El Lissitzky, la expresión total al servicio del arte y la revolución
- El Museo Picasso Málaga presenta El Lissitzky. La experiencia de la totalidad
- El autor trabajó activamente en la producción propagandística soviética
- Es uno de los artistas más influyentes de las vanguardias
- Un ciclo de conferencias paralelo contextualizará el marco histórico
El Lissitzky (Eliezer Markóvich Lissitzky, Rusia 1890-1941) es uno de los artistas más influyentes, experimentales y controvertidos en el periodo de entreguerras de la primera mitad del siglo XX. Lissitzky afrontaba el arte como una respuesta a las exigencias de su tiempo, un tiempo de crisis y cambios profundos, un tiempo de fe en la industria y la revolución. Y lo hizo rompiendo barreras entre las disciplinas y conectando las artes plásticas, la arquitectura y el diseño.
Este lunes el Museo Picasso Málaga ha presentado El Lissitzky. La experiencia de la totalidad. Se trata de una exposición que reúne más de 130 pinturas, fotografías, libros ilustrados, revistas, películas y diseños arquitectónicos realizados por el autor ruso que podrá visitarse hasta el 24 de septiembre.
El nombre de la muestra no es casual. Personaje multifacético, es "un artista total que trabajó todas las disciplinas. Fue pintor, fotógrafo, arquitecto, diseñador, tipógrafo, escenógrafo, educador y ensayista", ha recordado durante el acto Oliva María Rubio, comisaria de esta exposición, en declaraciones recogidas por la agencia Efe.
Lissitzky "se sumó con gusto al intento de un arte que transformara la vida y se pusiera al servicio de la sociedad y del hombre nuevo que se estaba construyendo", según la comisaria.
Nacido en el seno de una familia burguesa hebrea, este arquitecto, pintor, diseñador gráfico, diseñador de exposiciones y fotógrafo, trabajó con los sóviets tras la Revolución de 1917, con el arte de vanguardia europeo en los años veinte y como propagandista del régimen estalinista en la década de 1930 hasta su muerte en 1941.
Un creador polifacético
El Lissitzky contribuyó al desarrollo del suprematismo junto a Kazimir Malévich. Miembro activo de varios grupos de artistas e imbuido con el constructivismo, desarrolló su propio concepto artístico a través de pinturas, grabados y dibujos a los que denominó Proun (Proyectos para la afirmación de lo nuevo), concebidos como un cruce de vías entre la pintura y la arquitectura.
Para la ocasión, se ha instalado en el Museo Picasso Málaga una reproducción del Prounenraum que Lissitzky creó en 1923 para la Gran Exposición de Arte de Berlín, un proyecto que llevaba a las tres dimensiones sus investigaciones sobre pintura fusionadas con sus estudios sobre arquitectura. Se trata de un espacio de 3,20 x 3,64 x 3,64 metros que materializa la expresión tridimensional del concepto espacial de los prounen. La obra condensa la búsqueda de lo que las vanguardias utópicas de la década de 1920 denominaron “la experiencia de la totalidad” en la que arte y vida se integran.
En la década de 1920, el artista se interesa por la fotografía. En una carta de 1924 a su mujer, Sophie Küppers, afirma: “el cuadro se ha derrumbado junto con el viejo mundo que lo creó. El mundo nuevo no necesitará cuadritos. Si necesita un espejo, ahí tiene la fotografía y el cine”
En 1924 viaja a Suiza para recuperarse de una tuberculosis. De esta época datan los retratos múltiples de Hans Arp y Kurt Schwitters, varios fotomontajes, fotografías publicitarias y su famoso autorretrato, El constructor, que a raíz de su publicación en la portada de la revista Foto-Auge se convirtió en el símbolo del arte de los años 20.
Sus realizaciones hallaron fuertes conexiones fuera de Rusia, tanto en el trabajo del grupo De Stijl en Holanda, como en las enseñanzas de la Bauhaus en Alemania.
Protagonista en una época convulsa
Tras la Revolución de Octubre en 1917, Lissitzky fue invitado por el pintor Marc Chagall para dar clases en el Instituto de Arte Popular de Vítebsk. Allí, junto con sus alumnos y el colectivo suprematista UNOVIS se implicó en todo tipo de actividades de agitación apoyando al ejército revolucionario mediante trabajos de propaganda que colocaban en tranvías y en edificios.
En esos primeros años de la revolución el arte innovador tuvo el apoyo oficial, ya que se pretendía eliminar un arte burgués - considerado decorativo y elitista - y potenciar la nueva cultura proletaria. El Lissitzky, que tenía un concepto social y colectivo del arte, contribuyó a la concienciación de las ideologías del nuevo régimen con un nuevo leguaje abstracto y geométrico.
El artista diseñó diversas diversas publicaciones para el Estado soviético, entre las que destaca su trabajo en la revista URSS en Construcción. Esta publicación fue unos de los principales medios para mostrar en el extranjero y en el propio país los avances que favorecían la imagen de la Unión Soviética, especialmente los relacionados con la industrialización.
En los diecisiete números que diseñó – algunos de los cuales pueden contemplarse en el Museo Picasso Málaga-, El Lissitzky utilizó todo tipo de recursos para contribuir de manera eficaz al carácter propagandístico de la revista.
Varias actividades complementan el contenido de la muestra. Entre ellas, se ofrece un ciclo de conferencias que contextualiza la figura del autor en el marco histórico.