El extraterrestre Bunbury desciende sobre Madrid
- El artista zaragozano ofreció este domingo el penúltimo concierto de su gira española
- Iván Ferreriro y Quique González, invitados especiales de una noche emotiva
Artista: Bunbury y Los Santos Inocentes.
Lugar. Pabellón de los Deportes de Madrid.
Enrique Bunbury (voz y guitarra); Álvaro Suite (guitarra); Jordi Mena (guitarra); Robert Castellanos (bajo); Ramón Gacías (batería); Jorge Rebenaque (teclados); Quino Béjar (percusión).
REPERTORIO: Despierta; El club de los imposibles; Los inmortales; Contracorriente; Hijo de Cortés; Ódiame; Más alto que nosotros solo el cielo; Porque las cosas cambian; Destrucción masiva; El extranjero; Deshacer el mundo; El rescate; Los habitantes; Salvavidas; El hombre delgado que no flaqueará jamás; Hay muy poca gente; Frente a frente; Que tengas suertecita; De todo el mundo; Si; Lady Blue; Plano Secuencia (con Iván Ferreiro); Infinito; Bujías para el dolor (con Quique González); Sácame de aquí; El viento a favor.
A bordo de un platillo volante. Así se presentó Enrique Bunbury ante los asistentes a su concierto de este domingo en Madrid, dentro de su gira ‘Palosanto Tour 2014’, que desde el pasado mes de febrero está llevando al artista zaragozano por Centroamérica, América del Sur y España, y que continuará en los próximos meses por Estados Unidos y México.
Lo del platillo volante es, evidentemente, un truco escénico. Una proyección de la nave apareció en las pantallas de vídeo y, como por arte de magia, depositó al artista sobre el escenario, en el mismo momento en el que Bunbury -enfundado en cuero negro- y su banda atacaban "Despierta", el tema que abre su último disco, Palosanto, el octavo en estudio desde que inició su carrera en solitario.
Desde que en 1996 decidiera abandonar Héroes del Silencio y recorrer su propio camino, Bunbury ha logrado construir una discografía sólida, sin atarse demasiado a ningún estilo y, sin embargo, manteniendo siempre un sello propio. Bunbury suena esencialmente a Bunbury, a pesar de que su música esté conformada por una mezcolanza de estilos en los que no faltan la música electrónica, toques del folklore español y europeo y, de manera especial, la influencia sudamericana patente en obras como "El viaje a ninguna parte" o "Licenciado Cantinas".
Y, por supuesto, el rock. La contundencia de las guitarras y la base rítmica de su ya clásica banda de acompañamiento, Los Santos Inocentes, brillaron en temas como "El club de los imposibles", "Contracorriente" –la única concesión a Radical Sonora, el disco que inauguró su etapa en solitario- o ‘Destrucción masiva’, de su más reciente producción.
Con "El extranjero" Bunbury logró poner en pie a todo el Palacio de los Deportes de Madrid y de inmediato la banda interpretó una reposada versión de ‘Deshacer el mundo’, el único tema de Héroes que figura en el repertorio de esta gira.
Sube la temperatura
Tras una brillante sucesión de medios tiempos –"El rescate", "Los habitantes" y "Salvavidas"-, la temperatura subió con "El hombre delgado que no flaqueará jamás", una declaración de intenciones que permite lucirse a los guitarristas de la banda, Álvaro Suite y Jordi Mena. Este último, afortunadamente recuperado del desprendimiento de retina que obligó a Bunbury a suspender cuatro conciertos de su gira española.
"De todo el mundo", estremecedora, supuso uno de los momentos más emotivos de la noche, un tema de esos que justifican todo un concierto y que demuestran que Bunbury es una de las grandes voces del rock en castellano. Puede que por momentos impostado y sobreactuado pero, a la vez, auténtico y original.
Dos de sus grandes éxitos, "Si" y "Lady Blue", pusieron un brillantísimo final a la primera parte del concierto, con el público entregado a su ídolo.
Pero las sorpresas aguardaban en los bises en forma de invitados de lujo. El primero, Iván Ferreriro –“uno de los grandes compositores de este país”, dijo de él Bunbury-, que interpretó junto al zaragozano "Plano secuencia", que dio paso a otro clásico como "Infinito".
Tras retirarse de nuevo al camerino, Bunbury llamó al escenario a otro grande, Quique González, con quien compartió micrófono en "Bujías para el dolor".
Fue el preludio del final, que llegó con otros dos temas imprescindibles en la discografía de Bunbury como "Sácame de aquí" y "El viento a favor". Dos horas y media de concierto que quedarán para el recuerdo porque fueron grabadas para su edición en DVD, según anunció el propio artista a los asistentes.
Y como vino, se fue. El platillo regresó para abducir a Bunbury dejando satisfecho a un público fiel, que ya no reclama como antaño los temas de Héroes del Silencio: la obra en solitario del que fuera su líder es hoy en día suficientemente rica y sólida para no tener que añorar el pasado.