Putin apoya el alto el fuego de Poroshenko aunque asegura que debe haber negociaciones
- Los rebeldes prorrusos no secundan el alto el fuego y combaten en la frontera
- Guardias ucranianos han sido atacados y se han refugiado en el lado ruso
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, apoya el alto el fuego ordenado por su homólogo ucraniano, Petró Poroshenko, y su iniciativa de paz para el este de Ucrania, pero considera que ésta debe incluir la apertura de negociaciones, según ha informado el Kremlin.
Putin ha apuntado que el plan propuesto por Poroshenko no será realista si no incluye "acciones prácticas que apunten al comienzo de un proceso de negociaciones", según ha indicado la Presidencia rusa, citada por las agencia locales.
El mandatario ruso ha señalado que el plan de paz anunciado este viernes por el presidente de Ucrania "no debe tener el carácter de ultimátum a las milicias".
En su opinión, "la posibilidad que abre el cese de las acciones de combate debe ser aprovechada para el comienzo de conversaciones constructivas y el logro de compromisos políticos entre las partes en conflicto en el este de Ucrania".
El plan incluye la creación de corredores seguros
Las autoridades ucranianas se niegan a entablar negociaciones con los líderes de la sublevación en las regiones rusohablantes de Donetsk y Lugansk, a los que tachan de "terroristas".
El plan de paz de Poroshenko incluye el desarme de las milicias y la creación de corredores seguros para que "los mercenarios rusos y ucranianos" puedan abandonar el territorio de Ucrania.
Este sábado el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, ha ido más allá en sus críticas: "El hecho de que la denominada operación terrorista (ucraniana) se intensififique al mismo tiempo que se desarrolla el plan de paz es muy alarmante y preocupante", ha dicho desde Arabia Saudí, informa AFP.
Los rebeldes prorrusos no secundan el alto el fuego
Por su parte, las fuerzas de seguridad ucranianas han denunciado que han sufrido un ataque que ha herido a varios agentes en un puesto de la guardia fronteriza, lo que supone que los rebeldes prorrusos no han secundado el alto el fuego.
Algunos líderes de los insurgentes ya habían anunciado su rechazo al plan de paz presentado unilateralmente por el nuevo líder ucraniano que incluía como primer punto un alto el fuego desde este viernes y durante una semana para que las milicias se desarmaran.
Pocas horas después, en la madrugada de este sábado, los ucranianos han informado de que sufrieron un ataque en el puesto fronterizo de Izvarino y de que tres guardias han resultado heridos.
Rusia ayuda en la frontera y critica duramente el plan
Además, un representante de la Dirección de Fronteras de las fuerzas especiales rusas (FSB) para la región de Rostov ha declarado a la agencia Interfax de que los guardias ucranianos, más de 80 efectivos, han tenido que refugiarse en el territorio de Rusia y han recibido atención sanitaria.
Este socorro da cuenta también de una mejora de las relaciones entre Ucrania y Rusia tras las últimas conversaciones al más alto nivel sobre el plan de paz de Poroshenko para poner fin al conflicto armado en el sureste de Ucrania, que en casi tres meses ha causado más de 300 muertos.
El alto el fuego durará hasta el día 27, periodo en el debe ponerse en marcha su plan de 15 puntos que incluye la creación de corredores seguros para que "los mercenarios rusos y ucranianos" puedan abandonar el territorio de Ucrania y promesas de reformas políticas de descentralización que parecen quedarse cortar ante las fuertes reclamaciones de autonomía esas regiones del este del país de mayoría prorrusa y que en las pasadas semanas, en pleno conflicto armado, han llegado a votar la secesión.
Movimiento militar en Rusia
Mientras, la pasada madrugada los presidentes de Estados Unidos, Barack Obama, y Francia, François Hollande, y la canciller de Alemania, Angela Merkel, advirtieron a Rusia de que aprobarán más sanciones si no da "pasos concretos e inmediatos" para rebajar la tensión en el sureste de Ucrania.
Las potencias occidentales acusan al régimen de Rusia de estar detrás de la desestabilización en esa zona, mientras que a la inversa Moscú responsabiliza a las potencias occidentales por haber alentado la caída en febrero del régimen de Víktor Yanunóvich, el expresidente ucraniano prorruso.