Draghi baja los tipos hasta el mínimo del 0,15% y da más liquidez para que llegue a la economía real
- Los bancos podrán acudir a dos subastas en septiembre y diciembre de 2014
- El dinero deberá destinarse a empresas y familias y podrá devolverse en 4 años
- Draghi baraja prestar 400.000 millones de euros al sistema financiero
- Por primera vez, los bancos pagarán por depositar su dinero en el BCE
- Rebaja las previsiones de inflación hasta 2016 pero sigue sin ver deflación
El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido, por unanimidad, bajar los tipos de interés en la zona euro hasta el mínimo histórico del 0,15% con el objetivo de impulsar el crecimiento y la inflación. Además ha anunciado varias medidas que pretenden reactivar el crédito, como son cobrar a los bancos por guardar su dinero en el organismo o dar más liquidez al sistema financiero a largo plazo, aunque con condiciones, para que fluya el préstamo a empresas.
En la rueda de prensa, el presidente del BCE, Mario Draghi ha informado de que todos los acuerdos se han tomado por unanimidad y ha lanzado un mensaje: el BCE no ha terminado con las medidas y actuará más si es necesario. Eso sí, aunque no cree que los tipos bajen más porque "técnicamente" están "en el límite", permanecerán en ese nivel durante mucho tiempo, "más de lo previsto".
Más liquidez condicionada al crédito
Para reactivar el crédito, el BCE dará más liquidez al sistema financiero. Por lo pronto hará dos subastas este año, una en septiembre y otra en diciembre. El dinero que pidan los bancos, unos 400.000 millones de euros según los cálculos de Mario Draghi, podrá ser devuelto hasta en cuatro años (vencimiento en septiembre de 2018). Pero esta medida está condicionada a que los bancos presten dinero a las empresas.
“Habrá requisitos y mecanismos para comprobar que la liquidez se destina a la economía real“
"Habrá requisitos y mecanismos para comprar que se destinan a la economía real", ha dejado claro el banquero italiano en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno. "Las entidades que no cumplan ciertas condiciones respecto al volumen de sus préstamos netos a la economía tendrán que devolver el dinero en septiembre de 2016 (dos años antes del plazo fijado)", ha advertido.
La particularidad de estas inyecciones de liquidez es que están limitadas a préstamos al sector privado, sin contar los inmobiliarios. Los bancos podrán beneficiarse de un volumen equivalente al 7% del montante que hayan efectivamente prestado a empresas y familias.
En esta línea, desde marzo de 2015 a junio de 2016, las entidades podrán solicitar también trimestramente al organismo hasta tres veces la cantidad equivalente a su crédito neto al sector privado, excluyendo los préstamos a los hogares para la compra de vivienda. También deja fuera al sector público así como a "aquellos sectores en los que se pueda estar gestando una burbuja".
Además, el BCE dará barra libre de liquidez ilimitada a corto plazo a la banca europea: prolongará las subastas de liquidez a tipo fijo a medio plazo hasta al menos diciembre de 2016.
Compra directa de valores respaldados por activos
El presidente del Banco Central Europeo ha anunciado que suspende la esterilización de las inyecciones de liquidez con las compras de bonos y que inicia los preparativos para la compra directa de valores respaldados por activos (ABS), como parte del paquete de medidas para fomentar el crédito en la eurozona, que se hará una vez que se produzcan los cambios regulatorios necesarios.
Esos activos a comprar deben ser simples (no basados en productos complejos): deben estar basados en créditos reales (préstamos efectivos) y transparentes (guiada por la información disponible), ha querido dejar claro Draghi.
“Los tipos se han cambiado para bancos, no para los clientes“
Además, y por primera vez en la historia, el BCE cobrará a los bancos por guardar su dinero. La tasa de depósito se sitúa en niveles negativos, con un tipo de interés del -0,10%, una medida que los analistas desconocen qué impacto tendrá.
Draghi quiso dejar claro que los tipos que se han cambiado "son para bancos, no para los clientes". "Es completamente equivocado que queramos expropiar a los ahorradores, es justo lo contrario, queremos crecimiento y recuperación para que los tipos de interés suban", insistió Draghi. También ha rebajado el tipo de interés aplicable a la facilidad marginal de crédito en 35 puntos básicos, hasta el 0,40%.
Revisión de las previsiones: menos inflación
Draghi ha justificado todas estas medidas teniendo en cuenta las previsiones económicas y el análisis de la transmisión de la política monetaria. El presidente del BCE asegura que con este paquete de medidas buscan apoyar la concesión de crédito a la economia real y confía en que contribuirán a que la inflación regrese a su objetivo del 2%.
"Tenemos la confianza en que las medidas llevarán la inflación cerca del 2% a medio plazo", ha respondido Draghi a la pregunta de si está seguro de que el paquete de estímulos preparado logrará su objetivo teniendo en cuenta el precedente de Estados Unidos. En este contexto, el banquero italiano ha asegurado que "debería haber más intercambio de información entre los grandes bancos centrales".
“Draghi insiste en que no hay riesgo de deflación en la zona euro“
Precisamente, el organismo ha revisado a la baja las previsiones de inflación para los tres próximos años, aunque insiste en que no ve riesgo de deflación. El BCE prevé una inflación del 0,7% para este año, tres décimas menos que en marzo; del 1,1% para 2015, dos décimas menos; y del 1,4% para 2016, una décima menos que en los pronósticos anteriores.
Además, el BCE ha revisado a la baja las previsiones de crecimiento de la eurozona. Este año considera un crecimiento del 1% frente al 1,2% anterior; en 2015 prevé una expansión del 1,7%, frente al 1,5% anterior. Y para 2016 mantiene que el PIB crecerá un 1,8%.
Mientras, en Londres, el Banco de Inglaterra ha dejado invariables los tipos de interés en el mínimo histórico del 0,5%. Tampoco ha modificado su programa de estímulo del mercado crediticio, en el que ha invertido 375.000 millones de libras (462.000 millones de euros) para la compra de activos públicos y privados.