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La policía dispersa una manifestación a favor de la huelga de metro en Sao Paulo

  • La policía militar ha empleado gases lacrimógenos contra los manifestantes
  • A tres días del Mundial de Fútbol se intensifican las protestas sociales
  • Las Fuerzas Armadas se han desplegado en las ciudades anfitrionas del Mundial

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Disturbios en Sao Paulo por la huelga de metro

La policía militar de Sao Paulo ha dispersado este lunes con gases lacrimógenos a un grupo de huelguistas y a cientos de manifestantes de diferentes grupos sociales que han salido a las calles de la ciudad brasileña para apoyar la huelga de los trabajadores del metro.

Los manifestantes han bloqueado la avenida Paulista, una de las calles más céntricas de la capital financiera y han prendido fuego a cubos de basura.  A tres días de que empiece la Copa del Mundo de Fútbol, los empleados del metro de Sao Paulo mantienen la convocatoria de huelga indefinida por mejores salarios. Reclaman un incremento salarial del 12,2%.

La Policía detuvo a 70 empleados del Metro de Sao Paulo que participaban en la manifestación, aunque luego fueron puestos en libertad sin cargos, según el presidente del Sindicato de Trabajadores del Metro, Altino Prazeres. "Tenemos un Mundial, el mayor evento deportivo del mundo. El Gobierno del estado tiene elecciones al final del año (octubre), tiene que negociar. Tenemos que enfrentarnos al Gobierno", ha justificado Prazeres.

Los incidentes se iniciaron de madrugada cuando los trabajadores en huelga se manifestaron ante la estación Ana Rosa e intentaron bloquear el tránsito por una importante calle aledaña con hogueras que alimentaron con basura y madera. Los agentes del Batallón de Choque de la Policía Militarizada del Estado de Sao Paulo dispersaron a los manifestantes, informa Efe.

El tráfico permaneció bloqueado hasta que los bomberos apagaron los focos de fuego y recogieron el material que ardía en medio de la calle. La Policía también ha usado gases lacrimógenos para dispersar un grupo de estudiantes que pretendía juntarse a los huelguistas para manifestar su apoyo a los paros.

Multas por cada día de huelga

Un tribunal ha considerado el paro "abusivo" e impondrá multas de entre 30.000 y 160.000 euros al sindicato por cada día de huelga.  Tras la decisión judicial, el Gobierno del Estado de Sao Paulo ha anunciado este lunes el despido de varios trabajadores que se negaron a regresar a sus puestos de trabajo pese a la declaración como ilegal de la huelga.

El gobernador de Sao Paulo, Geraldo Alckmin, tambiénha ordenado el envío de refuerzos policiales a todas las estaciones del metro para garantizar la seguridad de los empleados dispuestos a acatar la orden judicial y normalizar sus actividades. El tribunal, en una audiencia de conciliación, fijó un incremento salarial del 8,7 % por parte del metro de Sao Paulo, gestionado por el Gobierno regional, frente al 12,2 % que reclama el sindicato.

Sao Paulo, con casi doce millones de habitantes, es la mayor ciudad de Brasil. El metro es la forma más rápida de moverse y de llegar al estadio de Itaqueirao. El jueves, la selección nacional juega allí el partido inaugural del Mundial contra Croacia. La de este lunes es la quinta jornada de huelga y los paros han causado estragos en el tráfico por carretera. Hasta 112 kilómetros de atascos se han registrado este lunes.

Máximo despliegue policial y militar

Y, mientras, en Río de Janeiro, epicentro de los actos del Mundial de Fútbol, los cariocas se acostumbran a la presencia de un amplio despliegue policial y militar en las calles.

Los aeropuertos, estadios, hoteles y centros de entrenamiento están fuertemente vigilados por las Fuerzas Armadas.

Sólo en Río, habrá 15.000 hombres patrullando las calles entre policí y militares. En todo el país el plan de seguridad movilizará a 57.000 y habrá otros 21.000 miembros de las fuerzas de seguridad preparados para intervenir en caso de necesidad.

El torneo está a punto de dar el pitido inicial y varios sindicatos presionan con sus reivindicaciones laborales mediante huelgas y protestas, en tanto que algunos grupos sociales realizan diferentes actos para manifestar su oposición a la organización del evento deportivo por los altos gastos para el Estado.

Las sedes mundialistas esperan recibir a unos 600.000 turistas extranjeros y otros tres millones de locales. Así, las autoridades brasileñas deberán tener en cuenta cada detalle para evitar que los delincuentes se aprovechen de los turistas, calmar las protestas en caso de volverse violentas y controlar a los hinchas.