Mueren al menos 48 personas en Kenia en un ataque contra una localidad turística
- Decenas de hombres armados atacaron Mpeketoni
- El atentado es un nuevo golpe al turismo en el país
- La milicia islamista Al Shabab reivindica el atentado
Al menos 48 personas murieron en la noche del domingo en Kenia en un ataque en la ciudad costera de Mpeketoni que ha reivindicado la milicia radical islamista Al Shabab.
La cifra procede de fuentes policiales citadas por Reuters y de la Cruz Roja keniana, que la ha difundido a través de su cuenta en la red social Twitter.
Un grupo de decenas de hombres (una treintena según los vecinos, y 50 de acuerdo con el inspector general de la Policía, David Kimaiyo) con armas y explosivos invadieron la localidad el domingo por la noche y atacaron dos hoteles, un banco y una comisaría policial, entre otros edificios.
Según medios locales, el ataque se inició a las 20:00, hora local, y duró cuatro horas, durante las que los asaltantes mantuvieron retenidos a muchos lugareños. Los habitantes de Mpeketoni han huido a los bosques, según el diario The Standard.
En un comunicado de su portavoz militar, Shiekh Mustafa Abu Muscab, los fundamentalistas de Al Shabab se han atribuido el ataque, que han calificado como una venganza por el asesinato de varios clérigos musulmanes en la ciudad costera de Mombasa en los últimos dos años.
Golpe al turismo
Además, han instado a los extranjeros a evitar esta "zona de guerra". Los atentados suponen un duro golpe para Kenia, donde el turismo es un sector clave, pero en crisis por los atentados.
El pasado 16 de mayo, al menos 10 personas murieron en una cadena de explosiones en un barrio de la capital, Nairobi, mayoritariamente poblado por somalíes.
El pasado septiembre, al menos 67 personas murieron en el asalto perpetrado por la milicia islamista somalí Al Shabab contra el centro comercial Westgate de Nairobi.
Kenia -especialmente la capital y la ciudad costera de Mombasa-, ha sido objeto de ataques desde que, en octubre de 2011, su Ejército entrara en Somalia para combatir a Al Shabab, tras una serie de secuestros en suelo keniano, entre ellos el de dos cooperantes españolas que fueron liberadas casi dos años después.