Los kurdos de Irak acarician la oportunidad histórica de la independencia
- Los kurdos no descartan convocar un referéndum de autodeterminación
- La región autónoma goza de estabilidad interna y reservas petrolíferas
- Félix Arteaga, del RIE: "Turquía e Irán no lo permitirán"
El sueño de tener un estado propio, que el nacionalismo kurdo alimenta desde la caída del Imperio Otomano, parece hoy más posible que nunca por el conflicto armado que vive Irak, y que amenaza con dividir el país en tres.
Este martes, mientras el secretario de Estado de EE.UU., John Kerry, insistía en pedir el apoyo para a un gobierno renovado en Bagdad, el presidente del Kurdistán iraquí, Masud Barzani, hablaba abiertamente de referéndum. "Ha llegado el momento de que el pueblo del Kudistán determine su futuro", decía Barzani en una entrevista.
Oportunidad histórica
Barzani se expresaba con rotundidad pero otros dirigentes políticos kurdos se muestran más cautos. "La posibilidad de la independencia ha aumentado, pero aún hay esperanza para mantener el país unido", explica, en declaraciones a RTVE.es, el representante en España del Gobierno Regional del Kurdistán (GRK), Daban Shadala. "Si las cosas continúan como están o empeoran, por el contrario, preguntaremos a nuestra gente qué es lo que quieren", añade.
"La independencia siempre ha sido el sueño de los kurdos - explicaba a Efe el analista local Fuad Taha - pero debemos preguntarnos si este es el mejor momento para hacer semejante demanda".
La actual ofensiva de yihadistas y grupos armados suníes ofrece a los kurdos iraquíes (4.6 millones, más del 15% de la población del país) una oportunidad histórica.
Mientras el Ejército regular huía ante los combatientes del Ejército Islámico de Irak y el Levante (EIIL), el peshmerga (milicia kurda de más de 50.000 hombres) se ha desplegado para proteger el territorio autónomo. Más aún, ha aprovechado el vacío para controlar la ciudad de Kirkuk y sus campos petrolíferos, motivo de una larga disputa con Bagdad.
De momento, los insurgentes suníes y el peshmerga no han entrado en confrontación abierta, y tampoco el gobierno central ha solicitado oficialmente ayuda a Arbil. Mientras las estructuras del estado iraquí parecen ceder bajo el peso de la confrontación sectaria, la entidad kurda se mantiene estable.
"La insurgencia suní ha metido una cuña en el centro-oeste del país, haciendo insalvable la separación entre el Kurdistán y Bagdad", explica a RTVE.es Félix Arteaga, investigador del Real Instituto Elcano (RIE).
Arteaga cree que ninguna de las partes, por sí sola, tiene capacidad militar para inclinar la balanza a su favor, salvo que se rompa la colaboración entre los yihadistas y los diferentes grupos suníes descontentos con el primer ministro, el chií Nuri al Maliki; o que los insurgentes intenten hacerse con los campos petrolíferos de Kirkuk.
Bases para la independencia
Los kurdos iraquíes se autogobiernan en la práctica desde 1991, cuando EE.UU., Reino Unido y Francia decretaron una zona de exclusión aérea al norte del paralelo 36 para proteger a la población de las represalias de Sadam Husein tras la primera guerra del Golfo.
Tras la caída de Sadam y después de zanjar las disputas internas entre los dos principales partidos (el Partido Democrático del Kurdistán, PDK, de Barzani, y la Unión patriótica del Kurdistán, UPK; del presidente iraquí, Yalal Talabani), la región ha vivido en relativa calma y se ha embarcado en una ambiciosa reconstrucción.
El petróleo puede constituir además un punto de apoyo para el crecimiento económico. La Agencia Internacional de la Energía estimaba en 2012 que las reservas probadas en la zona controlada por el gobierno autónomo ascendían a 4 mil millones de barriles, y las de Kirkuk a 9 mil millones. En conjunto, y manejando cifras conservadoras, esto supone un 9% de las reservas totales de Irak. Las petroleras Exxon Mobil, Chevron y Total ya trabajan con las autoridades de Arbil para extraer el oro negro.
En mayo el gobierno regional comenzó a exportar crudo a Europa de forma directa, sin mediación del Gobierno central, a través del puerto turco de Ceyhan. La ley iraquí reconoce que los kurdos tienen derecho al menos al 17% de los beneficios, pero el gobierno de Bagdad ha amenazado con demandar a cualquiera que compre el petróleo sin pasar por la empresa estatal.
Oposición internacional
Pero si bien el Kurdistán iraquí parece tener buenas cartas para convertirse en Estado, lo que no tendrá es el respaldo internacional. "Turquía e Irán no van a permitir que exista un estado que se proyecte sobre sus respectivas comunidades kurdas", advierte Félix Arteaga. "Puede que se convierta en una zona independiente de facto, pero sin reconocimiento internacional".
Lo más probable, cree Arteaga, es que Irak se rompa en tres entidades autónomas (suní, chií y kurda), que mantendrían la apariencia de un estado confederal. "Esa confederación en tres ya ha estado funcionando en la práctica. Al Maliki fue el primero en traicionar la federalización, ha gobernado para los suyos", asegura el investigador del RIE.
Daban Shadala cree que el autogobierno kurdo puede ser un modelo para el resto de comunidades que conforman Irak. "Hemos gobernado nuestra área con estabilidad, hay buenas oportunidades para la inversión extranjera, es una isla de paz. Pero son los diferentes grupos étnicos los que deben decidir".
El representante kurdo en España coincide en señalar al primer ministro chií como el principal obstáculo para una solución pacífica.
"La opción sigue siendo un Irak federal, estable y democrático - resume Shadala - Pero si no es posible, entonces nuestros líderes consultarán a nuestro pueblo, y consultarán también con los países vecinos para asegurar la seguridad, y estos lo entenderán. Sin duda nuestros vecinos preferirían tener junto a ellos un país estable y pacífico como el Kurdistán en lugar de un Irak inestable y conflictivo".