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Alemania expulsa al jefe de los servicios secretos de EE.UU. en Berlín

  • La decisión se produce tras los dos últimos casos de presunto espionaje
  • "En estos tiempos es deciviso mantener la confianza", argumenta Merkel
  • EE.UU. considera "esencial" la cooperación junto a Alemania

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Fotografía de archivo de la Embajada de EE.UU. frente al parlamento alemán
Fotografía de archivo de la Embajada de EE.UU. frente al parlamento alemán

El Gobierno alemán ha anunciado este jueves que ha instado al máximo representante de los servicios secretos estadounidense de la embajada de EE.UU. en Berlín a abandonar el país,

Esta decisión, según ha comunicado el portavoz de la cancillería, Steffen Seibert, se ha producido tras los dos últimos casos de presunto espionaje detectados en Alemania en los últimos siete días. Este miércoles, la fiscalía federal alemana y el departamento policial de lo criminal realizaron registros en un domicilio privado y en oficinas de Berlín tras detectar un segundo caso de presunto espionaje al servicio de EE.UU., esta vez de un empleado del Ministerio de Defensa.

Seibert ha asegurado que el Gobierno de Angela Merkel se toma "muy en serio" esta circunstancia, pese a que estima que es "indispensable" el trabajo conjunto con Washington en materia de seguridad de "sus ciudadanos y de sus misiones en el extranjero".

Según el Ejecutivo germano, para mantener estos vínculos bilaterales es imprescindible la "transparencia" y "confianza mútua", que es algo que Berlín "espera de sus socios más estrechos".

No obstante, Merkel había considerado pertinente esperar a que concluyeran las investigaciones de sus autoridades antes de analizar las consecuencias generadas por el comportamiento del Gobierno norteamericano.

Merkel no desea entrar en especulaciones

Durante una rueda de prensa, la canciller indicó que no "quería especular" en torno a las medidas que llevaría a cabo el Ejecutivo alemán, tras el anuncio de varios medios de la expulsión del contacto en la embajada de EE.UU. en Berlín de los dos supuestos espías.

Para Merkel es fundamental que primero queden "suficientemente claros" estos comportamientos, y para ello es definitiva la investigación que está realizando la fiscalía federal.

"En estos tiempos es decisivo mantener la confianza, porque más confianza significa más seguridad", ha argumentado la líder germana, que ha tachado de "pérdida de energía" espiar a los socios cuando en la actualidad existen " enormes problemas", como el terrorismo yihadista.

Asimismo, el minsitro del Interior, Thomas de Maizière, ha dicho que su país está decidido a "fortalecer" la protección de sus comunicaciones y las labores de contrainteligencia, las cuales son "esenciales" en la protección de la democracia.

Maizière ha explicado que los presuntos espías detectados en días pasados, no habían podido tener acceso a información importante.

La fiscalía federal ha anunciado este miércoles que estaba investigando una persona que trabaja en el Ministerio de Defensa germano, ya que había alguna probabilidad de que hubiera filtrado información a los servicios secretos estadounidenses.

EE.UU. pide a Alemania que sigan cooperando juntos

La Casa Blanca ha asegurado este jueves que es "esencial" que Alemania continúe cooperando junto al Ejecutivo norteamericano en toda clase de ámbitos, a pesar de que el Gobierno germano haya expulsado al máximo representante de la CIA en la Embajada estadounidense en Berlín.

La portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca, Caitlin Hayden, no ha querido abordar al asunto de la expulsión del jefe de los servicios secretos de EE.UU., ya que se trata de "un asunto de inteligencia".

Hayden ha indicado, a través de un comunicado, que la "relación de seguridad y de inteligencia con Alemania es muy importante y mantiene seguros a alemanesy a los estadounidenses".

"Es esencial que la cooperación continúe en todas las áreas y seguiremos en contacto con el Gobierno alemán por los canales apropiados", ha concluído la portavoz.

En días pasados surgía la noticia, tras la detención de un agente alemán de 31 años, que trabajaba en la central de los servicios de inteligencia en Pullach (Baviera) y que estaba en contacto con la CIA desde hacía dos años. Hasta el momento, el hipotético doble agente está acusado de desviar 218 documentos a los servicios de inteligencia de EE.UU.