La UE aprueba entre críticas que los Estados puedan prohibir el cultivo de transgénicos
- El Consejo de la UE ha aprobado una propuesta sobre transgénicos
- Cada país podrá rechazar en todo o parte de su territorio estos cultivos
- Los ecologistas critican que se debilita jurídicamente a los países
- Monsanto alega que los Estados podrán prohibir los cultivos por motivos "no científicos"
Los ministros de Medio Ambiente de la UE aprobaron este jueves, una propuesta para reformar la directiva 2001/18/EC que recoge la posibilidad de que los Estados miembro puedan restringir o prohibir el cultivo de organismos modificados genéticamente (OMG), también conocidos como transgénicos, que haya autorizado previamente la UE.
La propuesta, que llega cinco años después de que 13 Estados solicitaran una decisión de la Comisión de la UE al respecto, busca "proveer de una base legal" a los países para que puedan prohibir el cultivo de transgénicos en todo o parte de su territorio ateniéndose a razones como el impacto socioeconómico, el orden público, la gestión del territorio o motivos de política medioambiental y agrícola.
Un total de 26 Estados miembro, entre ellos España, han votado a favor. Sólo Bélgica y Luxemburgo se han abstenido, ha informado Europa Press.
Críticas de todos los implicados
La decisión, que todavía tiene que ser acordada con el Parlamento Europeo en otoño de este año, ha recibido críticas de organizaciones ambientales; de una de las empresas implicadas, Monsanto y de la Fundación Antama.
El encargado de Agricultura de Greenpeace UE, Marco Contiero, ha indicado que la base legal no es "sólida" puesto que las prohiciones "podrán ser rebatidas con éxito en los tribunales por las compañías, que ganarán frente a los países", según recoge Efe.
En este sentido también se ha pronunciado Amigos de la Tierra: "Si las empresas se niegan a prohibirlos [los transgénicos], los gobiernos podrán contemplar alternativas muy débiles desde el punto de vista jurídico para establecer algún tipo de moratoria y, de hacerlo, podrían ser objeto de demandas.
La multinacional Monsanto -proveedora de semillas de maíz modificado genéticamente, entre otros-, ha manifestado en un comunicado que, esta norma permitirá a los Estados miembro restringir o prohibir la siembra de estos cultivos "por motivos no científicos" a pesar de que, según la compañía, los expertos de la UE han avalado su seguridad y de que se han cultivado "con éxito" en todo el mundo los últimos 20 años.
También que, de aprobarse definitivamente la propuesta con la redacción actual fortalecerá los motivos de su decisión de invertir en tecnología de modificación genética fuera de Europa.
Por último, Monsanto afirma que no tiene "planes de introducir otros productos modificados genéticamente para su cultivo en Europa en un futuro próximo".
Por su parte, la Fundación Antama ha señalado que "debería corresponder a cada agricultor decidir lo que quiere sembrar en sus campos". A juicio de su directora, Soledad de Juan, esta propuesta europea "demuestra la falta de voluntad de las instituciones europeas y de los Estados miembro para aplicar correctamente el marco regulatorio de autorizaciones de OMG aprobado anteriormente".
La nueva norma sobre transgénicos
El objetivo de esta propuesta de norma es desbloquear los procedimientos de autorización de nuevos cultivos transgénicos en la UE, que llevan años paralizados porque los Estados miembro no logran mayorías suficientes ni para vetarlos ni para aprobarlos, lo que obliga a la Comisión a asumir la decisión final.
Bruselas espera que, al dar libertad a cada país para cultivar o no, las aprobaciones de organismos genéticamente modificados (OGM) se desatasquen. El acuerdo político ha sido posible después de que Reino Unido, Alemania y Francia levantaran las reservas que por distintas razones mantenían sobre la directiva.
Las negociaciones se han desbloqueado tras la fuerte polémica suscitada por el proceso de aprobación para el cultivo del maíz transgénico 1507 de Pioneer. Un total de 19 Estados miembro votaron en contra el pasado mes de febrero y solo cinco, entre ellos España, lo apoyaron. Pero al no lograr ningún bando la mayoría cualificada necesaria, la Comisión está obligada a aprobarlo, aunque aún no lo ha hecho.
Procedimiento para autorizar un cultivo transgénico
El texto de compromiso aprobado por los ministros de Medio Ambiente prevé un procedimiento en dos fases cuando una empresa presente una petición para autorizar el cultivo de un transgénico.
Como hasta ahora, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA, por sus siglas en inglés) evaluará los riesgos para la salud y el medio ambiente, que hasta ahora eran los únicos motivos reconocidos para prohibir un organismo genéticamente modificado en toda la UE.
En la primera fase del procedimiento, los Estados miembro podrán notificar a la Comisión que desean verse excluidos del campo geográfico en el que se permite el cultivo del transgénico en cuestión.
Bruselas negociará en nombre de los países y si la compañía acepta las restricciones, propondrá que el transgénico se autorice únicamente en los países que no se oponen.
Si la empresa rechaza reducir el campo geográfico de su solicitud de autorización, en la segunda fase los Estados miembro informarán a Bruselas de los motivos que pretenden invocar para prohibir el cultivo en su territorio.
Estos motivos, que pueden invocarse de forma individual o combinada, deben ser distintos a los que evalúa la EFSA. La directiva prevé una lista abierta "no exhaustiva", en la que figuran objetivos de política medioambiental o agrícola, la gestión del territorio, la utilización del suelo, el impacto socioeconómico o el orden público.
Una vez que el cultivo del transgénico reciba la autorización de la UE, los Estados miembro en cuestión podrán prohibirlo en su territorio. España es el país de la UE que más superficie dedica al cultivo de transgénicos, el 80% del total comunitario.