Google ofrece un formulario para el 'derecho al olvido' y recibe 41.000 solicitudes en tres semanas
- Se puede solicitar que retiren resultados de búsqueda relacionados con nombres propios
- Se recibieron 12.000 solicitudes en las primeras 24 horas
- Muchos internautas piensan que esta ley no resolverá esas situaciones
El Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dictó una sentencia relativa al denominado 'derecho al olvido' a principios de mayo.
Según decidieron, las personas tienen derecho a solicitar que sus nombres y otra información personal 'desaparezca' de los resultados que muestran los buscadores de Internet cuando haya pasado un tiempo prudencial y la información sea "impertinente".
Para ejercitar este derecho tan solo tienen que pedírselo a las empresas que hay detrás de dichos buscadores.
Lo que ha sucedido desde entonces -dado que Google, Bing o cualquier otra guardan por mucho tiempo información relativa a todo tipo de personas- puede considerarse casi un 'gesto de buena voluntad'.
El formulario para solicitar el 'derecho al olvido'
Google ha creado un formulario de contacto para ejercitar el 'derecho al olvido' demostrando así que está abierto a que la gente solicite el ejercicio de esos derechos.
Pero, ¿quiere decir esto que con rellenar un formulario es suficiente para retirar ciertos resultados de las páginas de Google? No es tan fácil.
En primer lugar el formulario es largo y detallado, e incluye además de tener que facilitar todos los datos personales y los enlaces polémicos que se quieren retirar la obligatoriedad de incluir una fotografía escaneada de algún tipo de documento de identidad que se considere suficiente para identificar al responsable de la solicitud (aunque no específicamente haya de ser un DNI o un pasaporte).
Si no se hiciera así, cualquiera podría solicitar la retirada de datos a nombre de otras personas, para perjudicarlas.
Avalancha de solicitudes
En las primeras tres semanas desde que se puso en marcha este formulario recogieron ya 41.000 solicitudes, según IT World. Buena parte de ellas (unas 12.000) llegaron en las primeras 24 horas. Se ve que había mucha gente ansiosa de eliminar parte de su pasado de la red.
Pero la situación legal sigue siendo es cuando menos extraña. Por un lado el derecho al olvido se está definiendo en la Comisión Europea, pero esta sentencia tiene preferencia y por eso las empresas han de actuar ya.
Por otro, en realidad tampoco obliga a las empresas a hacer nada, puesto que deja a su criterio considerar si la solicitud es adecuada o no y si proceder al borrado de datos o mantenerlos en la red.
Google por ejemplo, afirma que evaluará cada solicitud "de forma individual, intentando buscar un equilibrio entre los derechos de privacidad de los individuos y el derecho del público a acceder y distribuir información".
Mención aparte merecen casos que no parecen dispuestos a eliminar tan alegremente, como "información sobre estafas financieras, negligencia profesional, condenas penales o comportamiento público de funcionarios del gobierno".
Información que permanecerá
Como regla general, y dado lo difuso de la sentencia y lo que explica Google en su caso, podemos dar por supuesto que la información de interés general sobre personajes públicos permanecerá.
Pero, ¿qué sucederá en cada uno de los otros 41.000 casos presentados hasta ahora? Habrá que ir uno por uno. Y, en caso de desacuerdo, recurrir a los tribunales de cada país en el que se produzca el conflicto. ¿Qué sucederá si la persona en cuestión se llama algo tan común como "José García" o aparece en las páginas junto con otras?
Muchos internautas además no pueden evitar sonreír con esta nueva ley, dado que intenta "poner unas puertas al campo" que es bien conocida desde la antigüedad de Internet: lo que escribes en la red permanece para siempre y nunca jamás se puede hacer desaparecer.
Aunque Google o Bing eliminen ciertos resultados a buen seguro que otros robots y servicios de búsqueda y rastreo habrán guardado otra copia, que quedará publicada en otro sitio, al que se podrá llegar de otra forma...
En definitiva: que aunque se consiga lo más obvio ("que al buscar en Google no aparezca una información asociada a mi nombre") no se resuelve el fondo de la situación ("eliminar la información incorrecta o inadecuada"). Lo cual puede ser malo o bueno, dependiendo de cómo se mire.