'Amanece en Edimburgo', el musical de The Proclaimers
- Se estrena la película basada en los temas los hermanos Reid
- Una feel-good movie de sentimientos y tópicos escoceses
FICHA TÉCNICA
Título original: Sunshine on Leith
Año: 2013
Duración: 100 min.
País: Reino Unido
Director: Dexter Fletcher
Guión: Stephen Greenhorn
Reparto: Peter Mullan, Antonia Thomas, Jason Flemyng, Freya Mavor, Jane Horrocks, Paul Brannigan, George MacKay, Kevin Guthrie, John Spence, Robert Yates
Si ABBA, Queen (o Mecano y Hombres G en España) han tenido su musical, ¿por qué no The Proclaimers? Algo así debió pensar (salvo por lo de España) Stephen Greenhorn, creador de Sunshine on Leith, un musical que triunfó en los teatros británicos en 2007 basado en las canciones de The Proclaimers, los hermanos gemelos conocidos sobre todo por el tema “I'm Gonna Be (500 Miles)”. Y de un musical de éxito, brota siempre una película. Estrenada el pasado otoño en Reino Unido, y dirigida por el también actor Dexter Fletcher llega ahora a España con la traducción de Amanece en Edimburgo.
Más que un musical de grandes éxitos, Amanece en Edimburgo es un musical de un solo álbum (Sunshine on Leith), que los hermanos Reid lanzaron en 1980, obteniendo el disco de platino en Reino Unido y de oro en Estados Unidos. La película se promociona como el Mamma Mia! escocés, aunque las canciones del grupo sueco, además de más célebres, parecen encajar mejor en un musical.
Los jóvenes George Mackay y Kevin Guthrie son David y Ally, dos soldados que regresan a la vida civil tras una experiencia traumática en Afganistán. En Edimburgo se preparan para los mejores años de su vida y el trauma bélico apuntado se aparca para dar paso a una comedia romántica. Ally reanuda su relación con Liz (Freya Mavor), la hermana de su amigo. Y David comienza una relación con Yvonne (Antonia Thomas), compañera de trabajo de su hermana.
Compromiso sí, compromiso no, los vaivenes emocionales se entrelazan con las canciones de The Proclaimers, cuyas letras inspiran la sencilla historia con tramas amorosas y afectivas. Todo envuelto de la idiosincrasia escocesa, con guiños humorísticos a sus tópicos: orgullo nacional, tirria a los ingleses y su proverbial tacañería.
Lo mejor, sin embargo, es la trama adulta interpretada por el gran Peter Mullan y Jane Horrocks. Mullan, que da vida al padre de David y Liz, descubre que tiene una hija de 24 años fruto de una infidelidad. Acostumbrados al Mullan tipo duro, o directamente brutal, el actor sorprende con el papel de hombre vulnerable.
El retrato de Edimburgo es casi turístico, con recurrentes planos aéreos del castillo culminados con el número final frente a la National Gallery con el esperado “I'm Gonna Be (500 Miles)”. La fórmula puede parecer trillada, y Amanece en Edimburgo tiene un punto localista, pero busca su público en España entre los amantes de los finales felices y nostálgicos ochenteros.