente en servicios públicos.
Las organizaciones sociales brasileñas han prometido protestas durante todo el Mundial. Bajo las consigna "No va a haber Mundial" o "FIFA go home", diferentes grupos y movimientos sociales han convocado en los últimos meses movilizaciones a través de las redes sociales contra la organización de la competición y sus elevados gastos.
Esta pasada noche, el Movimiento de los Trabajadores Sin Techo reunió a unas 4.000 personas en una manifestación en Sao Paulo y ha amenazado con "radicalizar" sus protestas durante la competición en caso de que sus reivindicaciones no sean atendidas, entre otras la construcción de viviendas sociales.
El Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST) de Brasil, que reunió este miércoles a unas 4.000 personas en una manifestación en Sao Paulo contra los gastos en el Mundial de fútbol 2014, ha amenazado con "radicalizar" sus protestas durante la competición en caso de que sus reivindicaciones no sean atendidas. La marcha pacífica ha transcurrido hacia el estadio Arena Corinthians de Brasil, que será sede del partido inaugural de la Copa del Mundo y no registró incidentes aunque sí obligó a la policía a bloquear varias vías y provocó enormes atascos en la zona este de Sao Paulo. "No nos están dejando alternativa sino la radicalización", afirmó el coordinador del MTST, Guilherme Boulos, al indicar que hasta ahora ninguna autoridad ha aceptado atender las diferentes peticiones del Movimiento por vivienda digna para miles de personas que viven en la calle o en campamentos en la mayor ciudad de Brasil.
Abusos policiales e impunidad
Aunque anoche no hubo incidentes, Amnistía Internacional pone en duda la legalidad de la represión de estas muestras masivas de descontento por parte de las fuerzas de seguridad brasileñas, policía y ejército. La ONG denuncia en los últimos tiempos el uso indiscriminado de gas lacrimógeno y de balas de goma contra manifestantes pacíficos, detenciones arbitrarias y uso indebido de la ley para abordar y sancionar a quienes se echan a la calle. Y cree que es de suponer que seguirán empleándose estas tácticas durante el campeonato, ha declarado la organización.
“El deficiente historial de Brasil en materia de mantenimiento del orden público, la dependencia del ejército para controlar las manifestaciones, la falta de formación y el clima de impunidad constituyen un peligroso cóctel en el que los únicos perdedores son los manifestantes pacíficos”, ha señalado Atila Roque.
También ha añadido que “la Copa Mundial 2014 será una prueba decisiva para las autoridades de Brasil. Tienen que aprovechar la oportunidad e intensificar sus esfuerzos para garantizar que las fuerzas de seguridad encargadas de controlar las manifestaciones durante el campeonato no cometen ninguna violación más de derechos humanos”.
Descontento general
Brasil, como tantas economías emergentes, es un país a medio caballo entre las servidumbres del tercer mundo y la potencia solvente de las naciones desarrolladas.
Según una encuesta que el Centro de Investigaciones Pew ha divulgado este jueves, el descontento se ha disparado en Brasil a lo largo del último año y el 77 % de los ciudadanos se declara "insatisfecho" con cómo van las cosas en el país, frente al 55 % que tenía esta opinión en 2013.
El sondeo también revela que una mayoría de los brasileños, el 61%, tiene una visión negativa del Mundial de fútbol que comienza la próxima semana. Consideran que "quita dinero a los servicios públicos", frente a un 34 % que lo aplaude "porque crea empleo".